El activismo también tiene hueco en las aulas

Alumnos de 2º de la ESO del IES O Couto conocieron la lucha de dos mujeres colombianas por mejorar la realidad de su país

Un momento de la actividad realizada con los alumnos del IES O Couto.

Un momento de la actividad realizada con los alumnos del IES O Couto. / FDV

Las nuevas generaciones también se involucran en el activismo. Alumnos de 2º de la ESO del IES O Couto conocieron ayer la historia de Yorya Gaviria y Sara Graciano, dos mujeres colombianas que luchan en país de origen por cambiar la realidad y defender los derechos humanos. “Les mostramos las acciones que hacemos en nuestras comunidades, y les demostramos que el activismo puede ser divertido”, explica Gaviria, cuyo trabajo se centra en la sensibilización alrededor de la violencia de género y la defensa de los derechos del colectivo LGBTIQA+. “Es la primera vez que venimos a dar charlas a centros educativos, teníamos un poco de miedo por la diferencia de los contextos sociales, pero la respuesta ha sido positiva, se dejaron planteamientos claros”, apunta Graciano, psicóloga con experiencia en trabajar con juventud de entornos vulnerables.

La actividad con los alumnos ourensanos incluyó reflexión, debate y cultura. “Les propusimos preguntas sobre qué les parecía injusto, fuimos encontrando puntos en común y también les lanzamos una propuesta artística de recitar poemas, y se quedaron emocionados”, detalla Gaviria. Los jóvenes hablaron de desigualdades y estereotipos de género, racismo, cambio climático o terrorismo, se acercaron a la realidad de Colombia y aprendieron cómo transformar las ideas en acciones que puedan tener repercusión en la comunidad. “Creo que este tipo de iniciativas les amplía la perspectiva, les enseña a ver más allá de lo que muestran las pantallas de televisión, les invita a transformar realidades, a cuestionarse lo que le muestran, a crear su propio criterio”, añade Graciano.

Ambas resaltan la importancia de tejer relaciones y aprender a trabajar en común. “No hay que luchar solos para defender algo, no tiene sentido, puede que no sean las mismas vulneraciones de derechos o con la misma intensidad en diferentes partes del mundo, pero la construcción de la paz es un proyecto común, compartido”, defiende Gaviria.

La actividad forma parte del proyecto educativo Activistas polo mundo que queremos, impulsado desde Solidariedade Internacional de Galicia, Asociación Galega de Comunicación para o Cambio Social (Agareso) y Asemblea de Cooperación pola Paz (ACPP). La iniciativa, en la que participan más de 400 estudiantes de Galicia, cuenta con el financiamiento de la Dirección Xeral de Relacións Exteriores e coa Unión Europea. La de ayer fue la sesión final del proyecto, que se desarrolla desde inicio de curso para acercar al alumnado al activismo, al papel de los medios de comunicación y las redes sociales y a la creación de un podcast propio. En su caso, Gaviria y Graciano trabajan en la Fundación Forjando futuros, activa en Colombia desde hace más de 20 años para la restitución de tierras despojadas por el conflicto armado y la promoción de los derechos en comunidades vulnerables.

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