Un goteo de cierres en la Oliva que no cesa

Tiendas emblemáticas como las perfumerías Tito de la Peña o la lencería Isa Baltasar, con décadas de actividad, anuncian el cierre; también se despiden Dequip y la cafetería O Galo

Teté de la Peña atiende a dos clientas en la perfumería de la calle Oliva.

Teté de la Peña atiende a dos clientas en la perfumería de la calle Oliva. / Gustavo Santos

La competencia de las grandes cadenas, el alto precio de los bajos, la falta de relevo generacional o el auge de las ventas on line. Según los casos, los propietarios de tiendas apuntan a alguno o a varios de estos factores como responsables de la escalada de cierres en el comercio tradicional, varios de cuyos principales exponentes en la calle Oliva y las galerías anuncian que bajan la verja.

Es el caso de las perfumerías Tito de la Peña, con tiendas en las calles Oliva y Castelao y una referencia del comercio local desde mediados del pasado siglo. Teté de la Peña explica que “empezamos antes de los años 50, después en 1976 se hizo la sociedad Godoy-Tito de la Peña, y la primera tienda que nació ya solo con el nombre de Tito de la Peña fue en diciembre de 1988”.

La perfumería siempre ha estado en la calle Oliva, aunque en distintos bajos, y en 1996 abrió la segunda tienda en la calle Castelao. En sus orígenes a mediados del siglo XX comercializaba productos de droguería y colonias y con los años se fue introduciendo en la alta perfumería y en los complementos.

El cierre, reconoce Teté de la Peña, es doloroso pero inevitable y afectará a 6 trabajadores. “No salen las cuentas”, señala en este punto, “el mercado está muy complicado, hay mucha competencia, tanto de otras cadenas como de la venta on line”, que ha crecido exponencialmente con la pandemia.

Su ventaja, destaca, “ha sido el personal maravilloso”, que con todo no ha sido suficiente, y también “clientas fieles” que ayer se reconocían muy apenadas por el próximo cierre.

El cierre, reconoce Teté de la Peña, es doloroso pero inevitable y afectará a 6 trabajadores. “No salen las cuentas”, señala en este punto, “el mercado está muy complicado, hay mucha competencia, tanto de otras cadenas como de la venta on line”, que ha crecido exponencialmente con la pandemia

También a Isaura Baltasar le resulta muy difícil tener que bajar la verja de una no menos emblemática tienda de las galerías Oliva, Isa Baltasar, que arrancó hace 40 años. “Primero vendía decoración de hogar”, detalla, y más tarde introdujo la lencería, que la ha convertido en un referente.

“Estoy muy apenada”, admite, porque la tienda “formaba parte de mi vida, la disfruté mucho y la voy a echar mucho de menos”, tanto por los empleados que la han acompañado en estos años como por los clientes, “muchos de los cuales ya son amigos, porque conocimos a sus hijos siendo bebés, decoramos sus casas cuando se casaron… Los hemos acompañado muchos años”.

Isaura Baltasar (izquierda) encabeza su tienda de lencería y decoración de hogar desde hace 40 años.

Isaura Baltasar (izquierda) encabeza su tienda de lencería y decoración de hogar desde hace 40 años. / S. R.

Tras recorrer “las cuatro provincias” de Galicia decorando las casas de los clientes, se siente “muy agradecida, porque gracias a ellos pudimos seguir” estas cuatro décadas.

Ahora anuncia el cierre porque “todo tiene un fin”, resume, “no hay relevo generacional y todo ha cambiado mucho en el comercio desde que empezamos”.

A unos metros, el pasado sábado cerró sus puertas O Galo Coffe Shop, una cafetería situada también en las galerías, al igual que hará en breve Dequip, una tienda especializada en deportes. Su responsable, Dahiana Acosta, explica que “los anteriores propietarios llevaban 31 años con el comercio y nosotros 4”.

“Estoy muy apenada”, admite Isaura Baltasar, porque la tienda que encabeza desde hace 4 décadas “formaba parte de mi vida, la disfruté mucho y la voy a echar mucho de menos”, tanto por los empleados que la han ayudado como por los clientes, “muchos de los cuales ya son amigos, porque conocimos a sus hijos siendo bebés, decoramos sus casas cuando se casaron… Los hemos acompañado muchos años”

En su caso, las cosas “se complicaron mucho con la pandemia” y tras acumular 2 meses en negativo remontaban ventas cuando llegaron otros acontecimientos que afectaron a la actividad comercial como la guerra de Ucrania y, especialmente, el cierre del paso de las galerías hacia la calle Gutiérrez Mellado.

Ese fue “el golpe final a nuestra tienda”, refiere, que venía a sumarse al gran reto que supone la explosión de las ventas on line, que solo el pasado año en sectores como el calzado experimentaron crecimientos del 30%. El pequeño comercio ha de contar con un stock que movilizar cada temporada “y la gente si encuentra on line ofertas por 5 euros menos se va ellas”.

Tras decidirse por el cierre, ya piensa en otros proyectos. “Voy a terminar el ciclo y buscar otro trabajo”, señala en este punto, “no tengo miedo” y considera que un negocio “es un poco como una relación, si no funciona hay que dar un paso al lado” y decidirse por otro camino.

Con todo, los clientes trasladaban ayer a FARO su pesar por el cierre de tiendas a las que acuden desde hace décadas, que les brindan un trato cercano y especializado y que han sido claves en la identidad comercial de la Boa Vila.

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