Las seis grandes acumulaciones de plásticos, residuos de este material que han ido a parar al océano, fueron uno de los aspectos más recalcados el día en que se presentaron las primeras conclusiones de Malaspina. El CSIC mostró incluso fotos de un arco iris de trozos de plásticos recogidos en muestreos durante la expedición global. Pero al mismo tiempo, los científicos destacaron una cosa: no está todo el plástico que calculaban. Las predicciones eran muy superiores.

¿Dónde ha ido a parar? Es una de las preguntas clave que ahora plantea el oceanógrafo Xosé Antón Á. Salgado: "Se habla del hecho de que se hayan encontrado pequeñas cantidades de plástico en todos los océanos cuando vamos muestreando. Pero a pesar de ser multitud, son mucho menos de las que cabía encontrar", explica el doctor en Químicas.

"Pensábamos que íbamos a encontrar más plástico y esto es una parte importante de la expedición, porque implica que ha habido algún proceso y ahora se abren nuevas preguntas. Nos sugiere varios interrogantes. Una de las preguntas ahora es ¿dónde está ese plástico? ¿Se ha ido hacia el sedimento del fondo marino, está en la barriga de ballenas o tiburones?", se pregunta el experto.

Y concluye que hallar las respuestas implicará trabajos en el futuro. "Esto quiere decir que está o en el fondo marino, o en el estómago de los peces".

Y también hay conclusiones con respecto a el cambio climático; otro de los temas en los que más ha trabajado el oceanógrafo gallego. "Malaspina se hizo precisamente porque no existía ningún trabajo global que recogiese datos sobre biodiversidad del océano profundo, ni sobre cambio climático a nivel total", explica. Y a partir de ahora, ya existe un referente al que aludir.

"Malaspina hizo un inventario sobre cómo estaba el océano entre 2010 y 2011. Cuando vuelva a haber una circunnavegación del océano de este tipo, se podrán comparar los datos con los de ahora, porque es el primer estudio que va a marcar el futuro, servirá de base para decir si hubo o no cambio climático", añade.