Una feria con más de 300 pequeños investigadores

Lucas, Breixo y Breogán, del CEIP Manuel Vidal Portela, muestran entusiasmados la cámara oscura elaborada por su clase, 6º A. Su trabajo nació en la biblioteca del centro bajo el nombre de “Luces, cámara y acción”, y durante unos cinco o seis meses desarrollaron la hipótesis de que el espejo crea un efecto óptico “muy chulo”. “Es todo material reciclado que encontramos por el cole, lo único que compramos fue el plástico translúcido”, explican estos jóvenes investigadores.

Este es uno de los once trabajos que se muestran entre ayer y hoy en la feria Ponteciencia 2024: XI Feira da Miniciencia, que reúne a más de 300 pequeños investigadores de diversos centros escolares del municipio en la sede de Forestais del campus local. Las disciplinas son variadas, y los trabajos versan sobre cine, gastronomía, biología o lingüística, demostrando así que las áreas de conocimiento no son compartimentos estancos. Es más, se retroalimentan entre todas ellas.

Como Breixo, Breogán y Lucas, del Manuel Vidal Portela, el CEIP Ponte Sampaio o el Colegio Calasancio también exponen sus proyectos entre el vestíbulo y la tercera planta del edificio, y con uniformes o batas blancas se esmeran en explicar a los visitantes cuáles son las dudas que les surgieron durante sus trabajos y cómo han llegado hasta donde están ahora. Los de Ponte Sampaio se preguntaron qué cantidad de microorganismos pueden llegar a albergar las monedas y los billetes. Así nació su investigación “O ecosistema monetario dos microorganismos”. Durante los meses de estudio con distintos cultivos descubrieron que algunas bacterias presentes en el dinero pueden llegar a afectar negativamente a la salud de las personas, pues es capaz de portar E-coli, streptococcus oralis y staphylococcus aureus, entre otras bacterias.

En otro stand cercano, los alumnos de último curso de Primaria del Colegio Calasancio enseñan su proyecto sobre la vitamina C, con el que desmienten el mito de que las vitaminas se van pronto de los zumos: “Nos salió bien”, dice Jorge, “porque en las primeras tres horas comprobamos que de un zumo de naranja tan solo se fue el 17% de esta vitamina”. Depende del zumo que se use, apunta, pero puede comprobarse la persistencia de esta vitamina añadiéndole sustancias ajenas y viendo cómo las bebidas naturales mantienen su color original. Lo corroboran sus compañeras y compañeros Claudia, Noa, Inés, Isidro, Gonzalo y Sebastián.

“Los radicales libres quieren atacar a la célula”, explica Noa mientras enseña unas fotografías de sus cultivos de zumos de pepino, tomate o naranja, a los que añadió unos mililitros de Betadine. “Es como un juego de policía y ladrón. La vitamina C tiene la capacidad de ceder electrones a la célula para que esté sana y no se tiña”, concluye.

Además de exponer sus distintos trabajos de investigación, los alumnos pudieron asistir a varias actividades y conferencias especialmente preparadas para ellos en la facultad, como la charla sobre asistencia a fauna marina amenazada en el propio laboratorio de Física del edificio.

Hoy, sábado, es la última jornada de la feria y los investigadores del CEIP San Martiño, Sagrado Corazón de Pontevedra, CEE Pontevedra, CEIP Manuel Vidal Portela, CEIP Santo André de Xeve, Calasancio, Froebel, CEIP de Ponte Sampaio, CIFP A Xunqueira, IES Luís Seoane, o CFEA Lourizán, IES Gonzalo Torrente Ballester, CIFP Montecelo y del CIFP Carlos Oroza vestirán de bata blanca tan solo durante la mañana: desde las 10.00 horas hasta las 14.30. La entrega de premios y clausura será a las 13.30 horas en el Salón de Actos, y por último habrá una comida de confraternización para todos en el exterior de la escuela.

Suscríbete para seguir leyendo