Guerra en Oriente Próximo

La tensión con Israel aviva el debate en Irán sobre la necesidad de culminar el programa nuclear

Teherán discute internamente si avanzar en un programa que convertiría a la república islámica en potencia atómica

Irán prueba uno de sus misiles 'Sejil-2', en 2009.

Irán prueba uno de sus misiles 'Sejil-2', en 2009. / EFE

Adrià Rocha Cutiller

Una gran pregunta recorre los despachos de Teherán. ¿Sirvió el ataque televisado, anunciado y retransmitido de Irán contra Israel este abril con 300 drones y misiles para disuadir al Estado hebreo y que Tel Aviv deje de atacar a intereses iranís en la región? 

Si de verdad cree que sirvió, la República Islámica respira tranquila: el riesgo de un conflicto regional contra los dos máximos enemigos persas, Estados Unidos e Israel, es bajo. Pero, si no sirvió, ¿cuál es la alternativa? Para Teherán, hay una: la bomba atómica.

Irán, hasta día de hoy, ha negado siempre oficialmente estar desarrollando el arma nuclear, pero cada vez son más las voces dentro del Gobierno iraní —que este domingo perdió a su presidente, Ebrahim Raisí en un accidente de helicóptero— que la mencionan como una posibilidad, tanto en el futuro como en el presente.

"Cambiar nuestra doctrina militar"

"No hemos decidido construir la bomba, pero si Irán es amenazada, entonces no tendremos más opción que cambiar nuestra doctrina militar [respecto al armamento nuclear]”, dijo hace dos semanas Kamal Jarrazí, asesor del líder supremo, el ayatolá Alí Jameneí. La realidad es que el país persa está muy cerca: Irán ha llegado a enriquecer uranio hasta el 60%, muy cerca del 90% necesario para desarrollar la bomba atómica. Pasar del 60% al 90% se puede conseguir en cuestión de días. 

Además, el Organismo Internacional para la Energía Atómica (OIEA) se queja cada vez con más fuerza de que Irán limita el acceso de sus inspectores a las plantas nucleares. Así, la agencia sostiene que ya no es capaz de garantizar que el país persa no está desarrollando armamento nuclear.

"Esta es la primera vez que Irán está en un conflicto estando al límite de ser una potencia nuclear, y esto es muy importante. Irán puede producir material suficiente para crear una bomba en tan solo dos semanas, si así lo quisiese”, explica Eric Brewer, miembro de la oenegé estadounidense Nuclear Threat Initiative

"Una pregunta muy importante ahora es si Irán ve su capacidad nuclear en el contexto actual como una fortaleza, algo que sirve para que los demás no ataquen, o como una debilidad; es decir, algo que puede hacer que los rivales [Israel y EEUU] ataquen precisamente para evitar que Irán se convierta definitivamente en una potencia nuclear y, probablemente, la realidad se encuentra entre medio de estas dos posibilidades", continúa Brewer.

Amenazas y bombas

Según este experto, el devenir del conflicto en Gaza y su impacto en toda la región harán que, finalmente, Irán decida hacia dónde va su programa nuclear. Ejemplos similares abundan en el pasado: la URSS desarrolló su propia bomba durante los primeros años de la guerra fría contra EEUU. Israel consiguió su propia arma después de la guerra de los seis días, en 1967. Pakistán, desarrolló la suya en los 90, ante su tensión fronteriza con la India

"Hasta ahora, la estrategia de Irán ha sido la de quedarse al límite de ser una potencia nuclear: no desarrollar la bomba pero quedarse en el último paso para que, si en algún momento llega la decisión de hacerlo, de la decisión a la acción haya un tramo muy corto", considera Brewer, que continúa: "Con la situación actual, yo apostaría que Irán no dará marcha atrás". El experto pormenoriza que Irán "o se quedará donde está actualmente o avanza y los motivos por los que puede decidir avanzar son, por ejemplo, hechos que debiliten la posición de fuerza iraní en la región, como una hipotética debilitación del Eje de la Resistencia. Si Irán calcula que su elemento actual de disuasión ya no es válido… entonces buscará alternativas. Y la más clara es la bomba nuclear”.

Según los expertos, sin embargo, Irán aún no ha tomado ese camino. A pesar de las voces en Teherán que cada vez hablan más abiertamente sobre el arma nuclear, Jameneí no se ha retractado de sus palabras en el pasado, cuando catalogó la bomba atómica de algo ‘haram’ -prohibido en el islam-.

Esto, sin embargo, no significa que el programa nuclear iraní no haya avanzado tanto que ya no se pueda volver atrás, a los años del acuerdo nuclear negociado por el antiguo presidente estadounidense, Barack Obama, que su sucesor, Donald Trump, rompió unilateralmente. Esta decisión del republicano, de hecho, fue lo que empujó Teherán a enriquecer su uranio hasta porcentajes cercanos al necesario para la bomba.

“Hasta donde sabemos -dice Brewer-, Irán ha avanzado mucho en el ciclo de combustible, pero tiene bastante trabajo por delante en el aspecto armamentístico de la bomba. A mí esto me dice que el líder supremo ve el arma atómica como algo innecesario: que por el momento, Irán tiene poder de disuasión suficiente y que crear la bomba puede ser algo demasiado arriesgado y tenemos que trabajar para que lo siga viendo así”.

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