Entrevista | Iria Vázquez Silva Profesora de Sociología

“El machismo digital se organiza y hay muchos jóvenes a los que les llegan esos mensajes”

“Queda muchísimo por hacer”, afirma la docente de los cursos de Igualdad del Concello de Pontevedra

Iria Vázquez Silva, en la Casa Azul de Pontevedra.

Iria Vázquez Silva, en la Casa Azul de Pontevedra. / GUSTAVO SANTOS

“Igualdade e prevención das violencias machistas” e “Historia dos movementos feministas” son los últimos cursos programados en el marco de la Escola Feminista del área de Xuventude del Concello de Pontevedra. El primero concluyó esta semana, mientras que el segundo comenzará el próximo martes, 12 de marzo. Al frente de ambos se encuentra la profesora de Sociología de la Universidade de Vigo Iria Vázquez Silva, especialista en Estudios de Género y coordinadora de la publicación “Cómplices. A violencia machista institucional” (Editorial Galaxia).

– ¿Qué tipo de público asiste a estos cursos?

– Al ser organizados por la Concellería de Xuventude, tienen prioridad las personas menores de 35 años, pero siempre que haya plazas están abiertos a todo tipo de personas interesadas. La mitad de los asistentes eran menores de 35, pero la otra mitad eran de perfiles diferentes: tanto en edad como en formación. Hay gente que viene por motivos laborales, otras que lo hacen por motivos personales, están las que ya tienen formación en la materia...

– ¿El abordaje de las cuestiones relacionadas con la violencia machista cambia según la edad de los asistentes a los cursos?

– Son cursos teórico/prácticos. Así que la intención es dar una primera parte conceptual y otra práctica sobre cómo hacer un acompañamiento en caso de violencia con dinámicas prácticas: en el campo laboral, como docente, como amiga... Es por ello que la edad no es un condicionante, porque la juventud que viene ya está interesada en cuestiones de género y tiene curiosidad.

"Necesitamos más hombres concienciados, porque sí hay discursos negacionistas, de la igualdad y de la violencia"

– Lo que sí está claro es que sigue siendo necesario celebrar cursos de este tipo...

– Vivimos en una sociedad machista y se necesita formación porque hay muchas influencias que hay que desaprender. Además, y eso sí que es lamentable, siguen existiendo las violencias machistas, por lo que sigue haciendo falta prevención. Trabajar a lo largo de la vida cuestiones de igualdad, coeducación, prevención... es lo que nos toca.

– ¿De qué modo han cambiado los tipos de violencia machista?

– Hay tipos que perduran a lo largo del tiempo y otras que van cambiando y adaptándose en función del contexto. Por ejemplo, todo lo que tenga que ver con la violencia de control. En la última década aumentó la violencia de control, psicológica, saber dónde estás, ubicación, a través de redes sociales... Pero aumentó en general, no solo entre la juventud, así lo señalan las encuestas sobre violencia de género. Por otro lado está la violencia psicológica, que también da unos datos muy elevados en diferentes tramos de edad. No se puede hacer un perfil único; solo en el agresor es el de tener valores machistas. Más allá de esto, hay una diversidad de casuísticas importante.

– Pero sí habrá tipos de violencia que pasan más desapercibidas o que están más aceptadas socialmente.

– Las violencias psicológicas o de control son cotidianas y a veces pueden pasar desapercibidas, lamentablemente. Se sigue dando la situación de que lo que ocurre en la pareja es algo en lo que el resto de personas no se meten. Así, por ejemplo, la violencia sexual está muy tapada. El 21,7% de las mujeres entrevistadas por el CIS reconocieron que habían sufrido algún tipo de agresión sexual.

– De esta última encuesta salieron otras cifras preocupantes, como que un 44% de los españoles dijeron que “se ha llegado tan lejos en la igualdad que se les discrimina”.

– Pero también hay algunos datos positivos, como que el 86,6% de los hombres aprueban recriminar a sus amigos comportamientos machistas. Los hombres comienzan a ser conscientes de la responsabilidad que tienen. Además de que la detecten, es importante que paren la violencia machista. Hay que poner el foco en cómo fue construida una masculinidad tradicional, la educación basada en oprimir al que considera inferior, que puede ser su novia, su hermana, su madre... La violencia de género está ahí y que haya un debate sobre qué se envía en un grupo de WhatsApp, cómo se habla de las mujeres... es un cambio muy importante. Es cierto que necesitamos más hombres concienciados, porque sí hay discursos negacionistas, de la igualdad y de la violencia. En general, las mujeres estamos más concienciadas con la lucha por la igualdad.

Las violencias psicológicas o de control son cotidianas y a veces pueden pasar desapercibidas

– ¿A qué se debe entonces que haya mujeres que nieguen el feminismo? ¿Es una cuestión de términos?

– Hay una confusión con el concepto de feminismo, que es un movimiento por la igualdad entre hombres y mujeres. Y también hay un machismo digital, la llamada manosfera, que son foros, tipo Foro Coches, que hacen estratégicamente, y a veces de forma organizada, ataques a la igualdad con mensajes de odio hacia las mujeres y negacionistas de la violencia. El machismo digital se organiza y eso tiene consecuencias, porque hay muchos jóvenes a los que les llegan esos mensajes. Ahí hay un problema.

– El nuevo curso que impartirá en marzo también de la mano del Concello de Pontevedra analiza la historia de los movimientos feministas, como la actual Cuarta Ola. ¿A cuándo hay que remontarse para datarla?

– Muchas veces se data en ese estallido reciente del 8 de marzo, pero yo incluso me remontaría en el contexto español a la reacción a la ley del aborto de Alberto Ruiz-Gallardón, en 2014, que fue el germen de un movimiento muchísimo más organizado por los derechos reproductivos de las mujeres. Después vinieron la huelga del 8M y la huelga de cuidados, para que se visibilicen y se repartan de modo igualitario, entre otras cuestiones.

– ¿Están cumpliendo las instituciones a nivel político, judicial...?

– Queda muchísimo por hacer. Hay mejoras, la legislación mejoró y hay mayor protección a las víctimas de violencia, pero aún falta mucho: hay muchos juzgados en los que no hay salas de espera diferenciadas para víctimas y supuestos agresores, no hay medios suficientes, los CIM no tienen el personal necesario, hay muchas mujeres en el rural sin un CIM cerca...

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