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Elisa Pérez Ramírez Viróloga veterinaria en el Centro de Investigación en Sanidad Animal (CISA), INIA-CSIC

“Cada vez hay más detecciones de COVID en fauna silvestre y es preocupante”

“Los coronavirus son especialmente capaces de saltar entre especies y darnos sustos”

La viróloga Elisa Pérez Ramírez, haciendo PCR del coronavirus SARS-CoV-2 durante la primera ola. Cedida

La pandemia precisa “una aproximación multidisciplinar”, defiende Elisa Pérez Ramírez, viróloga veterinaria en el Centro de Investigación en Sanidad Animal (CISA), INIA-CSIC, en Madrid. “Solo los médicos no van a conseguir nada. Solo los veterinarios, tampoco”. La investigadora señala que los veterinarios van teniendo “un poco más de visibilidad”, ya que la sociedad es consciente de que una pandemia como esta “puede volver a ocurrir”. “Todo surge del reservorio animal –advierte–. Si después de vacunar a todo el mundo tienes a 10 millones de ciervos infectados de COVID en Estados Unidos tienes un pequeño problema”.

–La viróloga Margarita del Val ha afirmado que la manera en que el SARS-CoV-2 pudiese crear “una nueva pandemia” sería que el patógeno pasase a un animal y, modificado, volviese a los humanos. De hecho, se baraja este proceso como posible origen de ómicron.

–La zoonosis es una parte fundamental en veterinaria, y yo trabajo en investigación en virus zoonóticos, pero la población general no lo asumía muy bien. Ahora ya conocemos el riesgo de un montón de enfermedades que se pueden transmitir de los animales a los humanos. El COVID-19 ha ayudado a asumir lo que en el mundo anglosajón llaman “spillover”, patógenos que pasan de animales a humanos: rabia, salmonelosis, listeriosis, tuberculosis... Lo que vemos también con el COVID es que podemos transmitirle de vuelta muchas enfermedades a los animales, lo que en inglés llaman “spillback”. Nosotros lo llamamos “zoonosis reversa” o “antropozoonosis”.

–Parece algo sacado de una película de ciencia ficción de serie B. ¿Es realmente inquietante?

–Que el virus pase de vuelta de los humanos a los animales, que se cree un reservorio animal del virus, que ahí se puedan producir nuevas mutaciones, que siga evolucionando y que después pase a los humanos es un riesgo que existe y que es bastante preocupante. Tenemos que seguirlo de cerca. Cada vez hay más detecciones de este virus en fauna silvestre y es realmente preocupante. En los ciervos de cola blanca en Estados Unidos, por ejemplo.

–¿Cómo es posible que se haya transmitido el SARS-CoV-2 de humanos a ciervos, si son tan esquivos? [Ya se ha detectado en más de una decena de estados de EE UU].   

–Es muy sorprendente. No se sabe la vía principal de contagio, pero luego ves que la gente le da de comer a los ciervos en sus jardines, se acercan a comer la comida de los perros, les alimentan antes de cazarlos... Están muy metidos en las zonas ajardinadas de las urbanizaciones de EE UU, algo parecido a lo que ocurre ahora con los jabalíes en España. Se ha visto que tienen los mismos tipos de virus que la población en cada estado. Ahora hay que saber si lo pueden transmitir de vuelta a los humanos o a otras especies silvestres con las que conviven. No podemos permitirnos tener el virus circulando paralelamente en la población silvestre, sin vigilancia.

–La última especie silvestre en la que se ha detectado el SARS-CoV-2 ha sido un leopardo, ¿no?

–Sí. En fauna silvestre solo hay tres grupos: un visón silvestre capturado cerca de una granja de visones, los ciervos de cola blanca en EE UU y Canadá; y, recientemente, un leopardo en la India, con una infección importante.

–¿Es este virus excepcional por el número de especies a las que puede afectar?

–Los coronavirus tienen un amplio rango de hospedadores, y el de este son ya 15 o 16 especies en las que se ha confirmado, divididas en: mascotas, perros y gatos por contacto estrecho con sus dueños; animales de zoológico, principalmente felinos y primates; visones en granja y animales silvestres. Tenemos otros virus que también tienen bastante capacidad: la gripe puede afectar a aves, humanos, cerdos, focas, zorros... Pero los coronavirus son especialmente capaces de saltar entre especies y darnos sustos.

–Parece que el cerdo no está entre esas especies.

–De las pocas buenas noticias que nos ha dado este virus es que las especies ganaderas son muy poco susceptibles. Se han hecho experimentos en vacas, ovejas, cerdos, gallinas, patos… Y por suerte son muy poco o nada susceptibles. Los visones en las granjas son una excepción si los consideramos especie ganadera. Sabemos que los mustélidos son muy susceptibles a muchos virus respiratorios humanos y de hecho para estudios experimentales de gripe, por ejemplo, se han utilizado hurones, que son sus “primos”.

“En España quedan 26 granjas de visones y casi todas están en Galicia”

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–En muchos países se han prohibido las granjas de visones, y en otros se han sacrificado miles de ejemplares. ¿Serán inevitables nuevos brotes, dada la alta contagiosidad de ómicron?

–No conozco datos en concreto de ómicron. Ha habido unos cuantos focos en Europa. Hace unos días hubo un gran brote en Polonia, pero no ha comunicado la variante. Personalmente creo que los visones son susceptibles a ómicron en igual o similar medida que las otras variantes. En España ha habido 18 focos en granjas, 15 en Galicia y los otros en Aragón, Castilla y León y la Comunidad Valenciana. El 70% de las granjas han tenido casos positivos o algún brote. Quedan 26 activas y casi todas están en Galicia.

–En España se está salvando el sector. ¿Es gracias a que se está realizando un buen control?

–Por ahora el sector está haciendo bastante presión y está teniendo bastante éxito en mantenerse con un programa de vigilancia veterinaria bastante estricto. Creo que los trabajadores de las granjas han tenido prioridad en las vacunaciones, y guardan cuarentenas más largas cuando se infectan. La vigilancia se está haciendo bastante bien, pero el problema es hasta qué nivel estamos dispuestos a asumir ese riesgo para tener unas granjas cuyo único fin es producir pieles que se exportan en su mayoría. Son explotaciones que tienen muchos otros problemas, no solo sanitarios, sino también a nivel ético y de biodiversidad, por los escapes de visón americano, una especie invasora que se está cargando al visón europeo, en peligro crítico de extinción en España.

–Ya.

–Por eso muchos países europeos, con la excusa justificada del COVID, están dando pasos hacia la prohibición total o al menos durante la pandemia. En uno de mis artículos en “The Conversation” vaticinaba que este iba a ser el fin de las granjas de visones en España, pero llevamos dos años y ahí siguen.

–¿No se ha demostrado la transmisión del COVID-19 de visones a humanos en España?

–No se ha demostrado oficialmente, no hay datos. Para demostrarlo habría que hacer un seguimiento muy intensivo y después hacer una secuenciación completa para saber si es el virus en los visones y los humanos es el mismo o no. Desconozco si se han hecho estudios tan detallados en España, pero en otros países está más que demostrado. Holanda y Dinamarca han publicado artículos científicos muy buenos en “Nature” y “Science”, y hay muchísimas sospechas en otros países. Una vez que tienes el virus en una granja de visón, el animal es tan susceptible, excreta tales cantidades de virus (en saliva y heces) y están tan pegados unos a otros que es una bomba de relojería. Es como tener a miles de personas en un estadio de fútbol, sin mascarillas y pegados unos a otros. Se crea tal excreción de virus que es fácil de entender se contagie simplemente respirando el ambiente.

–¿Qué hay del octavo coronavirus humano, detectado en pacientes de Haití y Malasia, de origen canino?

–Hay dos artículos publicados en 2021 en los que se comprueba que en dos sitios tan distantes como Haití y Malasia se habían aislado dos virus que coincidían en un 99,4% y que parecen muy similares a un coronavirus canino con alguna recombinación con un coronavirus felino. Aún son datos muy preliminares. Parece que causaban neumonías, sobre todo en niños, pero faltan más datos. Sería el octavo coronavirus capaz de infectar a los humanos. Se presupone que tiene cierta capacidad de transmitirse entre personas. Es una llamada de atención, pero no es alarmante; faltan estudios más detallados.

–¿Qué hay del COVID detectado en hámsteres en Hong Kong, la semana pasada?

–Parece que es una tienda de mascotas de Hong Kong que había recibido una importación de hámsteres vivos de Holanda. Con estos temas hay que ser muy cautos y evitar las exageraciones. El Gobierno de Hong Kong ha tenido que sacar un comunicado porque la gente enseguida empieza a abandonar a los animales. Es bueno que comprueben que la transmisión ha sido del hámster al humano y no al revés, pero hay que tener mucha precaución. La vía principal de transmisión del virus es de humano a humano, el papel de los animales es muy pequeño.

“Los mosquitos no son capaces de transmitir este coronavirus”

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–¿Se puede descartar que el SARS-CoV-2 lo pueda transmitir un mosquito?

–Sí, todos los estudios lo descartan. Los mosquitos no son capaces de transmitir el virus desde un hospedador infectado a otro, ni por ninguno de los vectores que se han ensayado.

–¿Por qué es tan difícil encontrar el animal intermediario entre los murciélagos y el hombre? ¿Ha sido igual de difícil en otros virus?

–Sí, en muchas otras zoonosis nunca se ha llegado a saber cuál fue realmente el origen. En este caso es muy probable que el salto no haya sido directamente del murciélago, sino que haya habido una especie intermediaria. Es verdad que se ha llegado a saber que los dromedarios, en el caso del MERS, y las civetas, en el caso del SARS1, tuvieron un papel muy importante como hospedadores intermediarios, pero también se tardó sus años en averiguarlo. Y estamos viendo la cantidad de hospedadores que tiene este virus. En China crían de todo (zorros árticos, hurones, visones…) para el sector peletero. Es muy complicado. Ojalá lleguemos a saberlo algún día, pero en otros muchos patógenos no se ha llegado a saber.

Elisa Pérez Ramírez Cedida

“No ha habido ninguna confirmación de transmisión de gripe aviar de persona a persona”

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“No solo nosotros hemos sufrido los confinamientos, también las aves han sido confinadas por la gripe, para disminuir al máximo los contactos entre silvestres y domésticas. Es algo temporal, mientras dure la migración”, explica Elisa Pérez Ramírez. La viróloga veterinaria subraya la importancia del enfoque “one health” (“una salud”). “Tenemos una visión muy antropocentrista de las enfermedades zoonóticas, pero luego vemos que la naturaleza se ríe bastante de esta visión. Somos un continuo de animales no humanos, silvestres y domésticos”, recuerda la científica, experta también en gripe aviar.

–La semana pasada se declaró un importante brote de gripe aviar en Segovia.

–Ha sido el primero en aves domésticas, que es lo que estábamos temiendo. Ha habido casos en las Landas (Francia) y Portugal, y sabíamos que con la migración invernal iba a acabar llegando, y ya hace un par de meses que tenemos muchísimos casos en Inglaterra, norte de Alemania, Holanda, Dinamarca… El riesgo más importante es cuando este virus pasa de las aves silvestres a las domésticas. Parece que se ha detectado de forma precoz. Los servicios de vigilancia veterinaria están muy bien establecidos en Europa y en España. Es una mala noticia que haya entrado en una explotación avícola porque son bastantes animales, casi 20.000 pavos, y hay que tomar medidas muy estrictas de sacrificio de todos los animales de la granja, desinfección, un perímetro de 10 kilómetros en el que no se pueden mover animales ni huevos… Es de los virus con uno de los impactos más importantes en la industria avícola, tanto sanitario como económico.

–Ha habido un caso de transmisión de gripe aviar H5N1 a humanos en Reino Unido. ¿Hay que preocuparse?

–Los virus de la gripe, que tienen una tasa de mutación más alta que los coronavirus, tienen mucha capacidad para saltar de especie, pero los subtipos que están dando más problemas estos últimos años, sobre todo el H5N8 y el N5N1 que tenemos ahora, tienen una capacidad zoonótica bastante limitada. Ha habido casos esporádicos de infección de personas en Asia, en Rusia, Nigeria... poca cosa. Y este primero en Reino Unido. Pero siempre se han producido por un contacto muy estrecho entre aves enfermas y personas. El hombre de Inglaterra convivía con muchas aves, empezaron a enfermar y no sabía qué les pasaba. Y hasta ahora no ha habido ninguna confirmación de transmisión de persona a persona, que es cuando empezarían los problemas serios.

–También las gaviotas son susceptibles a la gripe, y en muchas ciudades costeras, como Vigo, acechan a los clientes de las terrazas.

–El principal reservorio del virus de la gripe son las aves relacionadas con ambientes acuáticos, especialmente las anátidas [patos, gansos, ocas, cisnes…] y las charadriiformes [gaviotas]. Llevan transportando la gripe aviar toda la vida y normalmente son totalmente asintomáticas. Por eso hay que muestrear varias aves silvestres en humedales de toda España para tener controlado qué está circulando en el reservorio silvestre. Ahora empieza a ser más llamativo, porque en la gran oleada de gripe aviar que hubo en Europa en 2016-2017 y en esta que la está superando ha ocurrido algo excepcional, y es que hay aves silvestres que se están muriendo. Aparecen un montón de patos muertos en Alemania, en Inglaterra… y la gente se está asustando más al ver aves muertas en el campo. En gaviotas ha habido algún caso, en Holanda hay vídeos de gaviotas afectadas…

–Sí, en uno se ve una gaviota que intenta volar y choca varias veces contra el suelo.

–Sí, es muy llamativo, porque estas especies acuáticas son bastante grandes y los síntomas neurológicos llaman la atención: aves que dan vueltas sobre sí mismas, que no pueden alzar el vuelo… Pero todos los casos en que ha habido de transmisión a humanos ha sido siempre en aves domésticas. Una vez que las silvestres entran en contacto, directamente accediendo a una granja avícola, o a través de las heces por el agua que se usa para dar de beber a las aves, se produce la transmisión y el virus se empieza a replicar masivamente y donde hay más riesgo de transmisión a humanos. Aunque se acerque una gaviota sana a tu mesa a intentar picarte algo va a ser difícil que te contagie. Si te encuentras una gaviota moribunda o con síntomas muy raros, evita acercarte y avisa a los servicios veterinarios. Tampoco hay que volverse loco huyendo de todo bicho que vuele, como en la película de “Los pájaros”.

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