Palangre

La flota de Gran Sol adelanta su parón, lo alarga, y ya pide ayudas para el desguace

ARVI ve preciso un “plan de adaptación” ante el impacto del veto a la pesca de fondo

Uno de los últimos “gransoleros” fabricados en Galicia.

Uno de los últimos “gransoleros” fabricados en Galicia. / 3MI Grupo

El recurso made in Lugo contra el veto a la pesca de fondo, promovido por Madre Querida SL y otras 15 compañías con base en el norte gallego, además de la Organización de Productores Pesqueros del Puerto de Burela (OPP-7), se plasmó finalmente esta semana en el Diario Oficial de la Unión Europea. Interpuesto el pasado 13 de diciembre, los demandantes vienen a solicitar tres puntos clave, entre ellos que se anule el artículo 2 y el Anexo II del Reglamento de Ejecución (UE) 2022/1614 de la Comisión Europea (CE) de 15 de septiembre de 2022, por el que se determinan las zonas de pesca en aguas profundas existentes y se establece una lista de zonas en las que se conoce la existencia de ecosistemas marinos vulnerables o la posibilidad de que existan. Hacen referencia a las 87 áreas en las que Bruselas ha vetado la pesca de fondo. Un veredicto polémico, acogido en Galicia con rabia e impotencia, que se fundamenta en argumentos que el sector considera “inconsistentes” y está perjudicando severamente a una flota que lucha por “sobrevivir”.

Con el reloj en contra, y las demoledoras conclusiones que avanzó FARO hace semanas, como que los expertos de la Universidade de Santiago (USC) consideran “inviable” que el palangre –uno de los principales afectados por los daños colaterales de una medida en sus inicios dirigida exclusivamente al arrastre– pueda esquivar el impacto mortal de la prohibición, no son pocos los barcos que ya están anticipando sus paradas. Es más, algunos incluso están alargando las mismas ante la escasa o nula rentabilidad que supone salir a faenar.

“Si iban a parar dos semanas de descanso, ahora son cuatro. Y si iban a parar en mayo, están parando ahora, en un momento que muchos están haciendo un sobreesfuerzo. Hay gente que tenía previsto parar unos cuantos días y ha parado casi todo el mes, o ha anunciado que va a parar todo el mes”, explica Sergio López, gerente de la Organización de Productores Pesqueros del Puerto de Burela, indicando que las restricciones impulsadas por la Comisión Europea han precipitado la caída de las capturas, fundamentalmente porque la actividad se ha concentrado en la superficie en la que sí –todavía– se puede pescar.

Palangreros como el que José Cañestro tiene faenando actualmente en Gran Sol son el vivo ejemplo de esta “insostenible” situación. Así la califica el propio naviero, que si bien esperará a terminar esta campaña, no sabe si será la última. “Tan pronto como se acabe y venga sí que pararemos. Estamos perdiendo dinero. Esto es inasumible”, refleja, comentando que el precio de la merluza “es irrisorio” y “no hay zonas para trabajar”. Por ello, y como último recurso, demanda al Gobierno que agilice las ayudas para desguazar embarcaciones: “Es lo único que nos queda y es lo que estamos pidiendo. Si se reduce la flota, igual a alguien le interesa quedarse. De la otra manera morimos todos”.

“No podemos seguir así”

No es el único, aunque sí de los primeros, y al él se unen otros propietarios de gransoleros que dicen estar al límite. “Desguazar flota es el mal menor, es un clamor. Ahora las paradas pueden ser temporales, pero va a llegar un momento que el parón sea total”, destaca otra de las fuentes consultadas, que en su caso prefiere permanecer en el anonimato, resaltando que la gallega es “una flota antigua en un mercado superglobalizado donde la competencia es brutal”. “Tenemos que actuar ya, no podemos seguir así”, agrega además, dejando claro que “hace falta más valentía política”.

Desde la Cooperativa de Armadores de Vigo (ARVI), que recientemente mantuvo una reunión con diferentes armadores vigueses, algunos de los cuales expresaron esta inquietud, entienden y respetan la posición. “Llega un momento que la gente se cansa de tanto acoso y derribo”, expone su gerente adjunto, Hugo González, señalando que son gente que “después de muchos años de esfuerzo están viendo cómo las cosas se tuercen”. No obstante, afirma que por ahora no existe tal instrumento para que los desguaces sean factibles, algo que en todo caso –manifiesta– dependerá del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Pase lo que pase, si llega, “habrá que ver las condiciones”.

Edelmiro Ulloa, su director gerente, considera que es preciso un “plan de adaptación de flota” y, sobre todo, “ayudas a nuevas construcciones” que permitan a Galicia contar con barcos más potentes. Y para ello, por supuesto, tienen que ser productivos. “Va a hacer falta adaptar la flota, eso es evidente. ¿Cómo se hará la adaptación de flota? Habrá que verlo. Pero que es necesario está muy claro”, subraya. “Es algo que no nos gusta porque al fin y al cabo es perder actividad (...) Hay empresas que no son viables y es mucho mejor tener un sector que esté saneado económicamente”, añade, recalcando que “no es una posición de armadores concretos, sino una posición del sector en general”.

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