La Xunta dará una vuelta de tuerca a las medidas contra el coronavirus para tratar de contener una quinta ola que no pará de crecer. El presidente, Alberto Núñez Feijóo, ha avanzado hoy que en los concellos en riesgo máximo de transmisión se exigirá a los clientes que "acrediten su situación epidemiológica y de inmunidad". Es decir, a falta de concreción, todo apunta a que se aplicará una normativa similar a la que ya se usa en las discotecas, donde solo se puede entrar con una prueba negativa o con el certificado de vacunación.

Núñez Feijóo ha esgrimido que los bares, cafeterías y restaurantes, "cuando están bien pautados", no son los principales focos de contagio del COVID-19. Por eso, a fin de proteger el sector, ha puesto encima de la mesa esta nueva solución para aquellos municipios con elevadas tasas de contagiosidad. El mandatario hizo estas declaraciones en Ourense, una de las ciudades, ha adelantado, en la que se pondrá en práctica esta medida, al subirla un "escalón" en sus restricciones. Ahora mismo está en el nivel alto, por lo que ascendería al máximo, en el que en la escala actual está cerrada por completo la hostelería.

Por la tarde se reúne el comité clínico que asesora al Gobierno gallego en la gestión de la pandemia en que está previsto que se debata la manera de afrontar el elevado ritmo de infecciones. En todo caso, pese al adelanto ofrecido por el presidente, hasta mañana no se anunciarán todas las decisiones del Ejecutivo, que deberá concretar cómo queda finalmente su sistema de restricciones.

"Tenemos que ser consecuentes con los focos de contagio", ha argumentado, y también ha planteado que la actual recomendación de no reunirse en grupos de más de 10 pase a ser una obligación. En caso de que así se decida, deberá ser el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia el que valide la decisión. Hasta la fecha, el TSXG ha refrendado todas las normativas propuestas por el Gobierno gallego, a diferencia de lo que ha ido ocurriendo en otras comunidades. En esa misma línea, otra medida a analizar es el veto a las reuniones nocturnas de no convivientes, tanto en espacios públicos –para atajar los encuentros en la calle– como privados –fiestas en viviendas–.

Feijóo ha recalcado su preocupación porque, pese a no haber riesgo de colapso en las ucis, sí están aumentando las hospitalizaciones. Además, ha tachado de "disparate" los botellones para los que los hagan, pues quedarán "cuarentenados u hospitalizados".