Uno de los golpes que recibió en los últimos meses el sector industrial de la comarca fue el incendio de la nave de reparación y pintado de barcos de la empresa Obra Viva Composites, que se ubicaba en el barrio moañés de A Paradela. Desde entonces su responsable, Javier Álvarez, agilizó los trabajos de reconstrucción y el exterior de la nave se puede ver ya totalmente renovada tras haber sido pasto de las llamas. La intención es que se retome la actividad en estas instalaciones en unos 15 días. Sin embargo, Obra Viva Composites nunca dejó de trabajar en estos casi cuatro meses desde el incendio. "Mantuvimos a los siete trabajadores y en un futuro esperamos contratar a más, pues tenemos mucha demanda. Tras conocer lo que ocurrió, las armadoras y otros clientes nos encargaron trabajo y nos ayudaron a salir de aquella situación", valora el responsable de la compañía.

Es más, explica que operarán en la nave de A Paradela -anexa a una vivienda particular que también había sido gravemente dañada por el incendio del pasado mes de septiembre- de forma temporal. Y es que tiene la intención de trasladar la producción a una nave en un polígono industrial de Vigo "para poder seguir creciendo, para lo que es necesario estar fuera de una zona de viviendas".

Durante este tiempo explica que han derivado fuera los trabajos y que han tenido que paralizar la división de pintura de embarcaciones por falta de condiciones óptimas, lo que esperan retomar en breve. "La reconstrucción la realizamos asumiendo todos los gastos, porque de momento seguimos con el papel de los seguros tras el incendio. El cobro de los seguros es algo que se puede demorar hasta dos años", lamenta el empresario.

Precisamente debido a todos los trámites necesarios tras el incendio y a la reconstrucción de la nave de A Paradela, Javier Álvarez ha tenido que renunciar a trabajos en el extranjero, pues es habitual que se encargue de reparar barcos deportivos en puertos de medio mundo, como quedó patente en sus trabajos, por ejemplo, en el marco de la prueba Volvo Ocean Race de vela.

En el incendio de septiembre las llamas se habían extendido a la casa anexa, del propio empresario. Por suerte, las alarmas de los detectores de incendios funcionaron a la perfección, alertando a las cinco personas que dormían en la vivienda, en distintos pisos. Todos los residentes, incluida una niña pequeña, lograron salir por su propio pie del inmueble sin daños físicos.