La luz empieza a iluminar al “Villa de Pitanxo”

Casi un año después del naufragio, la investigación entra en el momento decisivo con la licitación para la inspección del pecio y el informe previo de la Comisión de Investigación

Un ROV con capacidad hasta 4.000 metros de profundidad de la firma viguesa ACSM.

Un ROV con capacidad hasta 4.000 metros de profundidad de la firma viguesa ACSM. / ACSM

Adrián Amoedo

Adrián Amoedo

La mañana del 15 de febrero de 2022 la gente del mar contuvo la respiración en Galicia. De madrugada, un pesquero había sido engullido por las aguas del caladero de NAFO, situado al este de Canadá. Las primeras informaciones que iban llegando hacían temer lo peor y, con el paso de los minutos, llegó la terrible confirmación. El Villa de Pitanxo, arrastrero de la firma marinesa Grupo Nores, naufragó en medio de una tormenta y los otros buques que se encontraban por las inmediaciones (aunque a horas de distancia) solo pudieron rescatar con vida a tres personas. Fueron los únicos supervivientes de una tripulación formada por 24 personas.

El capitán, Juan Padín, estaba en una balsa junto a dos marineros, su sobrino Eduardo Rial y Samuel Kwesi. Los dos primeros sostienen que el motor se paró repentinamente, lo que propició la entrada de agua y posterior hundimiento. El segundo, por contra, asegura que la red se enganchó en el fondo y que, al negarse el capitán a cortar los cables, el barco escoró y acabó yéndose al fondo segando la vida de 21 personas. Casi un año después del suceso, la luz empieza a iluminar al Villa de Pitanxo para despejar las incógnitas. La publicación de la licitación para adjudicar la inspección del buque en el fondo del mar, adelantada por este medio, se une a la publicación –se espera este mes– del informe preliminar de la Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes Marítimos (Ciaim). “Llevamos mucho tiempo esperando por esto”, claman las familias.

Al pasar un año desde el siniestro, la Comisión tiene la obligación de publicar un informe sobre lo sucedido. Sin embargo, debido a que la inspección y filmación del pesquero no se producirá hasta verano, la Ciaim emitirá un documento provisional. En él figurarán “los datos objetivos del accidente, sin incluir conclusiones ni recomendaciones de seguridad”, pero en el que pueden incluir algunos aspectos desconocidos hasta la fecha tras los análisis que sí pudieron realizar a través de las entrevistas a los supervivientes, los rescatadores, la empresa armadora...

Este informe previo se prevé para este mes. Tras ello, se espera que el definitivo se publique una vez concluya la investigación, lo que se puede dilatar durante los próximos años, como ya ha sucedido con otros casos en los que las condiciones o la repercusión fueron mucho menores.

En 2018, y también en alta mar se hundió el Dorneda, arrastrero gallego que faenaba en este caso en el suroeste Atlántico. En el siniestro falleció una persona y desapareció otra de entre los 27 tripulantes que formaban la tripulación. El informe final de Ciaim no se publicó hasta tres años más tarde, en 2021.

En aquella ocasión, el buque no fue inspeccionado, ya que se trata de una situación muy inusual. Tanto, que en España será algo inédito hasta este verano, cuando una empresa –si todo va bien– tratará de localizar e inspeccionar el Villa de Pitanxo, hundido a unos 450 kilómetros de las costas de Terranova.

El Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana lanzó esta semana el anuncio previo para la licitación del “servicio de búsqueda, localización e inspección del pecio”, un contrato que valora en 3,6 millones de euros (impuestos incluidos). Con este procedimiento de carácter “urgente” el Gobierno espera dar con una empresa capaz de realizar la inspección del buque, situado a unos 1.000 metros de profundidad, e intentar arrojar algo de luz sobre las causas del naufragio.

Reacciones

Los primeros que reaccionaron a la noticia de la licitación fueron los propios familiares. “No pudo ser en 2022, pero este año se podrá bajar o obtener todas las pruebas que pueda haber tras un año”, valoró la portavoz habitual de los afectados, María José de Pazo, que añadió que esperan que se consiga la adjudicación a una empresa que pueda realizar la operación en 2023.

De Pazo confía en que con esta operación se obtengan todas las pruebas “que pueda haber después de un año”, y avisó de que las familias seguirán pendiente de la tramitación: “Estaremos atentas a que se vayan cumpliendo los plazos”.

Por su parte, la conselleira do Mar, Rosa Quintana se mostró satisfecha, pero afeó que llega “un poco tarde”. “Para mí es una satisfacción que por fin accediesen a hacer esa licitación y hacer las comprobaciones. Cada vez que hay un accidente marítimo nosotros colaboramos con la comisión de investigación que tiene la Dirección General de la Marina Mercante dispuesta para estos fines”, recordó.

Para Quintana, desde el Ministerio “dejaron pasar la primavera del año pasado”, momento “importante” para haber llevado a cabo la operación. Con ello espera que se dé “tranquilidad a las familias que en estos momentos aún siguen pendientes de ese duelo de las 21 personas desaparecidas”.

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