La idea de juntarse ayer surgió tras el incidente que una de estas personas sufrió un día antes en la estación de autobuses de Cangas, donde se quedó en tierra por el "desinterés" de un conductor en desplegar la rampa de acceso. La denuncia de la afectada logró que la empresa le enviara un taxi adaptado desde Vigo para realizar el servicio, sin coste para ella, aunque las personas con discapacidad reclaman que esa situación no se repita. Las ocupaciones del alcalde, que ayer por la mañana realizaba gestiones fuera de su despacho, impidió la reunión, aunque el concejal de Urbanismo, Rafael Soliño, se comprometió a atenderlas el lunes.

El grupo de afectadas aprovechó para dirigirse a la Avenida de Ourense, donde se están habilitando una decena de rampas de acceso en los pasos de peatones, con un ancho aproximado de 70 centímetros. Un paso en la buena dirección, aunque "insuficiente", afirman, y pidan que se aplique en todas las aceras del municipio, sin olvidar "la retirada de cacas de perro, que con frecuencia llevamos en las ruedas para casa".