Las lonjas encaran las fechas navideñas con el peor nivel de ventas en veinte años

Acumulan 382,5 millones y ni la facturación más optimista en esta decisiva recta final evitará firmar uno de los peores años | Registra cifras peores que en el año del COVID

Pescado descargado en la lonja de Vigo.

Pescado descargado en la lonja de Vigo. / APV

Adrián Amoedo

Adrián Amoedo

El agosto particular de las lonjas gallegas ya está aquí. La última quincena marca buena parte del trabajo de todo el año por las comidas y cenas asociadas a las tradicionales fechas navideñas. El alza en el consumo deja un buen pellizco en los centros de primera venta y en las flotas y pescadores que se afanan por traer a tierra pescado y, especialmente, marisco. Sin embargo, en un contexto de crisis de ventas en la industria y con la fuerte caída en el sector marisquero por la mala situación de los arenales, la Navidad apunta a ser insuficiente para que las lonjas cuadren cuentas. De hecho, ni la facturación más optimista en esta decisiva recta final evitará firmar uno de los peores años. Y es que las lonjas encaran los últimos quince días con el peor nivel de ventas en veinte años, 382,5 millones de euros.

Subasta de ayer de almejas 
en la lonja de Campelo. |   // R. V.

Subasta de almejas en la lonja de Campelo. / F. Martínez

El sector pesquero vive en una crisis casi permanente. Si no es por las cuotas, siempre escasas, es por las restrictivas normativas, el excesivo precio de insumos como el combustible o los problemas asociados al calentamiento global, que sufren de primera mano. Un ejemplo claro de lo primero es lo que viven los arrastreros o los pincheiros que traen merluza, rape y rapante de Gran Sol; un caso que representa como ninguno el problema del cambio climático es el que viven las mariscadoras repartidas por toda la comunidad, que urgen ayudas para paliar la caída de producción y ventas.

Con estos mimbres, las lonjas de la comunidad registran a 15 de diciembre números peores incluso que en el año del estallido de la pandemia, en 2020, cuando habían perdido a un cliente clave como es la restauración. En aquel año, los centros de primera venta gallegos encaraban la Navidad con un bagaje de 146.519 toneladas de género vendido por 385,4 millones de euros.

En este curso, y de acuerdo a los datos registrados en la Plataforma Tecnolóxica da Pesca (gestionada por la Consellería do Mar), la cantidad de pescado y marisco es un 17% inferior al año del COVID, con 121.656 toneladas, y las ventas son también ligeramente menores (0,7%) con esos 382,5 millones, ayudado sin duda por el incremento de precios en algunas especies clave. Una comparativa todavía es peor si se tiene en cuenta el dato del año pasado. A estas alturas, las lonjas habían alcanzado una facturación de 412,5 millones (un 7,8% más) tras comercializar 130.666 toneladas (+7,4% más).

De hecho, para encontrar un peor estado de forma en las rulas de la región habría que remontarse al año 2004. Aquel fue un año muy difícil para el sector, con una caída en los precios medios que provocó que las 146.147 toneladas, casi 25.000 más que este año, se vendiesen por 366,1 millones de euros. De hecho, aquel 2004 está registrado como uno de los peores en cuando a ventas, ya que sumando la quincena se quedó en 389,5 millones.

Remontada imposible

La proyección de facturación apunta a que 2023 culminará con unas ventas en el entorno de los 405-410 millones de euros. Si, si las capturas son suficientes y si los precios se sitúan en los que marcaron los últimos años en estas fechas navideñas. Analizando la última década, la quincena final de año, en la que se agolpan las compras para Nochebuena, Navidad, Nochevieja y Año Nuevo, deja una media de 27 millones de euros por las 4.500 toneladas de pescado y marisco subastado. Rara vez superan los 30 millones.

Subasta de pez espada fresco en la Lonja de O Berbés.

Subasta de pez espada fresco en la Lonja de O Berbés. / Ricardo Grobas

Sin embargo, ni aun con un final de año extraordinario (por ejemplo, logrando 40 millones), los centros gallegos conseguirían alcanzar los 437,3 millones de euros registrados el año pasado. Por ponerlo en perspectiva, el récord está en el año 2018, cuando se celebró por todo lo alto desde el sector pesquero (y las instituciones) los 508 millones de euros de facturación y las 212.784 toneladas de género subastado.

Debacle

La otra lectura que dejan las cifras anuales de las lonjas a poco de dar por cerrado el año es que la principal caída se registró en el segundo semestre. En el primero, las lonjas se sostuvieron gracias al alza de precios, con 57.791 toneladas y 189,4 millones, leves descensos respecto al año, anterior del 0,5% y 0,7%, respectivamente.

En el segundo, por contra, las caídas hasta el 15 de diciembre ya son del 6,9% en cantidad y del 7,2% en valor, reflejando tanto esa caída en el consumo como los problemas de la campaña del marisqueo, marcada por las intensísimas lluvias en la comunidad en los meses de octubre y noviembre.

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