Malvinas confía a la empresa que ensambló el “Titanic” un nuevo muelle de 140 millones

El Gobierno insular avanza con Harland & Wolff los detalles del proyecto, que deberá estar rematado para finales de 2027

Será la dársena de la flota congeladora de capital gallego

El arrastrero congelador "Kestrel", saliendo del actual muelle.

El arrastrero congelador "Kestrel", saliendo del actual muelle. / CEDIDA

Lara Graña

Lara Graña

El muelle que conecta a las remotas islas Malvinas con el mundo se conoce como el FIPASS (Falkland Interim Port and Storage System). Es una estructura flotante encargada e instalada en 1984 por el Ministerio de Defensa de Reino Unido, tras la guerra con Argentina, que está unida a tierra por una calzada con estructura de acero de casi 200 metros. Ha sido, desde su ejecución, el centro de operaciones para la flota arrastrera congeladora que opera en las 200 millas jurisdiccionales de este territorio, incluidos los ahora 16 pesqueros de capital gallego que acuden dos veces al año a Vigo o Marín, al rematar cada marea, para descargar y pasar revisión. Pronto el emblemático FIPASS será reemplazado por una nueva estructura flotante: el Ejecutivo local avanza en las negociaciones con la compañía de construcción naval Harland & Wolff, con base en Irlanda, que es la que ha obtenido una mayor puntuación en el proceso de licitación pública. Símbolo industrial de la ciudad de Belfast –y recién vendido tras haberse asomado a la quiebra–, el astillero Harland & Wolff fue el artífice del malogrado crucero Titanic, que fue a pique el 15 de abril de 1912.

Esta misma compañía fue la encargada, en los ochenta, de ensamblar las barcazas gigantes que conforman el muelle actual. “Este proyecto no solo pone en valor nuestra asociación duradera con el Gobierno de las Malvinas, sino que también refuerza nuestra reputación como proveedor de garantías para proyectos de ingeniería marina grandes y complejos”, aplaudió en un comunicado su director ejecutivo, John Wood. La infraestructura tendrá un coste de entre 100 y 120 millones de libras (117-140 millones de euros, al tipo actual de cambio) y deberá estar rematada a finales de 2027, como avanzó el responsable del proyecto, Paul Silvanus. “Es una opción de menor riesgo y bajo coste y, dada la urgencia de reemplazar el FIPASS, ahora que sabemos que la vida útil de las barcazas [en referencia a las estructuras flotantes] está llegando a su fin, parecía lo más sensato”, abundó la directora de Desarrollo y Servicios Comerciales del Gobierno insular, Becky Clark. De inicio, todas las papeletas para asumir esta actuación estaban en manos de la ingeniería británica BAM Nuttall Limited, que acabó siendo descabalgada del futuro FIPASS. La infraestructura en la que operan hoy los pesqueros de capital gallego –participados por Pescapuerta, Pereira, Chymar, Copemar, Rampesca, Lafonia y Marfrío– habrá resistido más de cuarenta años cuando sea retirada; su sucesora, anticipa Clark, durará “por lo menos” medio siglo.

Las claves

El nuevo muelle también será modular, con cuatro pontones flotantes, cada uno de los cuales alcanzará los 90 metros de longitud. El vial que lo conecta a tierra será igualmente reformado, aunque a través de un proceso distinto de licitación. Los trabajos son de máxima relevancia para las Malvinas: no solo por las descargas de los buques pesqueros –es su gran fuente de generación de PIB, junto a los ingresos por las cuotas–, sino por la flota de mercancías que abastece a las islas o la creciente demanda de la industria de cruceros por hacer escala en la capital, Port Stanley. El tirón creciente de los viajes en buques de exploración, con singladuras por la Antártida o la Patagonia argentina, han redundado en un mayor ajetreo en el actual FIPASS.

Suscríbete para seguir leyendo