La Xunta analizará las quejas de los vecinos en el plan de la PO-546 para lograr “un ámbito más humanizado”

Infraestruturas estudiará sus alegaciones tras el malestar que generó el proyecto entre residentes de la carretera vieja de Marín en Lourizán

Vecinos que cuestionan el plan de Infraestruturas en Lourizán.

Vecinos que cuestionan el plan de Infraestruturas en Lourizán. / Rafa Vázquez

El malestar que ha generado entre los vecinos el proyecto que tiene en marcha la Consellería de Infraestruturas para reformar la PO-546 entre Pontevedra y Marín a su paso por Lourizán, fue recibido con sorpresa en el seno de este departamento de la Xunta. Los afectados se quejan de que la remodelación prevista provocará la pérdida de plazas de aparcamiento y accesos a garajes, además de “cortar las pocas aceras que hay”. Al respecto, la consellería subraya que uno de los objetivos de la actuación “es dar continuidad completa al itinerario entre Pontevedra y Praceres, convirtiendo la margen derecha de la carretera en un bulevar con arbolado y áreas de descanso, incluso con un mirador. Es decir, un ámbito más humanizado para los vecinos”.

La Xunta insiste en que su iniciativa para remodelar la carretera vieja de Marín pretende “mejorar su seguridad vial y fomentar la movilidad sostenible, con el objetivo de dar respuesta a una demanda de reforma que se repite desde hace muchos años”. Sin embargo, las propuestas recogidas en la documentación expuesta al público no convencen a los afectados, que anuncian una oleada de alegaciones.

Infraestruturas señala que “se diseñó y sometió a información pública un proyecto con las afecciones mínimas e imprescindibles para garantizar los objetivos de accesibilidad”. Deja claro que “se analizarán las alegaciones que se reciban y se intentará atender todas las que sean viables y coherentes con el objeto de la actuación, bien antes de la aprobación definitiva del proyecto, bien durante la ejecución de las obras”.

La consellería subraya que “en este momento es imposible hacer una valoración sobre las afecciones que provocan el malestar de los vecinos, ya que se desconoce cuáles son sus propiedades” y señala que “por la configuración de la vía y sus márgenes, es imposible mejorar la PO-546 sin expropiaciones. Pero para minimizar las condiciones se buscaron soluciones más allá de lo habitual, con el objetivo de compaginar la mejora de la accesibilidad con la existencia de viviendas y edificios”. Indica que “no se expropia ninguna casa, es más, hay un punto en el que la senda peatonal se separa de la carretera para pasar entre Ence y las viviendas”.

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