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WWF reclama cerrar las granjas de visones por su coste público y riesgo para la salud

La organización ambientalista asegura que su control cuesta al erario 6 millones de euros al año | Dice que las explotaciones, casi todas en Galicia, son “cocteleras” de coronavirus

VIsones enjaulados en una explotación gallega. | // XOÁN ÁLVAREZ

El Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés) vuelve a la carga contra las granjas de visones. Aprovechando que el Congreso de Ministros abordó ayer el anteproyecto de Ley de Protección y Derechos de los animales, que contempla el cierre de estas explotaciones, la organización ambientalista ha vuelto a pedir la clausura inmediata de estas granjas, casi todas ellas –25 de las 27 en España– situadas en Galicia. Argumentan que su control cuesta más de 6 millones de euros al año y que causan un enorme impacto sobre la biodiversidad y la salud humana, al ser verdaderas “cocteleras víricas” para el patógeno que causa el COVID-19.

En su informe “Los costes ocultos de las granjas de visón americano”, WWF argumenta que estas explotaciones acarrean “un importante coste económico asociado que no compensa el beneficio económico que se deriva del empleo que genera”. La ONG estima que entre 2000 y 2018 las comunidades gastaron unos 8 millones de euros en el control y erradicación del visón americano, especie invasora que afecta a más de 50 especies autóctonas, algunas de ellas gravemente amenazadas como el visón europeo o el desmán ibérico. Sin embargo, la estimación más reciente, señala WWF, apunta a que en la actualidad se invierten más de 6 millones de euros al año en controlar la expansión del visón americano en España. La captura de cada uno de los animales que escapan de las granjas cuesta unos 750 euros. Pero la erradicación total costaría entre 3 y 6 millones de euros anuales durante al menos 10 años.

Según WWF, la producción en España es reducida en comparación con la de otros países (750.000 unidades de pieles frente a los 17 millones de Dinamarca, datos de 2017) y está en continuo retroceso, con caída de la demanda, producción y precios. Casi un 30% de las granjas de visón americano han cerrado en los últimos dos años en España. La industria peletera ha estimado que el número de empleos a tiempo completo por granja es de 10, aunque la Asociación Nacional de Criadores de Visón asegura que este sector da empleo directo a más de 1.500 personas.

WWF recalca el riesgo que suponen estas granjas como “cocteleras víricas” en las que se pueden producir, por mutación o recombinación, variantes para las que las vacunas pierdan eficacia. En Dinamarca se han producido contagios de COVID a humanos no solo del sector, sino de población que vive en regiones con granjas de este tipo.

Según explicó a FARO la viróloga veterinaria Elisa Pérez Ramírez, del Centro de Investigación en Sanidad Animal (CISA), “una vez que entra el virus en una granja, el visón es tan susceptible, excreta tales cantidades de virus (en saliva y heces) y están tan pegados unos a otros que es una bomba de relojería”.

Aragón tuvo que indemnizar con 1,5 millones de euros por el sacrificio de 92.700 visones de una granja peletera de Teruel), debido al contagio masivo de COVID.

Además, WWF esgrime un estudio de científicos chinos publicado el pasado año que muestra que los visones son altamente susceptibles a la infección por virus de la gripe aviar y de la gripe humana.

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