De farmacia a tienda efímera

El antiguo local de la farmacia Esteban, cerrado desde el traslado de la botica, recupera desde ayer actividad con Market Pontevedra, una tienda efímera que reúne los trabajos de jóvenes artesanos y diseñadores.

Rocío Montejo es la impulsora del mercadillo, el primero que desarrolla en la Boa Vila. “También lo he organizado en Madrid”, explica, asimismo “con marcas jóvenes que quieran emprender”, proyectos que “desgraciadamente ahora hay pocos”, lamenta.

La experiencia madrileña funcionó y “como han salido muy bien y antes vivíamos en Pontevedra nos hacía mucha ilusión hacerlo aquí”. También animó a estas jóvenes afincadas en la Boa Vila, actualmente estudiantes en Madrid, a poner en marcha la tienda efímera que “tenemos un montón de clientas aquí que nos lo pedían”.

En Madrid “depende del mes o la época del año le ponemos un nombre un poco distinto, pero éste es Market Pontevedra”, señala su promotora. La tienda efímera solo durará hasta la jornada de hoy, cuando podrá visitarse de 12 a 19 horas, e invita a los clientes a familiarizarse por los productos artesanos de tres marcas.

Se trata de Rakayo, que propone sudaderas “en un estilo como de surf y la costa”, resume Rocío Montejo; Malba, una marca que inicia su andadura con bolsos “hechos a mano, de trapillo, muy coloridos y chulos”; y By aguademar, dedicada al diseño de joyas.

Tras las marcas están cinco emprendedores: Nico López y Tomás Omil (al frente de Racayo), Alba Carrillo y María Romo (de Malba) y Rocío Montejo (By aguademar).

Numerosos clientes, en su gran mayoría jóvenes, visitaron durante la jornada de ayer la tienda. Tuvieron oportunidad de hacerse con sudaderas a precios entre 50 y 60 euros de media; bolsos entre 20 y 30 euros y joyas, desde 6 y hasta 20 euros

Todas sus propuestas están hechas a mano y/o diseñadas desde Pontevedra. En el caso de Racayo, “sus responsables diseñan y mandan a producir a Portugal, con un material mejor para las sudaderas”, señalan los responsables de la tienda efímera.

Por su parte, las impulsoras de Malba hacen todo el proceso de elaboración de bolsos “a mano”, detalla Rocío Montejo. Ésta a su vez “también hacemos a mano todo lo que podemos de nuestras joyitas, que todas son de acero inoxidable, de modo que no dan alergia ni se estropean con el agua de mar, que es un poco la gracia del nombre”.

Numerosos clientes, en su gran mayoría jóvenes, visitaron durante la jornada de ayer la tienda. Tuvieron oportunidad de hacerse con sudaderas a precios entre 50 y 60 euros de media; bolsos entre 20 y 30 euros y joyas, desde 6 y hasta 20 euros.

Para poner en marcha este mercado efímero los jóvenes diseñadores y artesanos han contado con la colaboración de la propietaria del conocido local la plaza de Curros Enríquez. Tras años de cierre, el bajo ha recuperado vida con las perchas, las prendas a la venta y una nueva ambientación, así como con la limpieza de las pintadas que afeaban la entrada desde hace meses.

“Tenemos una amiga que nos lo ha dejado, son los propietarios del local y nos lo han cedido unos días, muy amablemente, la verdad”, señalan los responsables de la tienda. Éstos destacan que han querido dar “un nuevo aire, con una limpieza, también de las pintadas, que nos costó”, a una antigua farmacia que renace por dos días esta Semana Santa como mercado efímero.

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