El lipedema a juicio

Lara Taboada, vecina de Cangas, decide llevar a los tribunales de justicia al Sergas por no financias su tratamiento quirúgico

Lara Taboada Broullón, ayer, en la calle Noria de Cangas.

Lara Taboada Broullón, ayer, en la calle Noria de Cangas. / FdV

Hasta los 13 años, Lara Taboada Broullón se deslizaba con soltura sobre sus patines en la pista de Romarigo. A partir de ahí comenzó su calvario. Con el cambio hormonal desarrolló lipedema, una enfermedad que consiste en un depósito anormal de tejido subcutáneo en las extremidades y que afecta casi en exclusiva a las mujeres. Lara Taboada tuvo que dejar de patinar, porque su figura comenzó a deteriorarse. Subió, de repente, dos tallas. Hoy, con 32 años, ha decidido denunciar al Sergas por no costear su tratamiento, que incluye cirugía. La presentará en los juzgados de Pontevedra el próximo 17 de junio.

De Cangas, Lara Taboada es una mujer que ya no tiene complejos, que se los quitó de un plumazo el día en el que decidió luchar contra el régimen sanitario establecido. Pasó cuatro veces por el quirófano y hasta ahora su enfermedad (que se confunde con la obesidad) le cuesta un riñón. Hasta la fecha ha gastado en las operaciones más de 20.000 euros porque, según manifiesta, su dolencia no está dentro de su catálogo de operaciones del Sergas y no es cirugía de importancia vital. En ellas le sacaron 25 litros de grasa enferma.

No entiende que su enfermedad, que puede ocasionar graves problemas linfáticos y que conlleva grandes dolores, no pueda ser bien atendida en la sanidad pública. Afirma que lo único que consiguió de la administración y, con mucho trabajo, fue unas medias compresoras. “Ahora que la sanidad pública costea los cambios de sexo, mi enfermedad, reconocida por la OMS desde 2018, sigue sin estar catalogada como de importancia vital”.

Lara Taboada tuvo que luchar contra los tópicos, las miradas de desaprobación, esas opiniones médicas que la acusaban de comer de más, de no hacer ejercicio, que insistían en que se trataba de un problema de obesidad, nada más. Por eso insiste en que no es una cuestión de estética, sino de acabar con el dolor que, dice, la desgarra, que es como si les desenroscaran las piernas y se las volvieran a enroscar; un tremendo dolor poco soportable. “Tuve que aguantar que me dijeran que comía mucho, que no hacía ejercicio. Y llevó prácticamente toda mi vida a dieta y realizó a diario ejercicio. Se empeñaban en confundir obesidad con lipedema. Me decían que si bajaba de peso el dolor desaparecía. Adelgacé 30 kilos y el dolor sigue ahí”. Aunque la enfermedad le apareció con 13 años, no fue diagnosticada de la misma hasta el año 2020.

En su demanda va a pedir que el Sergas cubra la cirugía y los cuidados de fisioterapeutas para el postoperatorio. Hace esfuerzos para dejar claro que no debe confundirse lipedema con obesidad y comenta como una misma médica en la sanidad pública informó escuetamente acerca de su padecimiento y que cuando la atendió por un seguro privado realizó un completo informe sobre la misma. “A mí me ofrecieron cirugía bariátrica, que es la que se emplea para aquellas personas que tienen obesidad. Nosotras no queremos eso. Se trata de una operación que no es fácil, con complicaciones. Nuestra cirugía sería consistente básicamente en liposupcciones, que es menos invasora y ataca directamente el problema”, comenta Lara Taboada Broullón, que se siente orgullosa de dar este paso de llevar su problema de salud ante los tribunales de justicia.

El primer caso en Galicia y se buscan antecedentes en España

Aunque su abogada lo está buscado y ella misma también lo hace en las redes, Lara Taboada aún no ha encontrado ningún antecedente de mujeres que hubiesen presentado un caso similar al suyo ante la justicia. De momento, tienen claro que en Galicia nadie lo hizo. Ella será la primera y ni le asusta ni le da vértigo. Está dispuesta a ir y de instancia en instancia hasta que le den la razón.

Y no, no es un problema de estética. Afirma que a ella eso le da igual, que lo que quiere acabar es con el dolor que padece y el riesgo que hay para su vida. Nos asegura que en casos avanzados ya no hay posibilidad de operarse, y que en este caso hay muchas mujeres que padecen de esta dolencia no tan rara como se piensa. “Quiero que la sanidad pública cubra mi tratamiento hasta que esté sana o totalmente sana”, sentencia.

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