OFTALMOLOGÍA INFANTIL

Hipermetropía, astigmatismo y miopía: ¿cómo saber si mi hijo tiene un problema en la vista?

Estos defectos ópticos aparecen cuando el ojo no es capaz de enfocar la imagen en la retina.

nina revisando su vista centro oftalmologia 1303 27497

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La miopía, el astigmatismo y la hipermetropía son las afecciones más comunes de la vista, se pueden dar de forma conjunta en un mismo ojo o por separado y cada una de ellas afectará a la vista de una forma distinta.

Estos defectos (ya que no son una enfermedad en sí misma) de refracción o de graduación en niños son trastornos que provocan que la imagen no se enfoque correctamente sobre la retina, por lo que los objetos se ven borrosos.

Sólo un niño de cada cuatro con problemas visuales se queja de ello, ya que un niño con visión borrosa asume que todo el mundo ve como él.

Es por ello de vital importancia que padres y educadores estén atentos a la evolución del sistema visual del niño y que sepan valorar a tiempo los primeros signos de que algo no va bien.

“Muy a menudo, los problemas de visión infantil están detrás de ciertos trastornos o dificultades que pueden presentar nuestros hijos, tales como el fracaso escolar”, alerta el doctor David Piñero, investigador en el departamento de Óptica, Farmacología y Anatomía de la Universidad de Alicante y óptico-optometrista en el Hospital Vithas Internacional Medimar.

pexels antoni shkraba 6749763

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¿Qué diferencias hay entre la miopía, el astigmatismo y la hipermetropía?

El niño con miopía

Los pequeños que no ven bien los objetos que se encuentran lejos decimos que son miopes. En este sentido, “el plano de la retina, que es el que forma la imagen, está situado mucho más lejos que donde enfoca el ojo”, explica el óptico-optometrista.

Cuando los niños empiezan a ir al colegio, suele ser el período en el que más se detecta este defecto.

“Los niños con miopía tienen problemas para leer lo que está escrito en la pizarra, aprietan los ojos para tratar de enfocar los objetos, y suelen preferir actividades de interior que les permitan ver de cerca, en lugar de salir fuera”, comenta Piñero.

Dado que la miopía infantil suele incrementarse mientras el niño sigue creciendo, será necesario hacer revisiones periódicas para reajustar la graduación. Normalmente la miopía se estabiliza al final de la adolescencia o al llegar a la edad adulta.

La miopía es hereditaria en la mayoría de los casos. En estos casos es aconsejable una revisión del niño antes de los 4 años y después repetirla cada año.

doctor probando vista paciente

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El niño con hipermetropía

A diferencia del caso anterior, los niños con hipermetropía presentan dificultades para ver de cerca, mientras que de lejos ven correctamente. 

“Casi todos los niños nacen hipermétropes, defecto que se va corrigiendo por sí solo a medida que van creciendo. Durante la infancia, si la hipermetropía es baja, los niños suelen ser capaces de forzar el enfoque y lograr ver correctamente los objetos cercanos. Por ello, si no se realizan revisiones periódicas, es muy difícil de detectar”, concreta el investigador.

Sin embargo, a veces este sobreesfuerzo, especialmente si la hipermetropía es alta, puede hacer que los niños arruguen la frente y presenten dolores de cabeza, cansancio ocular (escozor, dolor o lagrimeo de los ojos, parpadeo) y dificultad para leer, escribir y concentrarse.

Muchas veces la hipermetropía no requiere tratamiento, pero cuando es elevada o produce síntomas, el niño necesitará usar gafas para corregir el defecto.

nina revisando su vista centro oftalmologia

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El niño con astigmatismo

“El astigmatismo se produce como resultado de una deformación en la curvatura de la córnea. Esto hace que los objetos, tanto cercanos como lejanos, se perciban de forma borrosa o mal definida”, señala Piñero.

Los adultos podemos ser conscientes de que vemos las cosas deformadas, pero en los niños puede ser más difícil de diagnosticar.

En general, las afecciones suelen ser dolores de cabeza y mareos, debido al esfuerzo que hace el ojo por tratar de corregir el defecto. También es habitual padecer sensibilidad a la luz y visión doble.

El experto cita que la detección de uno o varios de estos síntomas en un niño es indicativo de un posible astigmatismo:

  • El niño o la niña tiene problemas para ver la pizarra o para seguir la línea cuando lee o escribe.
  • Guiña los ojos tratando de enfocar mejor.
  • Tuerce la cabeza con el fin de encontrar un ángulo que le permita ver mejor.
  • Se queja de dolores de cabeza.
  • Tiene los ojos rojos.
  • Le pican los ojos.

Normalmente el astigmatismo aparece asociado con algún otro tipo de alteración como la miopía o la hipermetropía y el tratamiento, de ser necesario, será el uso de gafas.

nino jugando

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¿El uso de pantallas influye en el auge de estas afecciones?

Nuestros nuevos hábitos llevan a los niños a utilizar dispositivos móviles a una edad excesivamente temprana, lo que puede afectar al buen desarrollo cognitivo y de su salud visual.

Si nos centramos en los problemas visuales derivados del uso abusivo de dispositivos digitales en niños, podemos apreciar problemas como la irritación ocular, el enrojecimiento o un lagrimeo excesivo.

“También pueden conducir a padecer problemas de visión de forma prematura, como la miopía o el astigmatismo, por eso, el número de niños miopes ha aumentado de forma considerable y cada vez son más pequeños”, menciona el doctor.

Aunque añade que “no hay que demonizar el uso de las pantallas, sino regular y controlar el uso de dispositivos digitales en los más pequeños limitando su uso diario”.