Alcaldes en el paredón

La exposición “E se fose hoxe?” homenajea con personas actuales a los represaliados

Los alcaldes Félix Juncal, Ledicia Santos, María Ramallo y Victoria Portas posan frente a un paredón.   | // GUSTAVO SANTOS

Los alcaldes Félix Juncal, Ledicia Santos, María Ramallo y Victoria Portas posan frente a un paredón. | // GUSTAVO SANTOS / Susana Regueira

María Ramallo, alcaldesa de Marín, y sus homónimos de Bueu, Félix Juncal, Moaña, Leticia Santos, y Cangas, Victoria Portas, posan frente a un paredón semejante a las tapias contra las que fueron fusilados en 1936 sus predecesores, Antonio Blanco, Johán Carballeira, José Fandiño Pidre y Agustín Jorge Echeverri. Ellos son cuatro de los pontevedreses contemporáneos protagonistas de la muestra “E se fose hoxe?”, inaugurada en la tarde de este lunes.

La exposición puede contemplarse en la plaza de España y busca dar a conocer “de un modo humano a las personas represaliadas y alentar del fascismo, mostrando las consecuencias que tendría el alzamiento en la actualidad”, señala María Ortega, diputada de Memoria Histórica, el departamento de la Diputación que impulsa la campaña.

“E se fose hoxe?” sitúa a las personas actuales en el mismo papel de quienes ocupaban en 1936 su mismo cargo. La idea es reflejar mediante imágenes, captadas por la fotógrafa Alba Díaz, los escenarios que vivieron, asesinatos a la cabeza, pero también exilios, incautaciones, vejaciones sexistas o represiones económicas.

El predecesor de Fernández Lores tuvo que ocultarse durante 8 años para sobrevivir.

El predecesor de Fernández Lores tuvo que ocultarse durante 13 años para sobrevivir. / GUSTAVO SANTOS

El entonces alcalde de Pontevedra, Manuel García Filgueira, permaneció trece años oculto, desde el verano del golpe militar hasta 1949. Para representar a todos los que, como él, tuvieron que esconderse como pudieron para salvar la vida, posa su sucesor en el cargo, Miguel Fernández Lores.

La diputada María Ortega repreesnta a Juana Otero, rapada y tatuada tras el golpe de Estado.

La diputada María Ortega repreesnta a Juana Otero, rapada y tatuada tras el golpe de Estado. / GUSTAVO SANTOS

La exposición es “impactante”, reconoce la diputada María Ortega, y se propone que los espectadores comprendan que “no eran distintos a nosotros, que no hicieron nada más que defender unas ideas en la lucha por una sociedad más justa”

El presidente de la Diputación cuando se produjo la sublevación militar era Maximiliano Pérez Prego. Los responsables de la muestra recuerdan que su juicio fue suspendido “y murió en el hospital, tras enfermar en la cárcel, antes de la conclusión de su consejo de guerra”.

Lo representa en la actualidad la presidenta en funciones de la Diputación, Carmela Silva, retratada en un entorno hospitalario como el que vio morir a Pérez Prego.

El librero Cano Paz recuerda la historia de su abuelo, el concejal socialista Ramiro Paz, que fue fusilado y a cuya familia le incautaron la imprenta.

El librero Cano Paz recuerda la historia de su abuelo, el concejal socialista Ramiro Paz, que fue fusilado y a cuya familia le incautaron la imprenta. / GUSTAVO SANTOS

La exposición es “impactante”, reconoce María Ortega, y se propone dar a conocer a las víctimas del golpe de estado de un modo más humano y que los espectadores comprendan que “no eran distintos a nosotros, que no hicieron nada más que defender unas ideas en la lucha por una sociedad más justa”. La muestra también busca alertar del peligro del avance del fascismo “ilustrando las consecuencias que tendría el golpe de Estado si fuese hoy”.

Carmela Silva evoca la historia del entonces presidente de la Diputación, Maximiliano Pérez Prego.

Carmela Silva evoca la historia del entonces presidente de la Diputación, Maximiliano Pérez Prego. / GUSTAVO SANTOS

La diputada es otra de las protagonistas, en este caso para recrear la historia de Juana Otero, que rapada y tatuada. Tras las vejaciones, quiso hacerse una foto sin pelo “para que la historia nunca olvide lo que nos hicieron”.

La profesora Anxos Rial evoca la mejora de Ernestina Otero, a la que impidieron durante años ejercer como profesora.

La profesora Anxos Rial evoca la mejora de Ernestina Otero, a la que impidieron durante años ejercer como profesora. / GUSTAVO SANTOS

El librero Cano Paz representa la incautación de bienes y, en concreto, la historia de su abuelo, Ramiro Paz, a quien fusilaron y posteriormente robaron la imprenta a su familia. Con él, el diputado Luís Bará o el ilustrador Kiko Dasilva recuerdan al espectador las miles de vidas sacrificadas por la libertad y lo interpelan: ¿Y si pasase hoy?

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