La medida estrella de la Xunta para hacer frente a la quinta ola del coronavirus y, al tiempo, mantener abierta la hostelería entró en vigor el fin de semana pasado en los concellos en riesgo alto y máximo. En ellos no se puede utilizar el interior de los locales si no se dispone de una de estos tres pruebas: el certificado de vacunación con la pauta completa, una prueba negativa de las anteriores 72 horas o la acreditación de que se ha pasado la enfermedad. Como casi en cada cambio normativo de los implantados durante la pandemia, al principio surgen dudas, sea por interpretaciones erróneas, por explicaciones públicas confusas o porque la letra literal de la norma no entra a aclarar todos los supuestos que van surgiendo en su aplicación. A partir de la medianoche del viernes dos tercios de la población gallega tendrán que convivir con esta medida, así que es probable que entre clientes y hosteleros se multipliquen las cuestiones al respecto.

Las dudas afectan a aquellas personas sin certificados COVID, que sí pueden consumir en las terrazas pero no dentro de los locales. Pero, ¿pueden entrar al baño? ¿Cruzar una sala para acceder a otra zona exterior? ¿Acercarse a la barra para pagar la cuenta? La Consellería de Sanidade ha aclarado que la normativa no regula expresamente estos supuestos, pero ha remarcado que su objetivo es evitar que en los interiores haya gente sin mascarilla —mientras comen y beben— que no esté vacunado ni libre del SAR-CoV-2. Por tanto, la respuesta es que sí que se puede utilizar el servicio o acceder al interior para cuestiones puntuales sin tener la pauta completa de la vacuna, eso sí, siempre que se lleve la mascarilla puesta, como es obligatorio para todo el mundo en lugares cerrados.

Sanidade ha apuntado que tampoco los camareros de los bares, cafeterías y restaurantes están obligados a presentar estos certificados, dado que llevan las mascarilla puesta de manera continuada.

Por su parte, las agrupaciones de hosteleros se están movilizando para tratar de facilitar al sector la aplicación de las nuevas medidas. Por ejemplo, la Federación de Hostelería acaba de remitir a sus asociados un protocolo donde se resume toda la información publicada por la Xunta en esta materia y se intenta arrojar luz sobre el cumplimiento de la normativa en el sector. “Un camarero no vacunado nunca ha visto un certificado de vacunación en su vida”, explica Beatriz Carballido, gerente de la Federación Provincial de Hostelería (Feprohos). “Un camarero no es un fiscalizador de documentos, bastante trabajo tienen ya con las tareas del día a día. Si alguien falsifica o no, no lo sabemos, pero hay que confiar en la buena fe de la gente”, indica Carballido.