Esteban Basalo | Juez titular con nuevo destino en O Carballiño

“La primera vez que envías a una persona a prisión te impresiona”

Ingresó en la carrera pasados los 40, tras años en el sector privado | "Reconozco que, en muchas ocasiones, me autocensuro en Twitter, porque vivimos en una época en la que se sacan de contexto las cosas"

El juez Esteban Basalo, en una sala de vistas.

El juez Esteban Basalo, en una sala de vistas. / IÑAKI OSORIO

Javier Fraiz

Javier Fraiz

“A pesar del vapuleo constante a la justicia, el manchado de su independencia, la falta de medios y los “palitos” de la productividad, y a pesar de la sobrecarga de trabajo, no cambiaría jamás esta profesión. Para mí es la mejor del mundo, por contribuir a una resolución de los problemas con imparcialidad, independencia y mucho, mucho trabajo”, escribió en la red social Twitter –en su despedida de Chantada (Lugo) tras un año en su primera plaza como titular– el juez ourensano Esteban Basalo Moreno (Barcelona, 1976), de la promoción número 70 de la carrera.

A finales de mes tomará posesión en su nuevo destino, en el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción 1 de O Carballiño. Entre marzo y noviembre de 2021 fue juez de sustitución y refuerzo en Xinzo, tras seis meses de prácticas en Ourense.

Basalo aprobó la oposición en 2019, adentrado en los cuarenta y después de años de experiencia en el sector privado, en la administración de fincas.

"Me choca la lentitud de la administración para solucionar problemas cotidianos, desde medios materiales hasta cubrir la ausencia de algún funcionario que está de baja o concursa y se va"

– ¿Ha cambiado su perspectiva sobre la administración de justicia tras su primer destino como titular?

– Sobre la profesión no, en absoluto, cumple todas mis expectativas, e incluso más. Me gusta y disfruto con mi trabajo, pero después de tantos años en el sector privado sí me choca la lentitud de la administración para solucionar problemas cotidianos, desde medios materiales hasta cubrir la ausencia de algún funcionario que está de baja o concursa y se va. En Xinzo, durante mes y medio la plantilla estuvo a la mitad, lo que supone paralizar prácticamente el juzgado. La administración debería proveer con mucha más agilidad.

– En su despedida en Twitter de su destino en Chantada, criticó que la justicia está un poco desatendida en cuanto a los medios disponibles.

– Un poco no, está. Llegué a Chantada y me encontré con un edificio grande, previsto para dos juzgados cuando solo hay uno, pero con muchas instalaciones del año de la polka. La misma mesa del juez era antiquísima y no funcional. Yo mido 1,87 y no cabía. En las sillas de las salas de vistas nos hundíamos. Yo no podía sentarme en la mía, porque se balanceaba. No son formas de trabajar. Llegué y empecé a solicitar cambios de material para poder trabajar dignamente.

"La percepción de falta de independencia repercute negativamente en nosotros, genera impotencia. No queremos que el Consejo esté politizado, sino que sea un órgano profesional que vele por la justicia sin politización, para que se elimine esa apariencia"

– ¿Cómo sienta a los jueces que trabajan en su día a día las dudas sobre la independencia, esa distorsión sobre su labor por temas de actualidad como el bloqueo del Consejo y el reparto del Constitucional?

– El primer problema viene por confundir ideas básicas: una cosa es la actividad judicial, que conformamos todos los profesionales de los juzgados y tribunales, y otra es el Consejo General del Poder Judicial, que es un órgano de gestión, que no juzga ni dicta sentencias. La gente a veces confunde y no es consciente de que son ámbitos distintos. Esa percepción de falta de independencia repercute negativamente en nosotros, y eso se vive mal y genera impotencia. No queremos que el Consejo esté politizado, sino que sea un órgano profesional que vele por la justicia sin politización de los partidos, precisamente para que se elimine esa apariencia.

"Después de las 7 u 8 horas en el juzgado, nuestra jornada no se acaba, seguimos trabajando en casa"

– El contacto en un partido judicial pequeño, como Chantada o Carballiño, ¿favorece buenas sinergias entre los operadores de la justicia?

– Yo creo que sí. El contacto es profesional pero mucho más familiar, y se genera un buen ambiente.

El juez Esteban Basalo posa tras la entrevista.

El juez Esteban Basalo posa tras la entrevista. / INAKI OSORIO

– ¿Cuántas horas tiene que invertir un juez en su trabajo, más allá del tiempo que está en el juzgado?

– En un juzgado único, como Xinzo, eres juez las 24 horas, porque estás de guardia los 365 días del año. La única diferencia con O Carballiño es que a partir de ahora estaré la mitad del tiempo de guardia. Los jueces no tenemos un horario, pero hay que celebrar vistas y dictar sentencias con agilidad, y para eso es necesario ser muy disciplinado. Del sector privado vine con una rutina y una estructura de trabajo. Me gusta llegar a las 8 y exprimir el tiempo hasta el último minuto. Después de las 7 u 8 horas en el juzgado, nuestra jornada no se acaba, seguimos trabajando en casa.

"Venía de dirigir una empresa con siete empleados, más mi socio y yo. Me dio rodaje y tablas desde la fase de afrontar la oposición y hasta ahora. En cualquier caso, como juez aprendes a diario, esta profesión siempre te ofrece algo nuevo"

– ¿Da vértigo, las primeras veces, adoptar decisiones complicadas como encarcelar a una persona?

– Ni durante las prácticas ni en Xinzo me había coincidido tener que tomar esa decisión, pero en Chantada, al cabo de poco más de un mes desde mi llegada, tuve que dictar las primeras prisiones provisionales. Y no de una sola persona, sino de tres de una tacada. En esa misma causa, dos meses más tarde, ingresé a otras dos. Como dijo una vez la jueza Natalia Velilla, que escribió un libro fantástico que se llama ‘Así funciona la justicia’, la primera vez que vas a ingresar a alguien en prisión provisional te da respeto y te impresiona, pero tienes claro que es tu responsabilidad sopesar y aplicar una decisión razonada.

– Su incorporación tardía a la carrera judicial, ¿le aporta un valor añadido, por la madurez personal y por la experiencia profesional previa?

– Sí, sin duda alguna. Me aporta el sosiego suficiente para afrontar cualquier decisión. Venía de dirigir una empresa con siete empleados, más mi socio y yo. Me dio rodaje y tablas desde la fase de afrontar la oposición y hasta ahora. En cualquier caso, como juez aprendes a diario, esta profesión siempre te ofrece algo nuevo.

– ¿Cuál es su meta como juez?

– El motivo por el que quise ingresar en la carrera, ya cuando terminé Derecho, y después cuando retomé la oposición 13 años después, era ser juez de Menores. Es mi vocación, pero sé que será difícil, por lo menos en Galicia, porque no podré acumular muchos años de carrera, tomé posesión a los 45.

Esteban Basalo, a las puertas del edificio judicial de Ourense.

Esteban Basalo, a las puertas del edificio judicial de Ourense. / INAKI OSORIO

– Es usted un juez tuitero, y sin seudónimo. ¿Se mide a la hora de expresarse, o considera que es positivo normalizar que un juez también quiera opinar en una red social?

– Reconozco que, en muchas ocasiones, me autocensuro, porque vivimos en una época en la que se sacan de contexto las cosas. Un ejemplo: tengo la costumbre de, una vez he organizado todo al empezar en un juzgado, saco una foto del despacho y publico: “A new home” [un nuevo hogar, en inglés]. Cuando lo hice en Chantada me llegó cada tuit... En defender la independencia e imparcialidad de la justicia me van a tener siempre, pero a veces da pereza y me corto, porque también piensas: por qué contestar a gente que, o son bots, o vienen a provocar.

– Es amante del cómic –en su perfil de Whatsapp sale el Capitán América–, y es aficionado fiel del COB, tras haber colaborado en su día.

– Pero muy fan, mucho. A ver si nos mantenemos esta temporada. Estuve tres años en el club, antes de empezar con la oposición, y fueron unos años maravillosos. Ahora me dan ganas de saltar otra vez al campo, porque aquella fue una época muy bonita.

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