La procesión del Cristo de las Caídas, la benjamina del programa de la Semana Santa, estrenó ayer imagen después de que el anterior paso, cedido a la Cofradía de la Veracruz por las monjas clarisas, haya sido trasladado a Compostela tras el cierre del convento capitalino.

Ese Cristo que se prestó finalmente a la cofradía tras reiteradas peticiones y trámites, desfilaba en la Semana Santa desde hace cuatro años. Con anterioridad, la bella imagen del siglo XVII nunca había salido de la clausura y Alfonso García Limeses, presidente de la agrupación penitencial de la Veracruz, lamenta su traslado "porque fue el paso con el que arrancamos la procesión del Lunes Santo, algo que no resultó un proyecto fácil ya que hubo que recibir numerosos permisos".

El último fue el visto bueno de la Junta Coordinadora de la Semana Santa, que en marzo de 2014 recibió el visto bueno por unanimidad para procesionar por primera vez en solitario con la imagen del Nazareno.

Por su parte, la nueva imagen del Cristo de las Caídas procesiona habitualmente cada Jueves Santo con la cofradía del Amor Hermoso como parte del conjunto escultórico de la Oración en el Huerto. "La hemos modificado ligeramente, no tenía ni la cruz ni la corona de espinas de madera que le hemos puesto como parte de esa adaptación que también incluye una nueva plataforma para ajustarla al anda", explica García Limeses.

Un total de 34 costaleros de la Veracruz portaron a hombros el nuevo paso que salió adornado con claveles rojos, mientras la imagen vestía un hábito azul y blanco. A mayores, se sumaron al desfile decenas de cofrades de la Veracruz, que actualmente cuenta con unos 200 integrantes, vestidos con sus hábitos negros y capirotes morados con cruz verde, mientras que las dignidades de la agrupación penitencial se cubren con capa blanca. Algunos cofrades hicieron el recorrido descalzos y la procesión contó con la presencia de una veintena de niños.

A mayores, también participaron en la celebración los representantes de las otras seis agrupaciones penitenciales de la ciudad.

El desfile partió de la iglesia de San Bartolomé y fue recibido con música en tres puntos del itinerario, el paseo de Antonio Odriozola, las inmediaciones de la capilla de Jesús Nazareno y la plaza de Méndez Núñez. Los encargados de interpretar los motetes fueron los Ex Cantores de los Institutos y el Coro Luis García Limeses de voces jóvenes.