Familiares, allegados y activistas del movimiento feminista de Ourense arroparon este viernes a Belén Vázquez, la madre de Nerea Añel, víctima de un presunto homicidio que tardó en descubrirse ocho meses, desde su desaparición en enero de 2020, fecha de su muerte violenta, hasta el hallazgo de su cadáver en septiembre.

Julio G. S., que era su novio y la última persona vista con ella, está investigado y la jueza le atribuye los presuntos delitos de homicidio y malos tratos, con hasta diez indicios en su contra. Los familiares de la víctima y los asistentes a la concentración de apoyo expresaron su clamor, en busca de justicia.

"Quiero que termine cuanto antes para poder llorar el luto de mi hija y no tener que pasar por todos estos tragos. Son dos años muy largos. Estuvo nueve meses desaparecida y él ni siquiera me dijo dónde estaba, mientras yo la buscaba por todas partes"

Quiero que se acuse formalmente al asesino de mi hija. Pido justicia para mi hija y para todas las mujeres que caen a manos de sus maltratadores. Mi niña solo tenía 26 años, hay una familia y una madre destrozadas. Ni una más, que la mía sea la última”, expresó Belén a los periodistas, muy emocionada.

Hace unos días, dos amigos de Nerea ratificaron ante la magistrada Eva Armesto un contexto de maltrato en la pareja y que Julio presuntamente había agredido a Nerea. Uno manifestó que vio cómo él le propinaba un cabezazo, y el otro presenció una discusión entre ambos y un forcejeo.

“La jueza tiene diez indicios de que realmente fue este hombre el que la mató. Quiero que lo imputen ya, porque esto es un infierno. Quiero que termine cuanto antes para poder llorar el luto de mi hija y no tener que pasar por todos estos tragos. Son dos años muy largos. Estuvo nueve meses desaparecida y él ni siquiera me dijo dónde estaba, mientras yo la buscaba por todas partes. Justicia, solo quiero justicia”, reclamó la madre ayer.

Gestos de cariño y consuelo con la madre de Nerea. FERNANDO CASANOVA

En el acto judicial de hace unos días, el fiscal Julián Pardinas solicitó una ampliación del informe de autopsia, por medio de unas preguntas dirigidas a los forenses, que los expertos ya han contestado.

El abogado de la familia, Jorge Temes, ha pedido la geolocalización del teléfono móvil del investigado, para tratar de determinar los movimientos en las horas previas y posteriores a la muerte violenta de la joven.

El rango temporal de interés para la causa va desde las 19 horas de la tarde del 15 de enero, día en el que se data el presunto homicidio, hasta el día siguiente, puesto que el investigado supuestamente regresó esa madrugada siguiente y también la tarde siguiente al motel en el que la pareja había estado la jornada previa.

Esta parte también ha solicitado averiguar los movimientos de la tarjeta que apareció entre las ropas de la víctima y que pertenece al varón. Además, solicita dos declaraciones de testigos, y quiere que se lleve a cabo una ampliación de la reconstrucción de los hechos practicada el pasado mes de enero en el motel, el camino y el riachuelo en el que apareció el cadáver. La acusación particular propone que se haga en el lugar una simulación con un maniquí.

Por su parte, la defensora, Cristina Rial, propone la declaración de testigos para intentar acreditar que el investigado no fue junto a la chica por el camino que lleva al riachuelo, pese a que una persona del motel afirmó que sí. La letrada defiende que Julio G. S. “no tuvo nada que ver con la desaparición ni con el fallecimiento”.