Las largas obras de reforma urbana en el entorno de la basílica de Santa María, iniciadas en abril de 2007 en la avenida del mismo nombre y el Campillo, afrontan sus tres últimos meses de trabajos. Así lo anunció ayer el concello, al tiempo que explicaba la puesta en marcha de la fase final del proyecto. Tras casi dos años y medio de trabajos, se establece ya un calendario posible de remate para una iniciativa salpicada de retrasos, derivados de la aparición de numerosos restos arqueológicos, que obligaron a modificar de forma notable las previsiones iniciales.

El departamento del casco viejo, que dirige Teresa Casal, explicó ayer que las obras han comenzado ya en el último tramo de la avenida de Santa María, donde se ha levantado el pavimento para subsanar el grave deterioro de sus servicios subterráneos. En esa zona ya se han producido varios hundimientos que hubo que reparar de forma provisional, a la espera de estas obras.

Además, se apunta que esta fase incluye la instalación de escaleras de conexión con la calle Churruchaos, mientras que en el ámbito del futuro Centro de Interpretación de las Torres Arzobispales "está a punto de comenzar la labor de micropilotaje a ambos lados del fosos, para sustentar la estructura sin cargar los muros históricos".

El pavimento en superficie se colocará a posteriori, desde las inmediaciones de la basílica hasta las cercanías de la Casa Consistorial. Según el concello, "ambas obras (la reforma del entorno del templo y el museo subterráneo) estarán concluidas antes de final de año, según las previsiones que maneja Teresa Casal", que añade que ya se desviaron los servicios que afectaban al centro de interpretación y se ha dejado instalada una estructura subterránea de un transformador eléctrico, a petición de la empresa suministradora, para mejorar la red en la zona.