Entrevista | Diana González Troncoso Presidenta del Consejo Científico de NAFO

“No estoy de acuerdo con un cierre total a la pesca de fondo y sin apoyo científico”

“Si la Inteligencia Artificial sigue desarrollándose así, en el futuro la podríamos emplear para ajustar mejor los modelos predictivos que tenemos, sobre todo los multiespecíficos”

Diana González, presidenta el Consejo Científico de NAFO, ayer, en la sede del IEO en Vigo.

Diana González, presidenta el Consejo Científico de NAFO, ayer, en la sede del IEO en Vigo. / Ricardo Grobas

El 45 encuentro de la Northwest Atlantic Fisheries Organization (NAFO) dejó buen sabor de boca en Vigo el pasado mes de septiembre; optimistas noticias para un sector, el pesquero, que lleva años peleando contra viento y marea –grandes lobbies verdes e incluso instituciones públicas que han restringido sus posibilidades sin criterio científico objetivo– por seguir desarrollando su actividad de manera digna y sostenible: a nivel medioambiental, sin duda, pero también económico.

La reunión sirvió, entre otras cuestiones, para fijar las cuotas en aguas del Atlántico Noroeste disponibles en 2024, jugosísimas para especies como el bacalao o la gallineta en la zona 3M, cruciales para Galicia, y que registrarán aumentos superiores al 90% y 55% respectivamente. De igual modo, con dicha cita se renovaron los puestos de mando de los órganos de la susodicha entidad, nombrando entre ellos a la nueva presidenta de su Consejo Científico, Diana González Troncoso. Desde el centro que el Instituto Español de Oceanografía (IEO) posee en la ciudad olívica, la experta viguesa atiende a FARO.

–El 45 encuentro anual de NAFO ha dejado alzas importantes en cuotas estratégicas para la comunidad autónoma en 2024, pero más allá de las cifras, que importan y mucho, parece evidente que el estado del mar ha mejorado en materia de sostenibilidad. Al menos en ciertas áreas.

–Sí, sobre todo en el caladero de Flemish Cap. No tanto el Gran Banco, que es la zona 3LN, pero sí en la zona 3M. Ahora mismo tiene una productividad primaria muy alta. Especies como el bacalao, la gallineta y el fletán están en buenas condiciones, por lo menos en estos momentos.

–¿Qué sucede para que una demarcación vaya bien y la otra no?

–En realidad no conocemos muy bien los motivos, pero lo que creemos es eso, que la producción primaria –la materia orgánica generada por organismos autótrofos a través de procesos de fotosíntesis o quimiosíntesis– es mayor en Flemish Cap que en el Gran Banco. Si la producción primaria es buena, la cadena trófica crece y los peces se acaban beneficiando.

–¿Qué instrumentos entran en juego al radiografiar estas aguas para determinar cómo gestionar sus recursos? Quiero decir, ¿cómo se llega al punto de concluir, como por ejemplo se ha hecho este año, que para el próximo ejercicio se podrán pescar hasta 11.708 toneladas de bacalao?

–En el caso del bacalao, siguiendo ese ejemplo, tenemos muchísimos datos. Datos de pesquería, de captura, de tallas, de peso… Todos ellos se consiguen gracias a los observadores que viajan a bordo, y después también hay datos de las campañas que se realizan: la Unión Europea, en concreto España y Portugal, llevan a cabo tres en la zona de NAFO. Con todos esos datos se aplican modelos matemáticos para saber cuál es el estado de cada stock y cómo se proyectará en el futuro. Teniendo en cuenta una serie de parámetros, calculamos cómo van a evolucionar el año que viene: cuánto van a madurar las poblaciones, cuánto van a crecer, cuánto se va a morir… Nuestro mayor riesgo es que la biomasa no puede bajar. Una vez tenemos ese estado establecido, damos unas recomendaciones desde el Consejo Científico y nuestra Comisión decide en septiembre qué riesgo toma y, por tanto, que TAC (Totales Admisibles de Capturas) se determina.

Diana González, presidenta el Consejo Científico de NAFO, ayer, en la sede del IEO en Vigo.

Diana González, presidenta el Consejo Científico de NAFO, ayer, en la sede del IEO en Vigo. / Ricardo Grobas

–Estas técnicas, las estrategias que emplean para analizar el océano y acotar sus posibilidades pesqueras, imagino que están en continua evolución. ¿Hacia dónde conducen esos avances? Ser exactos nos hará eficientes, resulta obvio, ¿pero también nos hará más productivos a largo plazo?

–Esa es una buena pregunta. Desde luego yo espero que seamos por lo menos más eficientes. Ahora mismo en NAFO todos los stocks son evaluados monoespecíficamente. Eso quiere decir que cada stock es evaluado con su propio modelo, independientemente de lo que ocurra con las demás especies. Esto tiene sus problemas, evidentemente, porque el bacalao se come a la gallineta, la gallineta come camarón, etcétera. Estas especies están muy interconectadas entre ellas, por lo que el futuro real es ir hacia un enfoque ecosistémico. En ello estamos trabajando en NAFO. Lo ideal sería hacer evaluaciones multiespecíficas. Por ejemplo, hacer una evaluación a la vez para el bacalao y la gallineta, porque sabemos que son interdependientes. ¿Qué pasa? Que ese tipo de modelos son unos modelos que requieren muchísimo tiempo. Mucho expertise, mucha experiencia.

–¿Qué papel puede jugar aquí la Inteligencia Artificial? ¿En algún momento llegará para ayudar? ¿Es posible introducirla para que esos modelos tan complejos dejen de serlo?

–Si la Inteligencia Artificial continúa desarrollándose como se está desarrollando, yo creo que sí, que en el futuro la podríamos emplear para intentar ajustar mejor los modelos que tenemos, sobre todo los multiespecíficos. No obstante, hasta la fecha es algo que todavía no hemos explorado.

–En el caso del bacalao, la cuota para 2024 aumentará un 91,1%, la mayor registrada en el último lustro. ¿Qué se ha encontrado NAFO para impulsarla de tal manera? ¿Se mantendrá esta tendencia o caerá?

–En los dos últimos años no hemos visto un gran volumen de reclutamiento –cantidad de especímenes jóvenes–, por lo que creo que va a volver a bajar. No creo que baje a los niveles del 2021, pero veo realista que se sitúe en torno a los valores de 2022 y 2023, entre 4.000 y 6.100 toneladas. Pero ya te digo, depende tantísimo del reclutamiento y de otras variables que ahora no conocemos, porque aún no extrajimos los datos de las campañas ni tenemos los datos de las pesquerías, que es muy difícil predecirlo.

Para el fletán negro, también importante para Galicia, la cuota será casi igual a la que se anunció para 2023: 15.153 toneladas, en mínimos históricos. ¿No da más de sí la especie? ¿Qué ocurre en este caso?

–Llevamos una serie de años que tenemos muy pocos datos del fletán. A todas las especies, pero en particular al fletán, le afecta mucho esta situación. Cabe recordar que el TAC se fija a partir de esa información. De todas maneras, aunque siempre se diga que está bajando, creo que la cifra es muy buena. El fletán se mantiene estable en los últimos años. No ha habido una bajada catastrófica del TAC, ni de la biomasa. ¿Que no sube? Bueno, habrá que esperar un poquito a ver si es por culpa del cambio climático. Esperemos que no, porque si es así va a emigrar hacia el norte. Espero que el fletán suba en los próximos años. Que va a andar por ahí, entre las 15.500 y 16.000 toneladas. Más de eso no va a subir, y espero que no baje.

–Los buques de NAFO son arrastreros, flota que ha denunciado sentirse “demonizada” estos últimos años por lobbies verdes y ciertas instituciones públicas, como Bruselas. A nivel científico, ¿es sostenible el arrastre?

–Está claro que tenemos que buscar algún modo de intentar maximizar la selectividad. Otro arte más selectivo. Pero bueno, esto es un tema muy controvertido. Yo no estoy de acuerdo con un cierre total –definitivo, sin previsible fin y que afecta a 87 áreas de las aguas comunitarias– como el que hicieron aquí en Europa –la Comisión Europea–. Sin haber tenido un apoyo científico detrás. Nosotros hemos hecho un estudio científico muy concienzudo de todo el caladero, y al final se cerraron temporalmente zonas que se veía que podían ser más vulnerables al arrastre.

–A raíz del 45 encuentro de Vigo, NAFO emitió una nota en la que precisamente anunció que el pleno había pactado conservar sus vedas de pesca de fondo en ecosistemas marinos vulnerables hasta el 31 de diciembre de 2026, y también tener en cuenta los efectos actuales y futuros del cambio climático sobre las poblaciones gestionadas. ¿Cómo se llevará a la práctica esta última novedad?

–Ahora mismo estamos en los primeros pasitos, pero va a ser un gran reto para nosotros: estoy convencidísima. Espero que se pueda meter más gente en el Consejo Científico, porque los que estamos ahora tampoco tenemos el tiempo ni el conocimiento suficiente para llevar todo esto a cabo.

Las pesquerías en las que faenan estos buques son fundamentales para Galicia, aunque de los 30 barcos gallegos que llegaron a trabajar en estas aguas quedan menos de una decena. Por ahora las cuotas establecidas para el bacalao y el fletán son anuales, ¿barajan hacerlas plurianuales para dar más estabilidad al sector?

–Hemos hablado en algún momento de hacerlo cada dos años, en el caso del bacalao, por ejemplo, pero nos da un poco de miedo porque varía muchísimo de un año para otro. Con respecto al fletán, se podría hacer. Realmente ahora estamos en un proceso de evaluación del fletán que va a acabar en septiembre de 2024. A lo mejor entonces se decide que en vez de hacerlo todos los años, se hace cada dos. Aun así, eso ya sería una cuestión vinculada a la Comisión de NAFO. No se trata de una cuestión que competa al Consejo Científico.

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