El Regimiento de la Muerte

Un convento pontevedrés custodió durante 200 años las banderas de esta unidad creada en 1809 en la ciudad

Reproducción de una de las banderas, con el escudo de Pontevedra en los extremos de las aspas.   | // FDV

Reproducción de una de las banderas, con el escudo de Pontevedra en los extremos de las aspas. | // FDV / Pedro Villanueva*

Pedro Villanueva*

Lo complicado a veces se viste de simpleza; de casualidades que hacen que lo que un día quedó olvidado hoy sea rememorado. Este artículo es prueba de ello, prueba deque lo que no se escribe desaparece para siempre; el fuego del olvido no hace prisioneros. De ahí la importancia que el blanco del papel se tiña de pensamientos y trazas de tinta; para que todo aquello que, sea insignificante para muchos, tenga alma y rezume pasado por los cuatro costados para otros.

Un grupo ataviado con uniformes y trajes de la época.   | // FDV

Un grupo ataviado con uniformes y trajes de la época. | // FDV / Pedro Villanueva*

El Regimiento de la Muerte (…) Su nombre ya indica el final desolador que corrieron quienes se enrolaron bajo su bandera; pero era la libertad lo que estaba en juego, ser libres ante la dominación francesa o morir: ¡Victoria o Muerte su lema! La historia de su bandera es lo que da vida a este artículo, escrito en tierras de la maragatería en pleno Camino de Santiago rumbo a las tierras del Bierzo (León); y es que el Regimiento de la Muerte de Pontevedra, corrió alguna suerte aquí, en la subida a Fuencebadón, retrocediendo, huyendo de la potencia del ejército francés, y es que, muchos de sus valientes dejaron sus huesos junto a otros defensores de la libertad en estos lares, eso sí, sin antes morir matando; la Cruz de Fierro,emblema del Camino de Santiago, con sus piedras amontonadas durante siglos por tantos y tantos peregrinos, fue testigo callado de sus gestas.

El Regimiento gallego fue creado entre febrero y marzo de 1809, durante la invasión francesa de Galicia, por el Capitán Francisco Colombo. Cuenta en una carta al Marqués de la Romana, que, en compañía del Coronel Morillo, recogieron dos banderas antiguas (de época del rey Fernando VI) del Ayuntamiento de Pontevedra, que pertenecieron en su día al Regimiento Provincial de la ciudad; banderas sencillas con la Cruz de San Andrés y con el escudo de Pontevedra y su nombre bordado; una de ellas pasará a ser, desde ese momento, enseña del Regimiento de la Muerte.

La inquietud de muchos, la cabezonería de otros y la nostalgia de todos, hizo preguntarse ¿Qué fue de las banderas? ¿Qué fue de ellas después de la guerra? Recreadores, historiadores e investigadores se pusieron manos a la obra para dar respuesta a la gran pregunta; Arsenio García Fuertes, Manuel Ruibal, Luis Sorando (Presidente de la ANE) localizan las banderas, bien custodiadas y conservadas en un convento de Santiago de Compostela, después de que viajaran hasta ahí desde otro convento de la ciudad de Pontevedra; el Capitán Colombo y el Coronel Morillo, dejaron las banderas a las religiosas (al finalizar la guerra en 1814) con el ruego de que las custodiasen, y rezasen por los soldados caídos bajo su sombra durante la contienda contra el enemigo francés y mucho traidor español.

Ese día, los presentes vieron como las religiosas, descubrían con mimo y cariño, la enseña heroica gallega; la vejez también deteriora la belleza de lo inerte, la tela sufre de años; y pequeñas chispas de material, se desprendieron de pieza original, cayendo al suelo. Fueron recogidas una a una, con la yema temblorosa del dedo de quien sabe el valor de lo antiguo, y guardadas en un pequeño sobre rojo.

Ante la ilusión del hallazgo, nuevos amigos de lo histórico se incorporaron a un nuevo proyecto: Realizar una reproducción exacta de la bandera del Regimiento de la Muerte: Asociación de Recreadores Gallegos, con Antonio (Tucho) a la cabeza, el historiador argentino Horacio Vázquez Rivarola, y un afamado artesano de Madrid, también recreador, Celestino, que trabajó en la copia con esmero y rigor. Estos se sumaron a los anteriores, conformándose el crisol de cultura perfecto para el éxito de la empresa.

Gracias al trabajo desinteresado de tantos vicarios de la Historia y el trabajo bien hecho, hoy hemos visto ondear la bandera del Regimiento gallego y pontevedrés de Victoria o Muerte. Doscientos catorce años después, entre nieve helada en el camino que lleva al apóstol; Recreadores de Galicia, Voluntarios de León, Tiradores de Castilla, ARCHA (Principado de Asturias), Arrieros Maragatos de Astorga…son testigos vivos del momento; insignificantes, ajenos al LIKE de las redes sociales, sin esperar nada a cambio, pero respirando y fotografiando para siempre en sus retinas el paso inexorable de la historia.

Y yo, este que les escribe, que pinta aquí; lo mismo que tantos: Nada, un resorte más en la rueda del destino. Eso sí, bien amante de las poetisas gallegas, no cierro esto sin las palabras de ella, de mi Sofía Casanova, que tan bien va a estos textos lastimeros de todos los tiempos:

“Y esos mil restos que la tierra guarda/huellas son que a través de las edades/recuerdan la grandeza de los pueblos/la libertad, la patria escarnecida/los héroes que lo fueron por su muerte/los héroes que lo fueron por su vida”.

* Politólogo e investigador