Achacan a la escasez de oxígeno en el agua un nuevo episodio de mortandad de peces en el Lérez

El río Lérez fue ayer escenario de un nuevo episodio de mortandad de peces, similar al ocurrido el pasado fin de semana. Numerosos ejemplares se podían ver en las orillas del río y flotando en el agua, lo que causó gran curiosidad entre los ciudadanos que paseaban por la zona.

Cuando se detectaron los peces muertos el fin de semana se descartó, de inicio, la posibilidad de algún vertido y se apuntaba a un exceso de agua dulce y escasez de oxígeno en el agua, si bien la Asociación Pola Defensa da Ría reclamó una investigación para aclarar las causas.

El episodio de ayer coincidió con un notable vertido contaminante de aguas residuales desde el paseo de Lourido, en Poio, si bien todo apunta a que no está relacionado directamente con la mortandad de estos días, aunque sí pudo agravar la de ayer.

Fue un reventón en la red de saneamiento la que provocó que un gran caudal de aguas sucias cayera a la ría desde Lourido. Resultaba muy espectacular ya que coincidió con la marea baja y dejó un gran reguero de agua sobre la arena.

Acudieron agentes de la Policía Local de Poio y técnicos de la empresa municipal para resolver el asunto. Diversas fuentes consultadas señalan que este vertido no explica la aparición de peces muertos en numerosos puntos del río y su desembocadura, en especial porque el accidente fue ayer y los peces muertos comenzaron hace días a aparecer. Por ello, se apuesta más por una escasez inusitada de oxígeno en el agua.

Según algunos pescadores, los ejemplares que han aparecido muertos no son habituales en la zona y podrían remontar la ría para desovar, encontrándose con un hábitat poco adecuado. En todo caso no son más que conjeturas de personas que conocen el río y realizan capturas en él, ya que hasta ahora ninguna administración ha ofrecido explicaciones sobre este asunto pese a la preocupación que ya comienza a generar.

Desde hace varios meses, los bancos marisqueros del fondo de la ría permanecen cerrados por decisión de los propios trabajadores, ante la elevada mortandad de almejas y no volverán a faenar al menos hasta julio. No se descarta que el problema se haya extendido a otras especies que habitan o se introducen en el río y la ría.

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