La DOP Mexillón de Galicia sale en defensa del sector y de la mejilla

El Consello Regulador apela a la unidad

La protesta desplegada por las cofradías en Ribeira, esta mañana.

La protesta desplegada por las cofradías en Ribeira, esta mañana. / Suso Souto

Manuel Méndez

Manuel Méndez

Aunque ya se había pronunciado en anteriores ocasiones y su postura al respecto es sobradamente conocida, el Consello Regulador de la Denominación de Origen Protegida (DOP) Mexillón de Galicia vuelve a saltar a la palestra para respaldar al sector bateeiro en la “guerra de la mejilla”.

Lo hace aprovechando que esta misma mañana se celebraba en Ribeira una concentración de cofradías de pescadores en defensa del sector del percebe y, en consecuencia, instando a la Xunta a extremar el control de los bateeiros y a mantener los límites que puso hace un año a la recogida de la mejilla.

La protesta de los percebeiros, en Ribeira.

La protesta de los percebeiros, en Ribeira. / Suso Souto

Como no podía ser de otro modo, teniendo en cuenta que los productores son quienes sustentan esta marca de calidad y diferenciación, la DOP incide en la necesidad de que se garantice el acceso a la cría o semilla que el sector necesita para encordar sus bateas.

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Nuestro cultivo se ha realizado siempre de la forma más natural posible con un animal propio de nuestras rías que está perfectamente adaptado a este privilegiado entorno. Un cultivo que es ejemplo de circularidad, atributo que se pone de manifiesto año tras año cuando de las bateas fluyen las semillas de mejillón que posteriormente los bateeiros recogen en las rocas para retornarlas a esas mismas bateas para su adecuado crecimiento y engorde. Ese círculo de la vida no ha parado de girar año tras año generando riqueza y empleo en nuestra comunidad.

Asistimos sorprendidos a la toma de decisiones que impiden a los bateeiros acceder a los bancos del litoral en los que siempre se les permitió extraer la mejilla con la que abastecer las cuerdas de sus mejilloneras y contemplamos con angustia como nos adentramos en una suerte de tormenta perfecta que se incrementa por momentos y, lo que es peor, sin visos de una remisión cercana.

 De ahí que desde la DOP Mexillón de Galicia volvamos a manifestar nuestra preocupación por este escenario al que nos han abocado, al tiempo que reiteramos nuestro apoyo alto y claro a las reivindicaciones del sector productor.

Un respaldo público e inequívoco que hemos mantenido desde que afloró este problema y que no hemos tenido reparos en manifestarlo públicamente.

Las incertidumbres que en estos momentos rodean a nuestro sector resulta imperativo resolverlas de manera pronta y justa. No podemos seguir así durante más tiempo porque el daño que están causando no hará más que acentuarse. ¿Alguien atisba un horizonte esperanzador si no se pueden surtir las bateas de mejilla? ¿Qué cosecha podemos esperar en 2024? ¿Qué respuestas ofrecemos a una industria carente de la materia prima que necesita? ¿Y al resto de la cadena de valor que genera nuestro sector? ¿Se han evaluado con rigor los riesgos que conlleva una decisión que amenaza el mantenimiento de miles de puestos de trabajo? Son preguntas que más de uno debería hacerse todos los días.

 Tenemos sobre la mesa un problema que, si no somos capaces de solucionar definitivamente entre todos, nos llevará a una deriva preocupante y nada deseable.

Hay un dicho popular que hoy se hace más necesario que nunca: “La unión hace la fuerza”. La fortaleza de un colectivo se fundamenta, entre otros valores, en la unión y cohesión de sus integrantes. Y aquí todo el mundo debe tener claro que nuestras bateas necesitan semilla. Sin más.

Nuestro sector, tanto los productores, como las empresas que basan parte de su negocio en el Mejillón de Galicia, sólo está pidiendo poder seguir produciendo mejillón con la seguridad de que tendrá disponibilidad del producto. Y para ello debe garantizarse el acceso a la semilla, puesto que es el principio y el fin de nuestro circulo vital.

No hay soluciones fáciles, pero la unión y cohesión del sector debe generar la fortaleza necesaria para conseguir una solución digna para la semilla. 

 

Pérdida de peso

Creen en el Consello, que ahora preside Mané Calvo, que el futuro de la acuicultura no puede quedar en manos de las mismas cofradías que “no han sabido atender sus obligaciones para mantener y fortalecer los cultivos, permitiendo que en nuestros supermercados se venda navaja holandesa o que la almeja llegue de Italia y Portugal”.

La "guerra de la mejilla" sube el tono y comienzan las anunciadas movilizaciones

Manuel Méndez

Así se pronunciaba ya esta DOP hace más de un año, por entonces bajo presidencia de Lina Solla y en un momento en el que, a través de FARO DE VIGO, se conocía que Galicia, relegada por Italia y Portugal, había dejado de ser una potencia en cuanto a suministro de moluscos infaunales en el territorio nacional.

Diciembre de 2021

La DOP ya decía en diciembre de 2021 que el sector bateeiros “ha sido desde hace décadas el mascarón de proa de la despensa marina de Galicia” y que incluso fue capaz de mantener un suministro estable en plena pandemia por COVID, mientras que la actividad marisquera cesó en buena parte de los pósitos.

Lo cual hizo que el sector mejillonero “acrecentara aún más el carácter estratégico que siempre le ha caracterizado por ser garante de la soberanía alimentaria”.

“¿Y ahora va a ponerse en riesgo el futuro del sector mejillonero dejando que una parte estratégica de la gestión esté en manos de los mismos que no han podido o sabido atender sus obligaciones de mantener y fortalecer sus cultivos?”, se preguntaba la DOP después de que Mar decidiera limitar las zonas de recolección de mejilla.

Un bateeiro muestra como entre la mejilla no se extrae percebe.

Un bateeiro muestra como entre la mejilla no se extrae percebe. / SANTOS ALVAREZ

“¿De verdad alguien ha valorado lo que supondría dejar en manos de terceros la gestión de la mejilla, y alguien ha analizado lo que significaría que sucediese con el mejillón lo que está sucediendo con el resto del marisco de Galicia?”, espetaba el mismo órgano.

Bancos marisqueros

Esto llevaba a la DOP, para replicar con dureza a las cofradías y desmarcarse de su labor, a decir que las empresas y familias que viven del mejillón “no queremos saber nada ni de ERTEs, ni de ceses de actividad, ni de pérdida de productividad de los bancos marisqueros”.

Por el contrario, “el sector del mejillón, que es como el mecanismo de un reloj de la más alta calidad, que incluso en los meses más complicados de la crisis sanitaria se mantuvo en funcionamiento, al igual que afrontó y superó la crisis del ‘Prestige’ con sus propios medios, quiere seguir siendo un motor económico fundamental en Galicia”.

Y esto pasa por desarrollar y gestionar directamente, como hizo siempre, la campaña de la mejilla “consiguiendo un suministro regular de semilla que es el que mantiene 20.000 puestos de trabajo directos e indirectos”.

"Un derecho histórico"

Así pues, tras advertir de que después de siete décadas las cofradías y la Consellería do Mar “han decidido ponernos en riesgo”, Mexillón de Galicia advertía hace más de un años de que los bateeiros no pueden permanecer impasibles.

Esto es tanto como decir que no se va a permitir que algunas cofradías asuman el control de la mejilla, “cuya recolección en los bancos naturales ha sido un derecho histórico de los productores amparado por el ley”.

Una actividad, apostilla la DOP, que “ejemplifica como pocas la interacción respetuosa entre el hombre y la naturaleza; una relación ligada a un proceso biológico que hace de las rías un auténtico criadero natural de mejilla”.

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"Resulta paradójico que cuando vamos al supermercado con la idea de comprar navaja gallega nos encontramos navaja holandesa, lo que se vende por zamburiña es concha de abanico del Perú y la almeja viene de Italia o de Portugal…

Galicia pierde fuelle como potencia productora de moluscos infaunales como el berberecho, la almeja o la navaja. Las cifras oficiales de los últimos años así lo evidencian. Esa merma contrasta con el crecimiento experimentado por países como Portugal o Italia, que están sustituyendo a Galicia como principal proveedor del mercado nacional, con el riesgo que esta tendencia representa para un sector estratégico en nuestra comunidad autónoma desde el punto de vista socioeconómico.

Como se informaba estos días en los medios, los registros de los últimos ejercicios muestran que la hegemonía gallega se mantuvo entre 2016 y 2019. Pero en 2020 ya se produjo un trasvase en esa clasificación y Galicia, con 6.073 toneladas producidas, pasó a ocupar el tercer puesto, tras Portugal (6.391) e Italia (6.262).

En lo que va de año 2021 la tendencia es similar porque hasta el 31 de agosto Italia había suministrado al mercado nacional 4.290 toneladas de moluscos, 3.609 Portugal y 3.183 Galicia.

¿Qué significa esta realidad? Que cedemos terreno en algo tan sensible para Galicia como la producción ligada al sector del mar. Es incuestionable que el origen gallego de pescados y mariscos siempre ha representado un reclamo altamente positivo ante los consumidores, una carta de presentación insuperable para productos provenientes de otras latitudes, que quedaban relegados a un segundo plano frente al valor añadido aportado por la “marca Galicia”.

Ahora, ese enorme legado de tradición y calidad se está viendo seriamente comprometido por la competencia del precio portugués y del marketing italiano, con el riesgo potencial que representa para el futuro de un amplísimo tejido económico y social surgido y asentado en torno a las actividades relacionadas con el mar.

En ese escenario cobra más fuerza que nunca el mejillón, que ocupa por méritos propios desde hace décadas el “mascarón de proa” de la despensa marina de Galicia.

Un suministro confiable y estable, con una relevancia que se ha mantenido a lo largo de generaciones y que alcanzó su culmen durante la crisis sanitaria causada por la Covid-19, cuando, a diferencia de otros, fue capaz de mantener su actividad y con ella el empleo asociado, declarado como esencial.

Fue entonces cuando esta industria demostró de una manera incontestable la solidez de su musculatura, que le permitió ejercer un papel de enorme relevancia en el mantenimiento de la cadena de suministro alimentario. Durante esos meses, nuestro sector acrecentó aún más el carácter estratégico que siempre le ha caracterizado por su importancia socioeconómica con otro aporte fundamental: ser garante de la soberanía alimentaria.

El único producto-sector del mar de Galicia que es capaz de arraigar a la industria asociada a nuestro territorio. Una actividad bien gestionada desde la roca hasta el muelle, que asegura el mantenimiento de la cadena de suministro alimentario y con él de las actividades empresariales que lo conforman.

Esa fortaleza no es fruto del azar, sino la consecuencia de un saber hacer basado en la tradición pero que también ha sabido tomar el pulso de cada momento histórico para adaptarse convenientemente a sus demandas. Por eso hoy asistimos con inquietud a los cambios que se están proponiendo en la gestión de la mejilla. Cambios que, de llevarse a cabo, condicionarían seriamente la viabilidad del sector.

Esos actores insisten desde hace tiempo en extender su influencia y ejercer unos pretendidos derechos sobre el control de la mejilla, cuya recolección en los bancos naturales ha sido un derecho histórico de los productores amparado por el Ley. Una actividad que ejemplifica como pocas la interacción respetuosa entre el hombre y la naturaleza. Una relación ligada a un proceso biológico que hace de las rías un auténtico criadero natural de mejilla.

¿Va a ponerse en riesgo el futuro del sector mejillonero de Galicia dejando que una parte estratégica de la gestión de ese recurso esté en manos de los mismos que no han podido o sabido atender sus obligaciones de mantener y fortalecer sus cultivos?

¿De verdad alguien ha valorado lo que supondría dejar en manos de terceros la gestión de la mejilla? ¿Alguien ha analizado lo que significaría que sucediese con el mejillón gallego lo que está sucediendo con el resto de los mariscos de Galicia?

El mejillón, las empresas y las familias, no quieren saber nada ni de ERTEs, ni de parones por la situación sanitaria, ni de pérdida de productividad de los bancos marisqueros, ni tampoco de aumento de las zonas improductivas.

Nuestro sector del mejillón es como el mecanismo de un reloj de la más alta calidad, con un entramado de actividades que incluso en los meses más complicados de la crisis sanitaria se mantuvo en funcionamiento. Y también todos recordamos cómo se enfrentó y superó la crisis del Prestige con sus propios medios.

Este entramado empieza a funcionar todos los meses de diciembre cuando los productores aprovechan la seca para recolectar la semilla en la costa rocosa de Pontevedra y Coruña.

Este suministro regular de mejilla es el que mantiene en funcionamiento este sector, personas y empresas, que suman 20.000 puestos de trabajo directos e indirectos.

Un conglomerado que trabaja con gran perfección y se asienta con sólidas bases en nuestra comunidad desde hace más de 70 años. Hoy han decidido ponernos en riesgo, demasiado para permanecer impasibles".