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Un edificio para albergar los extensos fondos arqueológicos

El Museo examina una decena de ubicaciones para su séptima sede y descarta Santa Clara y Hacienda

Tras una primera selección, se decanta por "dos parcelas en la ciudad" que mantiene en secreto -Se analizaron terrenos en Tafisa, la Imprenta Provincial e incluso O Campiño y el polígono de Barro -Se necesitan 4.000 metros

La antigua delegación de Hacienda está sin uso desde noviembre de 2014. // Rafa Vázquez

La parcela reservada desde hace años para Belas Artes en Tafisa, terrenos en los polígonos de O Campiño y Barro, el solar que ahora ocupa la Imprenta Provincial. La relación de posibles ubicaciones que ha analizado el Museo de Pontevedra para levantar el que sería su séptima sede alcanza al menos una decena de espacios. Este futuro inmueble se destinará a albergar las numerosas piezas arqueológicas de la institución, muchas de ellas almacenadas o con un tratamiento "inadecuado".

Entre las posibilidades de localización se examinaron también las opciones del convento de Santa Clara, cerrado en septiembre de 2017, o la antigua delegación del Ministerio de Hacienda en la plaza de A Ferrería, sin uso desde noviembre de 2014. Sin embargo, estos dos edificios se han descartado, al menos de momento, por varios factores.

Las dudas sobre la viabilidad de su compra, la complejidad de la rehabilitación, al contar ambos con protección estructural, y la escasa adecuación a los fines perseguidos (albergar grandes piezas arqueológicas como miliarios) hacen que Santa Clara y Hacienda pierdan opciones de convertirse en el séptimo inmueble del Museo. Fueron los primeros puntos analizados debido a su "perfecta" ubicación, muy próximos a los edificios actuales del Museo.

No obstante, el diputado provincial delegado de esta institución, César Mosquera, admite que aún quedaría algún resquicio, en especial en el caso de Hacienda "si se presenta la oportunidad", pero en todo caso sería para otro fin público y cultural, no para un museo arqueológico como el que se pretende. Tanto en el caso de esta antigua delegación como en la del convento, Mosquera subraya que "no vemos que haya propuesta alguna de venta oficial de ninguno de los dos inmuebles, ni siquiera una posible valoración económica".

Por tanto la idea actual pasa por levantar una construcción de nueva planta para la que se han seleccionado, en una criba casi final, dos parcelas que según Mosquera "están en la ciudad" pero evita desvelar el punto exacto.

Se necesitan entre 4.000 y 5.000 metros cuadrados, razón por la que también queda fuera de la parrilla final el solar que ahora ocupa la Imprenta Provincial, que solo dispone de 700 metros. Además, ocupa una concesión de Costas en la calle Domingo Fontán y la pretensión municipal es recuperar ese tipo de espacios.

La parcela de Tafisa reservada para Belas Artes es una opción que se consideró adecuada, si bien el Concello acaba de reafirmar su apuesta por su uso universitario a raíz de la creación el próximo curso de la Facultade de Deseño e Creación.

Tampoco parecen adecuados, por su lejanía del centro, los polígonos de O Campiño (aunque sería en realidad en A Reigosa en Ponte Caldelas) o Barro, por lo que el abanico de posibilidades mengua.

Una solución urgente

El nuevo edificio del Museo se destinará al almacenamiento de materiales arqueológicos y otros cometidos técnicos, de modo que ha de reunir características específicas (un ejemplo sería la posibilidad de emplear grúas en su interior) que hacen descartar, al menos en principio, la rehabilitación.

Cesar Mosquera alerta de la urgencia de disponer de una solución a corto plazo, lo que lleva a inclinarse por un edificio de nueva planta en un solar ya disponible, ya que "todas las semanas entran materiales" procedentes de excavaciones arqueológicas, algunos de ellos pesados, de modo que el Museo necesita un edificio de carácter "más industrial" y que "soporte cargas" para dar respuesta de un modo práctico a estos requerimientos técnicos de almacenamiento, conservación, restauración o digitalización de fondos.

La rehabilitación de los edificios iniciales del Museo se enmarca en un programa global de remodelación que también incluirá equipamientos como una tienda de recuerdos y regalos o la puesta en funcionamiento de la cafetería en la última planta del Sexto Edificio.

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