El coloso "Katyayni", listo para reemprender su viaje tras la avería del motor

Una avería en los sistemas de propulsión de los barcos genera un enorme trastorno económico, especialmente si se trata de un portacontenedores. La mercancía a dispensar se retrasa, se suman penalizaciones y, en ocasiones y si la gravedad del fallo lo requiere, la armadora debe someter el buque a tests para obtener de nuevo el certificado de agencias de calificación.

Fue el 2 de marzo cuando el mercante MSC Katyayni notificó una avería frente a las costas gallegas cuando se dirigía a Amberes procedente del puerto mexicano de Altamira. Con cerca de 275 metros de eslora y unas 69.000 toneladas de peso muerto (deadweight tonnage, DWT), tuvo que ser remolcado por el remolcador de Boluda VB Hispania.

El mismo barco, por cierto, que fue el encargado de llevarse el crucero Evrima desde la desaparecida Hijos de J. Barreras hasta Cantabria en marzo de 2021.

A su llegada a Vigo, el día 6, fue trasladado al muelle de Guixar, donde descargó contenedores, para ser trasladado después al de Trasatlánticos. El parón en la temporada de cruceros permitía esta escala extraordinaria y una ubicación idónea, por dimensiones de la terminal y calado, para ser sometido a trabajos de reparación.

Finalmente la avería del MSC Katyayni pudo ser solventada, no sin dificultad: se utilizaron lastres --con los propios contenedores-- para izar levemente la popa del buque y facilitar las tareas de los técnicos. El mercante volvió este viernes a la terminal de contenedores de Guixar, donde descargó unos 400 contenedores, como destacó el presidente de la Autoridad Portuaria de Vigo, Carlos Botana.

Desde la mañana de este sábado se encuentra en el fondeadero interior, en espera de retomar su viaje --navegará ahora hacia Gijón-- tras casi un mes de parón.