Félix Juncal asume la Alcaldía con el reto de “corregir el desequilibrio histórico de Bueu”

Félix Juncal cumplirá la mayoría de edad como alcalde de Bueu. El cabeza de lista del BNG afrontará su quinto mandato consecutivo –está en el cargo ininterrumpidamente desde 2007 y ya lo ostentó algo más de un año entre 2023 y 2004– tras recibir los votos de BNG y del PSOE (diez en total), pendiente aún de cerrar con este último partido un pacto de gobierno. El PP votó a su candidata, Elena Estévez, consiguiendo únicamente siete sufragios. El regidor iniciará una nueva etapa en la que se compromete a “corregir el desequilibrio sufrido por Bueu históricamente”, una idea para la que anuncia que buscará “la complicidad de las demás administraciones más que nunca”. Una etapa, en definitiva, que presume será “exigente y de exigencias”.

Ese fue el mensaje lanzado por el alcalde buenense en un discurso en el que hubo lugar para la emoción –al recordar a su madre, fallecida en 2020– y para el orgullo y el honor “por volver a ser elegido alcalde de tu pueblo. Es un sentimiento único”. Pero también para el recuerdo de las dificultades pasadas, “con su origen en 2012 cuando el gobierno central cambió completamente las reglas del juego” [en referencia al plan de ajuste], y con la pandemia Covid-19 condicionando el último mandato. A pesar de todo, subrayó, “considero exitosa la gestión de estos cuatro años”, citando como logros la ausencia de deuda financiera, la construcción de un parque en el antiguo cementerio, la recuperación medioambiental de la playa de Banda do Río o la piscina municipal, “a disposición de las personas desde el año 2021, cuando otros concellos tuvieron que cerrar las suyas”.

Juncal se dirigió al público de un salón de plenos abarrotado para la ocasión, con más de un edil tirando de armario para lucir sus mejores galas y hacer pensar a más de uno en que se estaba oficiando una boda y no una investidura. Pero lo cierto es que el estreno de algunos, el regreso de otros y la continuidad del resto merecía apostar por la elegancia, que ya habrá tiempo para desencuentros y conflictos.

Los primeros en tomar posesión de sus actas fueron precisamente un retornado y un debutante, Celso Dopazo (PSOE) y Daniel Chapela (PP), respectivamente. A ellos les correspondió conformar la mesa de edad e ir comprobando la acreditación del resto de concejales electos antes de que todos ellos fuesen llamados para jurar o prometer su condición de ediles del concello de Bueu. Otra debutante como Isabel Quintás (PSOE) fue la primera en hacer los honores en un estrado en el que, además de la Constitución Española, figuraba un ejemplar de “Sempre en Galiza”, de Castelao. Luego fue el turno de los representantes del Partido Popular –con el estreno de Marta Liméns y el regreso de Manuel Santos para ser el número 2 de Elena Estévez– y el de los ediles del BNG, donde las novedades eran Carmen García y Laura Ogando, esta última de vuelta a la corporación.

La fórmula escogida por los ediles fue variada. Desde el “prometo” de Isabel Quintás, Elena Estévez, Martín Villanueva o el propio Félix Juncal, al “juro" de Manuel Santos Pires o al novedoso “juro y prometo” de Marta Liméns y Suso Piedras. Otros optaron por el “prometo por imperativo legal”, como fue el caso de Alberto Moital, Carmen García o Laura Ogando.

Sin margen para las sorpresas tampoco hubo demasiado espacio para las anécdotas, más allá de la confusión de la mesa, llamando a Xosé Leal (número 2 del BNG) antes que a Laura Ogando (número 3), y corrigiendo de inmediato el error. Más llamativo fue que, tras ganar Félix Juncal la votación por la Alcaldía y dirigirse a ocupar su lugar presidiendo el pleno, alguno cayese en la cuenta que faltaba el acto simbólico de la entrega del bastón de mando y lo reclamase desde el público. Sin problema. Dopazo echó mano de él y Juncal lo ofreció a los presentes. Luego llegaron las felicitaciones –incluida alguna desde la oposición– y un mínimo descanso antes de iniciar un nuevo mandato electoral.

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