Los científicos apelan a reducir la presión sobre la sardina: recortan el cupo un 10%

El ICES publica su análisis sobre la especie y aconseja a España y Portugal la primera rebaja del tope desde 2019

Estima unas capturas máximas de casi 39.000 toneladas

Flota del cerco amarrada en O Berbés a principios de diciembre

Flota del cerco amarrada en O Berbés a principios de diciembre / Ricardo Grobas

Adrián Amoedo

Adrián Amoedo

El pasado 1 de diciembre la Secretaría General de Pesca anunció el cierre de la campaña de la sardina de forma oficial. El departamento que dirige Isabel Artime sacó pecho de la abundante cantidad que pudo capturar la flota española, un total de 22.582 toneladas, de las cifras más alta de los últimos años gracias a la mejora de la salud de la especie y a los intercambios realizados con Portugal, país con el que comparte cuota. Ahora, los científicos arrojan un jarro de agua fría. Tras cuatro años con alzas continuas en el tope recomendado por el Consejo Internacional para la Exploración del Mar (ICES, por sus siglas en inglés) apela ahora a rebajar la presión pesquera sobre la sardina al reducir el cupo un 10%, hasta las casi 39.000 toneladas a repartir entre ambos países.

El informe en el que se analiza el estado de la especie en las zonas VIIIc (de Fisterra al País Vasco) y IXa (de Fisterra al Golfo de Cádiz) se publicó la semana pasada y supone el resumen de los trabajos realizados en el caladero a lo largo del año por los equipos científicos del IEO (Instituto Español de Oceanografía) y del IPMA (Instituto Português do Mar e da Atmosfera).

Frente a las 43.841 toneladas que el ICES aconsejó para 2023, la cantidad más alta desde hacía una década, los científicos recomiendan ahora de cara al próximo año un total de capturas que no superen las 38.992 toneladas. Es la primera reducción desde que en 2017 el consejo urgió dejar de pescar la especie durante un período de 15 años con el fin de poder recuperarlo.

Aquella cuota cero propuesta por los expertos, que finalmente fue esquivada por España y Portugal, se repitió tanto para 2018 como para 2019. Sin embargo, el éxito del plan de gestión impulsado por los dos países hizo que la salud de la población de sardina mejorase, pasando a recomendar 9.660 toneladas para 2020, 40.434 en 2021 y 41.777 en 2022.

Según señala el informe, “la presión pesquera sobre la población está por debajo de la mortalidad por pesca coherente con la consecución del Rendimiento Máximo Sostenible”, es decir, la mayor captura o rendimiento medio que puede obtenerse de forma continuada de una población.

Esta recomendación se une, por contra, a la del Golfo de Vizcaya. Según el ICES, en esta zona sí se podrá capturar más sardina que este año, ya que pasa de aconsejar un límite de 19.811 toneladas a 21.497, un incremento del 8,5%.

Dificultades

De concretarse finalmente esta reducción, la flota de cerco enfrentará más dificultades el próximo año. A no ser que el jurel vuelva a aparecer con fuerza en la costa gallega, algo que lleva meses sin pasar, los armadores tendrán que volver a depender de la sardina. Este año, por ejemplo, algunos barcos se vieron forzados a adelantar el amarre de fin de año tras el cierre de la campaña.

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