Cuando el mar se escribe en femenino y se lee en masculino: 3 patronas y 24 presidentas entre 63

Mulleres Salgadas es el único colectivo de trabajadoras del sector en Galicia

Agrupa a 1.600 de toda la cadena y exige cambiar la Lei de Confrarías para garantizar la paridad

Hay 2.702 mariscadoras a pie y sólo 912 hombres

En Galicia hay censadas 2.702 mariscadoras a pie, sector en el que también trabajan 912 hombres

En Galicia hay censadas 2.702 mariscadoras a pie, sector en el que también trabajan 912 hombres / mulleres salgadas

Suso Souto

El marisqueo a pie es, tradicionalmente, un trabajo que se escribe en femenino... pero que se lee en masculino. En Galicia hay censadas 2.702 mujeres en este sector, en el que también hay 912 hombres. Las agrupaciones de la provincia de A Coruña suman 1.000 mujeres y 528 hombres; las de Pontevedra, 1.678 mujeres y 372 hombres; y las de Lugo, 24 mujeres y 12 hombres. Entre el grupo de las más numerosas figuran las de A Illa, con 209 mujeres y un hombre; Noia, con 313 mujeres frente a 79 hombres; Cabo de Cruz, 123 frente a 69; Rianxo, 101 frente a 43; y A Pobra, 54 frente a 36.

Sin embargo, sólo 24 mujeres presiden esas entidades sectoriales entre las 63 cofradías gallegas. Concretamente, las de Arcade, Barallobre, O Barqueiro, Cariño, Cedeira, Espasante, A Guarda, Lourizán, Pontedeume, Pontevedra, Raxó, Redondela, Ribadeo y, en la comarca de Santiago, las de Cabo de Cruz, Camariñas, Carril, Corcubión, Cambados, Lira-Carnota, Muros, Palmeira, A Pobra, Rianxo y Vilanova.

Y es que las cifras referentes al ámbito laboral en la cadena del mar están muy alejadas de las que tienen que ver con los puestos de responsabilidad. Baste decir que, de las 11.059 personas que forman parte de las cofradías gallegas, 3.405 son mujeres y representan el 30,7% frente a los 7.406 hombres (que suponen el 66,9%), pero sólo el 4,76% de ellas están al frente de cofradías. Son, concretamente, tres: las patronas mayores de Lourizán, O Grove y Vilaboa.

Otras 55 cofradías están dirigidas por hombres (el 87,30%) y 5 por personas jurídicas (el 7,94%). Llegó a haber 15 patronas mayores, pero la cifra se redujo a 6 y a 3 en las dos últimas elecciones en esas entidades.

En el marisqueo a pie los hombres son numéricamente superiores en agrupaciones como las de O Pindo (24 frente a 15), Muxía (29 frente a 10), Malpica (29 frente a 17), Corme (14 frente a 6) o Caión (9 frente a 3).

Las cifras no mejoran ni siquiera bajando el escalafón de los órganos rectores de los pósitos: hay 46 hombres y 16 mujeres ocupando puestos de vicepatrón primero; 47 hombres y 12 mujeres como vicepatrón segundo; 673 hombres y 202 mujeres como vocales de la Xunta Xeral; y 335 hombres y 106 mujeres como vocales del cabildo.

Mulleres Salgadas

La asociación Mulleres Salgadas es la primera y única de ámbito gallego de mujeres del sector pesquero. La integran unas 1.600 bateeiras, percebeiras, rañeiras, naseiras, oceanógrafas, empleadas o empresarias del sector pesquero y marítimo (depuradoras, comercializadoras, conserveras, etc.). Ninguna redeira, curiosamente... o no. Y es que este último sector profesional tiene su propia federación. Su carácter pionero y aglutinador del sentir de las mujeres del mar trascendió su ámbito inicial, fruto de una necesidad latente del sector por reconocer y poner en valor el trabajo femenino en el mar.

Cuotas y listas cremallera y un observatorio de la igualdad

“Dicen que las mujeres no se presentan a patronas mayores porque no quieren. Pero detrás hay mucha desigualdad. Cuando una mujer da un paso adelante para ocupar un puesto de responsabilidad en el sector del mar, la críticas son bestiales; la miran con lupa, incluso en lo personal. Las listas son abiertas, pero en la práctica se forman equipos. Y detrás hay también otros factores, como el hecho de que las mujeres del mar son, además, amas de casa a tiempo completo. Tenemos socias que no pueden venir a algunas actividades porque tienen que cuidar a sus nietos. En el ámbito de la política, la desigualdad se solucionó mediante cuotas y listas-cremallera. Eso es lo que pedimos para el sector del mar”, dice Sandra Amézaga Menéndez, secretaria de Mulleres Salgadas.

Este colectivo solicitó la creación de un Observatorio de Igualdad del Sector Pesquero de Galicia que contribuya a posicionar al sector del mar dentro de la Agenda 2030. El 9 de marzo de 2022, el Parlamento de Galicia aprobó por unanimidad una proposición no de ley para instar a la Xunta a ponerlo en marcha.

“El borrador de la nueva Lei de Igualdade gallega nos incluye dentro del Estatuto da Muller Rural e do Mar, pero no con los términos que pedimos. Además, no estamos de acuerdo con la creación de un estatuto que mezcla dos realidades bien diferentes. Las dos son lo suficientemente importantes en el entramado social y económico gallego como para ser tratadas por separado. Es un texto lleno de generalidades y poco contenido práctico que no se ajusta a nuestras demandas”, explica Amézaga. En esa línea, el colectivo exige la revisión y renovación de la Lei de confrarías de Galicia para garantizar la paridad. “Es un texto antiguo que no garantiza la paridad de género y penaliza el acceso de la mujer a puestos de dirección”, indica.

Enfermedad profesional

Otra de sus reivindicaciones es “el reconocimiento adecuado de enfermedades profesionales del mar. En algunos casos, sí están catalogadas así para el colectivo del mar, pero son habituales los problemas para que los médicos que gestionan las bajas las clasifiquen como enfermedad profesional y no como enfermedad común, con el consiguiente perjuicio para la mujer que la solicita”, dice. Añade que “sería muy importante contar con profesionales sanitarios especializados en el sector, que conocieran bien las características del trabajo en el mar”.

Finalmente, Amézaga destaca dos amenazas que se ciernen sobre el colectivo de mujeres del mar: la falta de relevo generacional y el grave descenso de la producción de los recursos pesqueros y marisqueros. “Hay agrupaciones de mariscadoras abocadas a la desaparición sin que se implementen estrategias que faciliten su supervivencia”, explica.