“Te voy a pasar por la piedra”, amenazó a la víctima el acusado del crimen de Mondariz

Un amigo de José Luis Faro Fernández, víctima del conocido como crimen de Mondariz, declaró a la Guardia civil que el hombre se había sentido amenazado por el acusado, Miguel Ángel G.M. Le llegó a decir incluso que “te voy a pasar por la piedra”, expuso ante la Audiencia Provincial de Pontevedra el instructor de la investigación policial.

En la vista celebrada ayer, segunda sesión de este juicio que se celebra con jurado popular en la Audiencia de Pontevedra, declaró también la propietaria del hostal en el que residían víctima y supuesto asesino. Esta explicó que el fallecido llevaba 17 años viviendo en el hostal, que nunca tuvo problemas con él y que era “una persona afable y querida”. Sí le había manifestado que el vecino de habitación le molestaba con la música alta, o llamándole a la puerta por las noches para pedir tabaco, por lo que tenía intención de cambiar de cuarto.

También declaró la empleada de un bazar de Ponteareas en el que el acusado compró el cuchillo supuestamente utilizado en el crimen. Tras adquirirlo –explicó la mujer–, el acusado quitó el plástico que lo envolvía y ya fuera de la tienda hizo el gesto de apuñalar a alguien, mirando hacia las empleadas.

Las psiquiatras forenses que también prestaron declaración ayer expusieron que aprecian una disminución parcial de la capacidad cognitiva del acusado, si bien “comprende lo que está bien y lo que está mal”.

Por su parte, el médico forense que analizó una muestra de la cabeza de la víctima, apreció hasta 18 lesiones, casi todas compatibles con un arma blanca, excepto una herida contusa que podría haberse producido con el mango del cuchillo. El arma, según el forense, es “compatible” con las múltiples heridas que sufrió la víctima.

Sangre en puertas y paredes

El instructor de las diligencias del grupo de Homicidios de la Guardia Civil de Pontevedra expuso en su declaración que la propietaria del hostal explicó a los agentes que unos días antes había dejado de ver a la víctima, al mismo tiempo que el supuesto asesino abandonó la habitación sin devolver las llaves. Fue esta mujer quien encontró manchas de sangre en la pared y puertas del establecimiento, por lo que alertó a la Guardia Civil.

Los agentes comprobaron que el acusado tenía antecedentes por lesiones y que anteriormente se le había requisado un arma blanca en la estación de autobuses de Ponteareas.

Al inspeccionar la habitación del acusado, los agentes se encontraron con agujeros de cuchillo en el armario realizados “como una especie de ensayo de apuñalamiento, o un arrebato”. Localizaron a Miguel Ángel alojado en un hostal de Vigo, a donde se dirigieron para hacer en primer lugar un seguimiento y la posterior detención.

Tras la confesión de los hechos y ante los diagnósticos psiquiátricos expuestos por los peritos, el fiscal rebaja la petición de pena de 17 a 14 años de prisión para el acusado, mientras que la defensa pide que se tengan en cuenta las atenuantes que lograrían esta rebaja en la condena, si finalmente el jurado lo declara culpable.