Opinión

Cuatro Cosas

Vaya, vaya: otra vez está el Ourense político en el candelero. El filtrador enmascarado advierte de leves –por el momento– movimientos sísmicos en el subsuelo de los socialistas de allí. Y es que las diferentes corrientes que se entrecruzan en la provincia amenazan con convertirse en un tsunami. Hay desacuerdos por todos lados, tantos que recuerdan los reinos de taifas pero en rojo. Ojo...

Tanto es así que el filtrador enmascarado anuncia la posibilidad de que al menos uno de los grupos apueste, o estudie, un pacto para frenar a los jacomitas. No se trata de un bulo, al estilo de los listillos, aunque es verdad que va a resultar difícil la cosa. Sobre todo si se tiene en cuenta que las otras tribus están al acecho. Y que en el fondo siguen en juego la Alcaldía y la Diputación. Conste que un par de conversaciones ya se tantean. Uf...

Avecilla no lo niega, ni lo desmiente, además de que tiene datos sobre la preocupación que existe en As Burgas tras las elecciones autonómicas. El alcalde de la capital mantiene un número de votos creciente y estuvo a punto de conseguir un segundo diputado. Eso provoca inquietud en el multimundo del rojerío y también –aunque un poco menos– en las filas del PP. Todos quieren curarse en salud limitando las opciones de Jácome. Será un pulso a cara de perro. Uyuyuy...

Entre tanto los que siguen en la brecha son los pachistas. Su líder está convencido de que tarde o temprano el Espazo Común tiene vida si hay paciencia suficiente. Según Anacleto existe espacio para un centro izquierda galleguista, que podría nutrirse con un buen puñado de votos procedentes de los discrepantes del PSOE. Algunos dicen que es pura imaginación, pero los contactos ya se abrieron y la hipótesis no suena rara a los psoeciatas arrepentidos. ¿Capisci?