“Sin perjuicio de reconocer que el informe preliminar de autopsia no es de univocidad concluyente sobre la etiología homicida de la muerte de doña Nerea también es cierto que en él se concluye que ‘la muerte es sospechosa de criminalidad’. Esta conclusión, junto con los indicios contra el investigado así como los argumentos expuestos en el auto desestimatorio del recurso de reforma abocan al dictado del auto de transformación en procedimiento del tribunal del jurado”.

Así resuelve la Audiencia Provincial de Ourense un doble recurso: la defensa solicitaba el sobreseimiento por una supuesta falta de pruebas contra el presunto homicida de Nerea, su novio Julio G. S. –la sala rechaza dicha pretensión–, y la Fiscalía prefería continuar con la tramitación de la causa por el procedimiento ordinario de las diligencias previas, al no descartar que la muerte violenta de la ourensana de 26 años, desaparecida en enero de 2020 y cuyos restos fueron localizados en septiembre de ese año, fuera fortuita, accidental o imprudente. La sala también desestima esa petición. La acusación particular defiende que fue un crimen. La madre de la víctima cree que su hija fue víctima de violencia machista.

La defensa del investigado solicitaba el sobreseimiento de la causa o, subsidiariamente, la continuación por los trámites del procedimiento abreviado. La Fiscalía se adhirió solo en el sentido de que, en su opinión, debía seguirse el procedimiento de diligencias previas. La sala confirma íntegramente un auto de junio de 2021 de la magistrada de Instrucción 3 de Ourense, Eva Armesto. Ratifica, en suma, la decisión de transformar las actuaciones en un procedimiento ante el tribunal del jurado.

El fiscal ve elementos de criminalidad contra el investigado. “Ha mentido reiteradamente a todas las personas con las que se relacionó durante la desaparición” de la víctima, “hasta la aparición de su cadáver”. Además, fue la última persona vista con ella

El 13 de septiembre, los restos de la desaparecida Nerea Añel fueron localizados en el cauce casi seco del riachuelo Muíños, en Barbadás. Su madre estuvo con ella por última vez en la cena del día de Reyes. La última persona vista con la joven fue el investigado, con el que estuvo en un motel cercano. Él niega los hechos pero la jueza detalla varios indicios en su contra por delito de homicidio.

Los forenses: “No tenemos elementos suficientes de juicio por el momento para excluir el accidente”

Según los forenses, la causa del fallecimiento fue la precipitación de cabeza contra el suelo del riachuelo encajonado, el 15 de enero de 2020, sufriendo lesiones “de media o baja energía”. En el informe preliminar de autopsia, indican que “no tenemos elementos suficientes de juicio por el momento para excluir el accidente”, y también señalan que “la hipótesis suicida, aunque nos parece menos probable, tampoco es posible excluirla”.

En esto se basaba la defensa para solicitar el archivo de la causa contra Julio G. S. Esta parte apelará a la hipótesis del accidente. El novio aseguró que se había marchado tras dejar atrás a la joven a la salida del motel. Dijo que creyó que había sido detenida, aunque las “contradicciones” observadas por la Policía, la jueza y el fiscal son uno de los argumentos en su contra.

Existía una “situación de violencia de género” a la que el novio “sometía” a Nerea, plasmó la magistrada. Un testigo manifestó que lo había visto días antes discutir con ella e incluso darle un cabezazo

Si bien coincidió con la defensa en seguir con las diligencias previas, la Fiscalía ve elementos de criminalidad contra el investigado. “Ha mentido reiteradamente a todas las personas con las que se relacionó durante el periodo de desaparición” de la víctima, “hasta la aparición de su cadáver”. Además, fue la última persona en ser vista junto a ella.

La Audiencia Provincial indica que la adecuación a la ley del jurado guarda un “estricto cumplimiento del canon contemplado” en la ley, “valorando la instructora de manera verosímil el encaje de los hechos investigados en un delito atribuido a la competencia del tribunal del jurado, sin perjuicio del resultado posterior de la instrucción”, dice el tribunal. Este auto, de fecha 27 de diciembre, es firme.

La instrucción sobre el presunto homicidio de Nerea tendrá una diligencia clave este mes. La comisión judicial y la Policía participarán en una reconstrucción de los hechos –será grabada– en el lugar del riachuelo en el que se produjo la muerte.

En una primera reconstrucción tras ser detenido, en el entorno del motel en el que ambos habían estado la noche de su desaparición –a 250 metros del lugar donde aparecieron los restos–, Julio G. S. dijo que tras abandonar el alojamiento juntos tomaron poco después caminos diferentes, al ver que se aproximaba un coche de la Guardia Civil, y al temer ser detenido por el robo de una cartera a un taxista. Su versión entonces es que Nerea desanduvo sus pasos y se dirigió de nuevo hacia el motel, mientras que él prosiguió.

Dijo que pensó que había sido detenida y encarcelada. Además de ser la última persona con la que se vio viva a la joven, dio versiones contradictorias a personas del entorno de ella y a la Policía. Además, como plasmó la magistrada Armesto en el auto tras la detención, existía una “situación de violencia de género” a la que el novio “sometía” a Nerea. Un testigo manifestó que lo había visto días antes discutir con ella e incluso darle un cabezazo.

El investigado, con varios antecedentes por delitos contra el patrimonio, cuenta con cuatro detenciones previas por malos tratos: dos contra sus padres, dos contra exparejas.