Verín cumplió con el rito de San Antón

Los montes de Ábedes acogieron la tradicional romería, precedida de la bendición de los animales en la capilla | La lluvia canceló la procesión y frenó la salida de los cigarrones

El párroco bendice a una mascota en la capilla de San Antón. |   // FERNANDO CASANOVA

El párroco bendice a una mascota en la capilla de San Antón. | // FERNANDO CASANOVA / REDACCIÓN

R.O.

Una veintena de mascotas recibió ayer en Verín la bendición de San Antón, patrón de los animales, que se celebra el 17 de enero, festivo local en este concello. La jornada estuvo deslucida por la lluvia, que restó afluencia en la capilla situada en el entorno de Ábedes, pero no devoción tanto por el rito religioso como por la romería que viene después y que reúne a pandillas y familias en torno a las hogueras y los chorizos asados.

“Siempre llueve en San Antón”, comentaba una de las vecinas que acudió a la capilla con su perra para que recibiese la bendición. La meteorología adversa obligó a suspender la tradicional procesión con el santo hasta la capilla, al igual que tampoco animó la salida de los cigarrones. El día de San Antón es el primero en el que esta figura del carnaval de Verín puede salir por primera vez antes del Entroido, pero es una decisión individual y con una mañana pasada por agua, nadie esperaba en los montes de Ábedes ver esta vez al cigarrón.

A pesar de todo, el arraigo pudo con la lluvia, y aunque con menor afluencia, Verín cumplió con la tradición y celebró la primera fiesta del año subiendo a la capilla de San Antón con sus mascotas y sus cestos con comida y bebida para disfrutar de la romería.

Varios vecinos con sus perros. |   // FERNANDO CASANOVA

Varios vecinos con sus perros. | // FERNANDO CASANOVA / REDACCIÓN

“Esta bendición es muy antigua”, explica el párroco Óscar Martínez, que recuerda que a este santo, se le encomendaban los animales domésticos “porque eran muy importantes para la economía familiar”. Actualmente, señala, ya no se bendice la ganadería, pero sí las mascotas “que también tienen su importancia porque para muchas personas son un regalo por la compañía que ofrecen”, apunta el sacerdote.

Con este fin subieron a la capilla una veintena de perros –otros años también gatos e incluso conejos– para recibir esta bendición que ofrece “un buen año” para las mascotas, según apunta una de las fieles que espera con su perra en brazos. “Está un poco asustada por las bombas”, precisa en referencia a los fuegos que se tiraron al inicio de la celebración.

Junto a ella, Eli se declara “veterana” del San Antón, y cuenta que lleva 13 años subiendo con su perra. “Este año lo decidimos a última hora porque daban mucha agua, pero al final montamos la carpita y subimos, para asar el chorizo y disfrutar de la fiesta”. Apunta que esta romería le “encanta” porque precede al carnaval: “Antes las pandillas nos reuníamos en San Antón para decidir el Entroido, era el arranque”.

“Es una romería muy bonita”, añade el párroco, que destaca como esta celebración se ha mantenido fiel a su origen y esencia: “Los amigos y las familias se juntan en torno a las hogueras para celebrar y compartir”.

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