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Así fue la persecución al patinete bala

El piloto portaba un perro en un transportín | Los agentes lo sorprendieron tras cruzar un semáforo en rojo en la Avenida da Florida

Patinete eléctrico del conductor interceptado, con el transportín instalado en la parte trasera. // FdV

Un patinete eléctrico trucado protagonizó una persecución policial sin precedentes en Vigo que marca un punto de inflexión en la reciente historia de este tipo de vehículos tan polémicos que ya han provocado varias muertes

Su conductor, saltándose un semáforo en rojo en la Avenida da Florida a las 11.45 horas del pasado viernes, descorchó el inicio de este episodio. La velocidad del aparato era tan elevada que los agentes de la unidad de Atestados, a bordo de un furgón policial, difícilmente pudieron seguir su estela una vez se percataron de la tropelía. ¿Pero cómo puede competir en velocidad un artilugio de estas características con un vehículo que se mueve con motor de combustible?

En el número 13 de la calle Martín Echegaray, el infractor efectuó una parada. Los policías aprovecharon el momento para identificar al conductor y supervisar el patinete que manejaba: de la marca Mega, tipo X2 y con una potencia de 3.200 vatios. Según la etiqueta identificativa, el modelo debería tener una velocidad máxima autorizada de 25 km/h, cifra que lo encuadraría en el grupo de Vehículos de Movilidad Personal (VMP).

Para sorpresa de los agentes, y tras realizar una comprobación acelerándolo con las ruedas motrices sin tocar el pavimento, observaron que el velocímetro alcanzaba al menos los 99 km/h -el dispositivo digital solo ofrece información de dos dígitos-. Es decir, el patinete eléctrico estaba alterado para ir mucho más rápido. Por si esto fuera poco, el propietario había montado un transportín en el patinete en el que, en el momento de la detención, viajaba un perro. De este modo, los funcionarios procedieron a tramitar la denuncia del usuario y retiraron el aparato de la vía pública.

Una sanción inédita

Este capítulo vivido en Vigo pone el foco en la posibilidad de cuadriplicar la velocidad límite de un aparato preparado inicialmente para alcanzar un máximo de 25 km/h y pensado para utilizar en núcleos urbanos como medio de transporte para completar distancias medias.

Hasta la fecha, los cuerpos de seguridad de la ciudad habían denunciado a conductores de patinete eléctrico por circular de forma indebida o por manejar el VMP bajo los efectos de drogas o alcohol; en ningún caso se había constatado que los artilugios estuviesen manipulados para hacerlos transitar más rápido.

Precisamente, durante el pasado fin de semana, los agentes detectaron a dos personas borrachas que utilizaban máquinas de este tipo y a siete por efectuar un uso inapropiado de las mismas: zigzaguear para sortear a peatones por la acera o avanzar en sentido contrario a la marcha. Una de estas fue sancionada por instalar sin previa autorización un asiento en su Vehículo de Movilidad Personal.

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