Las reinas de los mil roscones

La tradición conquista paladares desde el barrio ourensano de A Ponte con el dulce estrella de Navidad de la confitería Arva: “¿El secreto? Materia prima y tiempo”

El roscón tradicional de Reyes que la confitería Arva elabora para estas fiestas.

El roscón tradicional de Reyes que la confitería Arva elabora para estas fiestas. / FERNANDO CASANOVA

Javier Fraiz

Javier Fraiz

En la entrada de Arva, una confitería que elabora dulces desde el año 1932, la cola dobla la esquina y se extiende por la Avenida de las Caldas. La tradición mantiene adeptos en el barrio de A Ponte. El roscón de Reyes de este obrador también atrae a muchos ourensanos del otro lado del río Miño.

El personal trabaja con especial esmero estos días –y una jornada más amplia– para satisfacer los paladares con el dulce estrella de Navidad de esta confitería. Más de un millar de roscones de Reyes se ponen a la venta.

Los clientes acuden y aguantan la espera, para poder llevarse el postre a la mesa y cerrar con un colofón, hoy, las celebraciones de Navidad. La cola solo cambia de caras pero no desaparece de la puerta del local durante buena parte de estos días. Los compradores aguardan con paciencia en el exterior, incluso si llueve, como ayer.

Una cola de clientes, ayer, a las puertas de la pastelería Arva.

Una cola de clientes, ayer, a las puertas de la pastelería ourensana Arva. / F. CASANOVA

“Si tuviéramos una fórmula para no hacerlos esperar la aplicaríamos al momento, porque nosotras sufrimos al verlos ahí, pero este es un producto que requiere un tiempo. En eso radica un poco el sabor que marca la diferencia”, indica Mar Maceiras, propietaria desde hace tres años de un histórico establecimiento de Ourense en el que ella lleva trabajando desde hace ya dos décadas.

Elaborar más de mil roscones en pocos días “es más fácil de decir que de hacer”, bromea la dueña. El proceso para cada pieza dura unos cuarenta y cinco minutos, con pasos como el amasado, dar forma, pintar con huevo y añadir la fruta, fermentar y conseguir el resultado óptimo con el tiempo adecuado de horno.

“Es un proceso laborioso, que requiere un punto perfecto, no puedes apurarlo”, describe la responsable de este obrador tradicional. ¿Hay algún otro secreto para que el roscón conquiste año tras año? “La materia prima es fundamental. Si utilizas buenos productos se nota”, asegura Maceiras. Huevos, azúcar, levadura, harina, mantequilla, fruta..., “y ningún tipo de aditivo”, destaca esta profesional.

Una clienta se lleva un roscón de Reyes de la confitería. |   // F. CASANOVA

Una clienta se lleva un roscón de Reyes de la confitería. / F. CASANOVA

La variedad clásica –el roscón sin relleno– es la más demandada para el día de Reyes. “Este año, también están pidiendo mucho el relleno de crema”, indica la repostera. Las variedades de nata y de trufa son otras opciones para el postre del día 6 de enero.

Tres personas en el mostrador y dos en la tienda trabajan en la confitería en estas jornadas de alta demanda. Los roscones, que incluyen una sorpresa entre la masa para dar suerte al afortunado, concentran el sabor, cercano a la excelencia, que deja casi un siglo de tradición de este emblemático obrador.

“Podemos decir con orgullo que mantenemos una clientela de toda la vida, de generación en generación en muchas familias, tanto en las ventas del roscón como del resto de productos”, valora Mar.