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El mejillón produce incluso con sus desechos

Adriana García, ayer en el laboratorio de la Cofradía de Bueu con el trabajo premiado. | // GONZALO NÚÑEZ

El Foro dos Recursos Mariños e da Acuicultura das Rías Baixas (Foroacui) celebró este mes su vigesimotercera edición en O Grove, donde se presentaron diversos trabajos de investigación. Uno de los que resultó premiado se centraba en cómo aprovechar los restos del mejillón en la economía circular, un estudio de un grupo de investigación de la Universidade de Santiago y en el que figura como coautora la actual asistencia técnica de la Cofradía de Bueu, Adriana García Rellán. La gama de posibles usos de esos residuos es enorme y a veces hasta sorprendente

Fabricación de áridos para hormigón y cemento. Catalizador para el biodiesel. Complemento alimenticio en la ganadería. Aislamiento acústico de base biológica para la construcción. Fabricación de biogás. Agente aromatizador. Colágeno. O ácido hialurónico para la industria farmacéutica. Son solo algunos de los posibles usos de los restos y residuos de uno de los puntales de la economía gallega: el mejillón. Así lo recoge un trabajo titulado “Análisis del cultivo procesado y consumo de mejillón para una economía circular”, que fue premiado en Foroacui XXIII y en el que una de sus autoras es Adriana García Rellán, actualmente asistencia técnica y bióloga de la Cofradía de Bueu. “Es un estudio realizado a través del Grupo de Investigación de Tecnoloxía para Economía Circular e Seguridade Natural (Tecsena) del departamento de Ingenería Química de la Universidade de Santiago (USC)”, explica la bióloga.

El trabajo, que incluye una recopilación de estudios y artículos, sobre el ciclo de vida del bivalvo ofrece una serie de herramientas para poder mejorar la gestión de esta industria, desde la fase de cultivo hasta la llegada al consumidor final. “Se trata de optimizar los procesos y flujos para que sea una producción más sostenible y a través de los residuos generados conseguir materiales con un valor añadido”, explica García Rellán, que fue la encargada de presentar el estudio en Foroacui. El autor principal es Vaisakh Yesodharan (de nacionalidad india) y está tutorizado por la profesora y doctora en Ingenería Química Pastora María Bello.

Una descarga de mejillón en el puerto de Bueu. | // GONZALO NÚÑEZ

Jerarquía

La investigación plantea una jerarquización, de menos a más impacto, para aprovechar esos residuos. En el escalón más alto está la prevención, que implicaría evitar recolectar mejillón pequeño. A continuación le siguen la reutilización, como usar los restos de la vianda del molusco para producir paté de mejillón; el reciclaje, que significa generar nuevos productos con un valor añadido a partir de residuos del bivalvo, como podría ser su concha, la vianda o las aguas residuales de su cocción en la industria conservera; y la recuperación, que permitiría generar biogás a partir de la vianda. En el escalón más bajo de la pirámide estaría la eliminación, que debería ser la última alternativa.

¿Y cuáles son los materiales o aplicaciones con valor añadido que se pueden conseguir con los residuos del mejillón? El abanico es muy amplio y varía en función del tipo de resto que se quiera recuperar o reciclar. La concha del molusco es quizás la que tiene más aplicaciones, tal como explica desde la Cofradía de Bueu Adriana García Rellán. Así, se puede obtener óxido de calcio y carbonato de calcio para la industria; fabricar áridos para el sector de la construcción; catalizador para la producción de biodiesel; un complemento alimenticio para la ganadería; aislamiento acústico de base biológica en la construcción; o para crear material antibacteriano en la industria alimentaria.

La vianda o la carne de mejillón, que a veces se puede llegar a desechar si tiene un tamaño demasiado pequeño, también ofrece nuevas alternativas. Adriana García señala que dentro del campo de la energía sostenible puede usarse para obtener biogás; en la industria alimentaria tiene utilidades para ingredientes de alimentos funcionales o para crear agentes aromatizadores; y en la propia acuicultura se puede destinar como alimento para peces.

Barcos bateeiros amarrados en el puerto de Bueu. Gonzalo Núñez

Biomedicina y biotecnología

La bióloga de la Cofradía de Bueu explica que otro de los residuos generados por el mejillón es el biso, que es una fibra natural que se obtiene de los filamentos que segrega el molusco. Su aplicación más evidente es en el campo de la biomedicina ya que puede servir como fuente para generar colágenos y bioadhesivos.

Las aguas residuales que se generan en la industria conservera tras la cocción del bivalvo también ofrecen novedosas aplicaciones en distintos ámbitos. A partir de ellas se obtienen polímeros para conseguir materiales alternativos a los derivados del petróleo; concentrados aromáticos para la industria alimentaria; producción de amilasa (una enzima) en la biotecnología; o el famoso ácido hialurónico y la glucosa oxidasa, que se emplean en el ámbito de la industria farmacéutica.

La participación de la bióloga de la Cofradía de Bueu en esta investigación fue posible gracias a su formación en un máster de Ingeniería Ambiental, que le permitió formar parte del grupo de investigación Tecsena de la USC. “El premio por la presentación del proyecto nos ha hecho mucha ilusión. Además en mi caso estoy muy agradecida a la cofradía por facilitarme la posibilidad de compatibilizar mi trabajo aquí con la investigación”, explica. El estudio que se presentó en Foroacui XXIII forma parte de un trabajo más amplio para una tesis de doctoramiento.

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