Día grande para el atletismo gallego. Ana Peleteiro consiguió la medalla de bronce en la final olímpica de triple salto en la que batió dos veces el récord de España que ella misma posee para subirse a un podio carísimo por el nivel de las saltadoras. La gallega sabía que la final le iba a obligar a ir un poco más allá de los 14,73 que tenía como mejor marca de siempre. Y eso hizo. Con la venezolana Rojas y la portuguesa Mamona fuera de concurso porque se fueron por encima de los 15 metros, el duelo por el bronce con la jamaicana Ricketts fue extraordinario. Pero Peleteiro firmó el concurso de su vida para alcanzar los 14,87 y vivir el episodio más grande de su carrera deportiva.

Ana Peleteiro confirmó que llegaba en el mejor momento de su carrera. En los últimos meses ha ido afinando la puesta a punto hasta llegar a Tokio donde desde la calificación del primer día demostró estar en el punto óptimo. En el físico y en el mental. La final es la consecuencia a todo ese trabajo porque cuando Ricketts la obligó con su cuarto salto a volver a mejorar el récord de España no se asustó Siguió convencida de sus posibilidades y en el quinto intento se fue hasta esos 14,87 que le permiten alcanzar uno de esos sueños infantiles, verse en el podio de unos Juegos Olímpicos. 

De esta manera Galicia también rompe una barrera histórica porque nunca uno de sus atletas fue capaz de lograr algo tan impresionante como subirse a un podio olímpico. Hace demasiado tiempo que todos los dedos apuntaban a Ana Peleteiro y ella acabó por responder a toda esa presión y lograr algo colosal.

Para completar la fiesta su amiga y compañera de entrenamientos, la venezolana Yulimar Rojas, ganó el oro con récord del mundo incluido (15,67). Una tarde de verdadera locura en Tokio.