La Escola de Paspallás echa el cierre a sus 25 años

La asociación continúa con su actividad habitual, pero da de baja a su iniciativa de formación en tiempo libre

Formación de monitores en actividades para personas con capacidades diferentes.

Formación de monitores en actividades para personas con capacidades diferentes. / Paspallás

El 8 de febrero de 1999 nacía la Escola de Tempo Libre Paspallás, en el seno de la pontevedresa Asociación Paspallás, como una iniciativa pensada para la formación entendida de un modo plural, abierto, crítico y creativo. El pasado 8 de febrero del actual 2024, exactamente 25 años después, se daba de baja a esta escuela, por la que pasaron decenas de profesionales de diversos ámbitos culturales y sociales. La decisión pone fin a una etapa de Paspallás, que seguirá centrada en sus proyectos de experiencias didácticas en espacios educativos y ambientaciones artísticas y pedagógicas.

“A través de la formación crecimos como personas y nos enriquecimos como colectivo plural y diverso. Fue una cantera de enriquecimiento personal. Nos autoformábamos y, aunque nos costó llevarla arriba, mereció la pena”, asegura a FARO Ángela Paz, socia fundadora de Paspallás.

La Escola de Tempo Libre Paspallás estaba reconocida oficialmente por la Xunta de Galicia y nació con un espíritu de formación “plural, abierto, crítico y creativo enfocado en una especialización y actualización de educadoras/es en contextos no formales, sociales y comunitarios”.

Así, desde la investigación, acción , reflexión y participación se trabajaron valores sociales como el desarrollo comunitario, el respeto, la cooperación, la convivencia y el trabajo en equipo. Pero también valores personales como las capacidades físicas, las habilidades motrices, mentales y emocionales, sin olvidar “la creatividad y el conocimiento del ser”.

“No tenía sentido seguir con la escuela porque en aquel momento de su creación era algo diferente, pero ahora ya hay muchas y nosotros ya llevábamos diez años sin impartir cursos oficiales de tiempo libre, motivo más que suficiente para dar paso a otras inquietudes e iniciativas interesantes como asociación”, explica Ángela Paz.

“Yo venía de estar hospitalizada desde 1996 a 1999, por lo que tenía muchas cosas en mi cabeza y yo venía que había muchas que no se estaban haciendo. También venía de Cruz Vermella y de colaboraciones tanto en Galicia como en Portugal. Cuando conoces realidades distintas te cambia la mente”, reconoce.

Una habitación ambientada en el Hospital de Ferrol.   | // PASPALLÁS

Una actividad de baile y música tradicional. / GUSTAVO SANTOS

Fueron muchas las actividades que se realizaron con la Escola de Tempo Libre Paspallás, todas enfocadas a la integración de las personas en diferentes ámbitos. “Esa riqueza es que nos dio la oportunidad de conocer a personas tan variadas y distintas, de mundos y realidades opuestas. Nos hizo crecer como personas en el mundo de lo tradicional, la cultura, lo social, lo educativo, los deportivo, lo afectivo, lo inclusivo, lo musical, la psicología moderna, la pedagogía, la naturaleza, el respeto por los derechos en la igualdad, los derechos sociales...”, resume la socia fundadora.

Así, entre otros proyectos, participaron en la Marcha Mundial de las Mujeres y en el proyecto PreSOS, con reclusos, “porque entendíamos que los espacios no son solo cuatro paredes, que hay que darles vida”.

Asimismo, la escuela ofreció cursos para monitores enfocados a personas con capacidades diferentes. Por ella pasaron personas como la actriz Andrea Bayer o David Gil, de la Asociación Frangil, de lucha contra la leucemia.

Por todo ello, Ángela Paz solo repite “gracias a todos por esos momentos”, que quedarán para siempre en la memoria.

Ambientación en el hospital de Ferrol.

Ambientación infantil en el hospital público de Ferrol. / Paspallás

Obrar el milagro: que un niño pierda el miedo al hospital

Si hay un reto difícil es conseguir que un niño olvide que se encuentre hospitalizado. Desde la asociación pontevedresa Paspallás trabajan para que ese milagro se obre a través de sus ambientaciones artísticas y pedagógicas. Sus proyectos tienen como fin crear un ambiente de protección, cómodo, funcional... pero sobre todo lúdico, “aportando soluciones creativas y originales”, en palabras de Ángela Paz. “Si un niño tiene que estar ingresado durante dos semanas o veinte días, hay que conseguir que se sientan libres, sin riesgo. Lograr quitarse esos miedos que sienten en el hospital jugando”, considera. Y así lo han logrado en sus intervenciones en varios centros sanitarios gallegos.

Como ejemplos, bastan el servicio de Urgencias Pediátricas del Complexo Hospitalario Universitario de Ferrol Arquitecto Marcide, en donde Paspallás también trabajó en la planta de Neonatos y en la de Pediatría. En su currículum, la asociación cuenta también con su intervención en el servicio de Rehabilitación Infantil del Hospital Teresa Herrera de A Coruña o en las Urgencias Pediátricas del Hospital Clínico de Santiago de Compostela. Cuando se le pregunta para cuándo un trabajo en el Complexo Hospitalario de Pontevedra, Ángela Paz confiesa que “nos gustaría muchísimo”. En todo caso, recalca que se trata de colaboraciones multidisciplinares, en las que servicios como el de Pedagogía, Logopedia e incluso Mantenimiento tienen mucho que aportar, ya que se utilizan elementos como el mobiliario para la creación de juegos en la señalización y ambientación plástica.

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