La juez Eva Armesto y la UDEV exploran todos los medios de prueba para determinar la presunta implicación de los policías gemelos Bernardo y Roi D. L. en el posible homicidio en comisaría de su compañero Celso B. A., hallado muerto en su despacho con un disparo en la sien, en abril de 2016. Ayer, la Científica recogió muestras de ADN de la saliva de los sospechosos por medio de un hisopo. La magistrada dictó un auto ordenando esta diligencia para aclarar la presunta implicación de los inspectores en el crimen, toda vez que en la pistola de la que salió el disparo que acabó con la vida de Celso B. A. había restos de ADN ajeno.

La recogida de muestras se llevó a cabo ayer a mediodía en el juzgado de Instrucción 3, aprovechando que los gemelos acudieron a la sede para la comparecencia diaria establecida por la instructora, entre otras medidas cautelares de su libertad provisional. El propósito de la diligencia es determinar si el ADN del arma pertenece a alguno de los investigados, lo que reforzaría la línea de investigación sobre su participación en el crimen.

Esta prueba, cuyo examen corresponde a la Policía Científica, se presume clave. Las partes también están a la espera del resultado del análisis de la funda con sangre localizada en un coche de los investigados. Ellos sostienen que son salpicaduras de la matanza del cerdo. El laboratorio tendrá que determinar si el plasma es de animal o de persona y, dentro de esta última hipótesis, si pertenece a Celso.

Uno se fue al poco de llegar

El fallecido accedió a la comisaría a las 15.55 horas del 9 de abril de 2016. Las cámaras del garaje captan la entrada del Volvo utilizado por los gemelos a las 16.30 horas. En los fotogramas solo se ve un ocupante. Fuentes próximas al caso aseguran que uno de ellos salió a los pocos minutos por la puerta principal de comisaría, lo que podría servir como coartada. La hipótesis del homicidio dilucida si el segundo gemelo entró en el garaje oculto en el coche para pasar desapercibido.

La plaza de aparcamiento del sótano donde solían aparcar, más amplia que otras, está fuera del ángulo de cámara y cerca de un falso techo por el que puede transitar una persona, y que comunica con la galería de tiro. Que alguno pudiera colarse por ahí para evitar ser grabado es otra de las hipótesis que la instrucción ha de verificar. En el pasadizo se encontraron 14 marcas de huellas pero, según la defensa de los investigados, ninguno de esos rastros ha sido identificado.

Para la detención e imputación de los gemelos por siete delitos, incluido el presunto homicidio de Celso, la juez se apoyó en inspecciones oculares, informes de balística, del Instituto de Toxicología y ADN, así como en declaraciones testificales, fotografías, relación de llamadas y comunicaciones así como documentación bancaria. Uno de los informes apunta a la muerte homicida de Celso por la posición del cadáver -posado en el suelo y no caído-, la trayectoria de la bala -de arriba a abajo, al revés de lo que ocurriría en un suicidio-, por la rigidez de la cabeza, por el hecho de que tuviera sangre en la mano o de que el disparo se hubiera hecho, según criminalística, a una distancia de entre 6 y 10 centímetros de la sien, no a bocajarro.

Este es uno de los indicios en que se basa la familia del fallecido para sostener que, casi con toda seguridad, Celso fue asesinado. El abogado de la acusación particular, Arturo Mosquera, se opone a la petición de la defensa para que la obligación de comparecencia de los gemelos se rebaje a una vez por semana, en lugar de cada día.

Además, el representante de la víctima no quiere que esté personado en la causa el exjefe de la brigada antidroga, Antonio R. F., quien se considera perjudicado por los anónimos de los que se fio Asuntos Internos para llegar a la operación Zamburiña. La fiscal, Pilar Manso, también se opone a la personación de este policía en el caso por la muerte de Celso.

Pedirán declarar

Los abogados de las partes estiran sus jornadas laborales para estudiar la ingente cantidad de informes que conforman la causa. En las diligencias 797/16 de Instrucción 3 de Ourense hay más de 4.000 folios de actuaciones, incluido una pequeña parte sobre la que aún pesa el secreto de sumario.

El letrado de la defensa, Neil González, mantiene que los dos investigados son inocentes y que su intención es pedir una declaración voluntaria para dar su versión. En la comparecencia ante la juez tras más de 50 horas detenidos, Roi y Bernardo solo respondieron a algunas preguntas de su letrado porque no habían tenido tiempo a estudiar el caso.