Diez mil vecinos de la comarca viven expuestos a niveles altos por ruidos de los viales autonómicos

La Xunta detecta tres zonas de actuación prioritarias por la elevada contaminación acústica, todas en la PO-308, dos en Poio y en Sanxenxo, en donde propone actuaciones como el calmado de tráfico o limitación de velocidad

La PO-308 concentra las tres zonas “críticas” en los viales autonómicos de la comarca por contaminación acústica. |   // GUSTAVO SANTOS

La PO-308 concentra las tres zonas “críticas” en los viales autonómicos de la comarca por contaminación acústica. | // GUSTAVO SANTOS / Carlos García

Unos diez mil vecinos de la comarca de Pontevedra viven en las denominadas zonas de servidumbre acústica de los principales ejes viarios titularidad de la administración autonómica. Se trata de viviendas y edificios en los que el ruido procedente de estos viales se sitúan por encima de los 55 o 65 decibelios.

Los datos se recogen en dos documentos que expone al público la Consellería de Infraestruturas e Mobilidade, el primero el que define estas zonas de servidumbre acústica y el segundo con el plan de acción contra este tipo de contaminación en las carreteras gallegas.

En total se analizaron todos aquellos viales con mayor intensidad de tráfico, con más de tres millones de desplazamientos al año, recogiendo un total de 10 carreteras en la comarca. La más afectada, sin duda, es la PO-308 entre Pontevedra y Sanxenxo. En este vial se dividen en diez tramos en los que se señala la existencia de unos 1.200 inmuebles de todo tipo, incluidos dos centros educativos y sanitarios, en estas zonas de servidumbre acústica. Desde viviendas unifamiliares, a empresas, locales comerciales o edificios de viviendas colectivas, como ocurre en la zona de Pontevedra más próxima al puente de A Barca y el casco urbano de San Salvador en Poio. Un total de 7.490 personas viven con afección del ruido procedente de esta carretera.

Tras analizar los datos de estos 11 viales y los de toda Galicia, la Consellería identificó un total de 45 “Zonas Prioritarias de Actuación” en donde se considera urgente actuar debido a la importante carga de contaminación acústica que padecen. Tres de ellas están en la comarca de Pontevedra y todas en el mismo vial, la ya señalada PO-308.

La primera discurre desde el kilómetro cero de este vial, en el puente de A Barca, hasta el 1,4 por todo el casco urbano de San Salvador. Afecta a un total de 670 habitantes y los autores del estudio señalan que las medidas a tomar para rebajar sensiblemente el impacto sonoro de esta carretera no son caras. Costarían unos 9.377 euros y pasan, en primer lugar, por rebajar el límite de velocidad a los 30 kilómetros por hora, además de estrechar carriles y otras medidas de calmado de tráfico. Cabe resaltar que este tramo es el quinto en toda Galicia con mayor impacto acústico en este estudio realizado por la Xunta.

Aconsejan actuaciones como limitar a 30 kilómetros por hora en puntos como San Salvador de Poio o la rúa Progreso de Sanxenxo

En el sexto puesto de estas 45 zonas prioritarias de actuación está también la PO-308. En este caso entre los puntos kilométricos 8,2 y 8,8 a su paso por la zona de Covelo. Hay un total de 186 vecinos expuestos a niveles de ruido elevados, en algunos casos por encima de los 65 decibelios. Aquí el coste estimado para eliminar este impacto es mucho mayor. Se calcula que sería necesaria una intervención de 169.261 euros para reducir la contaminación acústica en esta travesía con la limitación velocidad a 50 kilómetros por hora, el tratamiento de calmado de tráfico (cebreado central y creación de mediana , el estrechamiento de carriles, la remodelación de glorietas, remodelación de aparcamientos, vías de servicio, entre otras), así como el cambio de pavimento que, tal y como recoge el informe, ahora mismo se encuentra en mal estado y que contribuye así a aumentar esta emisión sonora.

La última de las zonas de actuación prioritaria está en este mismo vial pero ya en el casco urbano de Sanxenxo. Se trata de los kilómetros 16,1 a 17,3 en un tramo en el que residen 311 personas coincidiendo el trazado de la PO-308 con la denominación de la Rúa Progreso entre las dos glorietas que la conforman.

La propuesta de los autores del informe para mejorar la calidad acústica de este tramo también es relativamente económica, con un coste de 7.887 euros, aconsejando la reducción de velocidad a 30 kilómetros por hora como máximo, la renovación de pavimento (aunque el actual no está en mal estado) y actuaciones para el tratamiento de calmado de tráfico (como el cebreado central).

Además de la PO-308, fueron objeto de estudio otros nueve viales en la comarca de Pontevedra. Uno de ellos es la PO-551 entre Marín y Bueu, que solo en el tramo marinense tiene unos 61 inmuebles incluidos en esta zona de servidumbre acústica, incluido el colegio de Ardán. Otro de los viales con más población sometida al impacto sonoro provocado por el tráfico rodado es la PO-531, el vial hacia Vilagarcía afecta a unos 1.840 vecinos especialmente en el área de A Barca, O Vao-Campañó, Sabarís, A Devesa y Curro en lo que respecta a los municipios de Pontevedra y Barro. La variante de Marín, la PO-504 entre Sanxenxo y la autovía de O Salnés, la PO-225, la propia Autovía de O Salnés, la vía rápida Sanxenxo-O Grove, el vial entre O Marco y A Ermida en Marcón o el vial entre Meaño y Sanxenxo son otros de los que cuentan con población en estas zonas de servidumbre acústica.

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“Es un gran día para Pontevedra”. Así de exultante se mostró ayer el alcalde de la Boa Vila, Miguel Anxo Fernández Lores, tras recibir la confirmación de que el Estado concedió al municipio los dos proyectos que presentaba al programa financiado con fondos Next Generation de la Unión Europea para la implantación de las conocidas como Zonas de Bajas Emisiones (ZBE), la descarbonización de los núcleos urbanos y fomentar la movilidad sostenible. Concretamente, el Ministerio aprueba una financiación de un total de 2,7 millones euros para la humanización y reforma de la calle A Santiña, completando así el acondicionamiento de todo el Camino Portugués a Santiago a su paso por el centro urbano de la ciudad, y para el proyecto con el que se pretenden controlar y monitorizar los flujos de tráfico y los niveles de emisiones a través de sensores en todo el municipio. Lores resaltó que la concesión de estos dos programas es una gran noticia dado que “despeja todas las dudas que tenían algunos sobre la validez de la opción elegida por Pontevedra y las ciudades que caminan para la creación de las zonas de bajas emisiones”, sin tener que cobrar ningún tipo de tarifa por el acceso a las mismas, o limitar el paso a los vehículos con un determinado certificado ecológico.

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