¿Cómo murió la ourensana Nerea Añel? Despejar esta incógnita es el objetivo de la reconstrucción del supuesto homicidio de la joven, de 26 años, cuyo cadáver apareció en un riachuelo en Barbadás en septiembre de 2020, después de permanecer desaparecida desde desde enero. La diligencia fue solicitada por la acusación particular, que ejerce la madre víctima, y trata de elucidar la posible implicación de su pareja, Julio G. G., que está investigado como supuesto responsable de los hechos que acabar con el fallecimiento de la mujer.

La reconstrucción se ha realizado este 12 de enero porque se buscaba una fecha similar a la que se produjo la muerte violenta, fechada el 15 de este mes de 2020. Se trataba de poder evaluar el factor agua, ya que el riachuelo dos Muíños al que se precipitó la joven no lleva caudal durante todo el año. De hecho, cuando sus restos fueron localizados, en septiembre de 2020, estaba seco.

En la reconstrucción de los hechos han participado la comisión judicial, agentes de la UFAM y de la Policía Científica de la comisaría de Ourense, un agente venido desde la Sección de Análisis de Conducta, en Madrid, y de la UDEV. También han estado presentes testigos que se encontraban en el motel, el último lugar donde se vio juntos a Nerea y su pareja.

Los forenses identificaron lesiones de la víctima compatibles con una “precipitación de media o baja energía”, al caer al lecho del riachuelo. Él no declaró ni en comisaría ni en el juzgado, pero, en una primera reconstrucción, en el entorno del motel en el que ambos habían estado la noche de su desaparición –a 250 metros del lugar donde aparecieron los restos–, dijo que tras abandonar el alojamiento juntos tomaron poco después caminos diferentes, al ver que se aproximaba un coche de la Guardia Civil y temer ser detenido por el robo de una cartera a un taxista.