Noruega y Reino Unido arrinconan a la UE: sin acuerdo por las cuotas de 2023

Londres y Oslo alcanzan un pacto y dejan a Bruselas en “stand by”, lo que obligaría a establecer cupos provisionales para el año próximo | El bacalao en Svalbard, en riesgo

Dos barcos de Gran Sol amarrados en el puerto de Vigo. | RICARDO GROBAS

Dos barcos de Gran Sol amarrados en el puerto de Vigo. | RICARDO GROBAS / Adrián Amoedo

Adrián Amoedo

Adrián Amoedo

Un año más la situación vuelve a repetirse. Y no por conocido es menos llamativo. Reino Unido, hasta hace dos años parte de la Unión Europea, prefiere cerrar tratos pesqueros con Oslo antes que con Bruselas y arrincona de nuevo a los negociadores comunitarios, ejerciendo de esta forma una presión sobre la flota pesquera de los países ribereños y de los que faenan en Gran Sol, como los gallegos. Según concretó el propio comisario de Medio Ambiente, Océanos y Pesca, Virginijus Sinkevicius, durante su intervención en el Parlamento Europeo esta semana, las conversaciones siguen sin cerrarse, por lo que a falta de menos de diez días para sentarse con los ministros de Pesca de los Veintisiete para negociar los TAC (totales admisibles de capturas) y cuotas de 2023, todo hace indicar que se volverán a establecer cupos provisionales de las especies compartidas con los británicos.

El año pasado, no fue hasta el 22 de diciembre cuando los países de la UE aprobaron el acuerdo alcanzado entre la Unión Europea y Reino Unido para las posibilidades de pesca de este año. Antes, durante el tradicional maratón de negociaciones por los cupos que culminó el día 13, la UE se había visto forzada a proponer unas cuotas provisionales, al igual que había sucedido un año antes.

  • Noruega echa sal en la herida de los bacaladeros

“Tuve una reunión con el nuevo ministro de Reino Unido, repetí nuestra posición en cuanto a la consecución de un acuerdo de TACs y cuotas”, comentó Sinkevicius durante su comparecencia ante los europarlamentarios. ¿Por qué hizo esta declaración? Pues porque las conversaciones entre Bruselas y Londres están enquistadas, mientras que por otro lado Reino Unido sí llega a pactos con Noruega.

Ambos países renovaron recientemente y sin problemas su pacto pesquero, lo que permite la captura de 30.000 toneladas de pescado de cada uno en las aguas del otro. “Las negociaciones se han desarrollado en un ambiente positivo, han sido efectivas y muestran que nuestra relación con Gran Bretaña es estrecha y fuerte”, señaló el ministro de Pesca y Océanos nórdico, Bjørnar Skjæran.

Pero no solo Reino Unido está dejando en la estacada a la UE. Noruega sigue con su duro posicionamiento de los últimos años, en especial desde que se produjo el Brexit. Además de autoasignarse cuota de caballa, eludiendo los dictámenes científicos y provocando sobrepesca de la especie, y de poner trabas en todos los caladeros en los que faenan también buques comunitarios, Oslo está mostrando su cara más dura en los acuerdos con la propia UE.

Svalbard

“Hay negociaciones en curso con Noruega, son difíciles; les puedo asegurar que hacemos el máximo para defender nuestros intereses y que haya igualdad de condiciones”, apuntó Sinkevicius ante los europarlamentarios. Sin embargo, la realidad es que la última ronda de negociaciones culminó sin acuerdo y ahora la tercera se antoja clave.

De hecho, fuentes del sector aseguran que, una vez más, está en riesgo el cupo comunitario de bacalao en aguas de Svalbard, el archipiélago bajo control noruego en el que en 2021 se redujo el cupo de la parte de la UE de forma unilateral por parte del país nórdico, pasando de 24.645 a 17.885 toneladas.

Los siguientes días serán cruciales para el devenir de la pesca de gransoleros y bacaladeros gallegos. El domingo 11 comienza la reunión de los ministros de Pesca de la UE. Ahí se sabrá si son necesarios esos cupos provisionales.

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