El puerto ensancha su dominio: más del 40% del pescado que entra en España lo hace por Guixar

La importación de producto congelado y en conserva alcanza las 400.000 toneladas pese al parón en Malvinas y al estancamiento de la demanda

La industria acrecenta su dependencia de China y Ecuador; el atún omaní, al alza

Contenedores “reefer” (en 
blanco, de mercancía 
perecedera), en la terminal de 
Guixar.   | // MARTA G. BREA

Contenedores “reefer” (en blanco, de mercancía perecedera), en la terminal de Guixar. | // MARTA G. BREA / Lara Graña

Lara Graña

Lara Graña

Hay tres factores por los que el puerto de Vigo es hegemónico en la comercialización de pescado congelado y en conserva. En primer lugar, por la capilaridad de la industria, con presencia directa en la mayoría de caladeros y mercados de consumo de todo el mundo. Pese a esta expansión global, los centros de decisión han permanecido en el área de la ciudad, erigiendo a la terminal de Guixar como su pulmón logístico. En segundo lugar, por la actividad de procesado, con factorías que hay que alimentar con materia prima; y en tercera instancia, por la ubicación geográfica de la dársena, que ha engrasado su operativa durante décadas y es punto de referencia para las principales navieras. Este liderazgo, por tanto, está fuera de discusión. Lo que acaba de conseguir, y gracias a que ha aumentado la elaboración de proteína marina en el entorno de la ciudad –Iberconsa en Bouzas, Orbe en Ponte Caldelas o Hijos de Carlos Albo en la Plisan– va mucho más allá: más del 40% de toda la pesca congelada y en conserva que entra por vía marítima en España lo hace ya por el puerto vigués. Es una ratio que jamás había alcanzado, como evidencian los datos de la Secretaría de Estado de Comercio.

Lo ha conseguido, además, con una constelación de vientos en contra. Porque no solo la demanda de pescado se ha reducido de forma abrupta en España y en mercados de máxima relevancia como el italiano, sino que operadores de primer nivel han sufrido graves crisis, de ahí los preconcursos de grupos como Fandicosta (cuarto del país por facturación en 2022) o Atunlo (mayor comercializadora de túnidos). Y además, teniendo en cuenta que la segunda parte de la campaña de calamar de Malvinas terminó antes de tiempo por las bajas capturas. Con todo, y hasta noviembre, por el puerto entraron cerca de 400.000 toneladas, prácticamente las mismas que en el mismo periodo del ejercicio anterior. En cuanto al valor de las mercancías, aquí sí se notó un retroceso, al pasar de 1.800 a 1.600 millones de euros. Entre otras causas, obedece al mismo factor malvino y a la entrada de commodities, que son materias primas no elaboradas que se transforman y valorizan aquí.

El peso de Vigo en la internacionalización del mercado nacional de pescados y conservas ha evolucionado al alza en los últimos años y de manera casi sostenida. En 2015, por ejemplo, por el puerto de Guixar –en menor medida, O Berbés por la pesca irlandesa y de Francia–, la dársena olívica recepcionaba el 36% de toda esta mercancía que llegaba a España por mar. En ese ejercicio, el conjunto del país importó cerca de 991.000 toneladas de producto, de las que algo menos de 360.000 toneladas entraron por Vigo. Entre enero y noviembre de 2023, las compras nacionales totalizaron las 972.000 toneladas, un 40,7% de las cuales correspondieron a los puntos de descarga vigueses.

Más conserva

La dependencia de terceros países no deja de aumentar, tanto por el incremento de la elaboración en Galicia como por la progresiva pérdida de flota de pabellón español, que es precisamente una de las causas del adelgazamiento de la actividad en O Berbés. Destacan en este punto dos mercados: el de China y de Ecuador. La entrada de productos del gigante asiático rebasó las 20.000 toneladas en este periodo, una cota que no se conocía desde antes de la pandemia y que en buena medida obedece a los aprovisionamientos de la industria de la conserva. Misma causa que explica el alza de las compras a Ecuador, que rozaron las 36.000 toneladas y marcaron un récord. Este país tiene un apercibimiento de la Comisión Europea –se denomina tarjeta amarilla– por su laxitud respecto a la pesca ilegal o no reglamentada, lo que no le está impidiendo introducir de forma masiva lomos de atún precocidos o langostinos de acuicultura.

Las claves

  • 1. Buenos volúmenes a menor valor

    La importación de materia prima se ha mantenido casi sin cambios respecto al ejercicio anterior, pero el precio ha caído notablemente.

  • Entraron cerca de 400.000 toneladas por vía marítima por un valor conjunto de 1.600 millones.

  • 2. El mayor peso de la conserva

    La compra de lomos de atún precocidos de China y Ecuador –también vendedor de langostino de acuicultura–, clave en esta evolución.

En este registro de países vendedores hay sorpresas. Destaca la de Omán, con más de 4.000 toneladas de materia prima introducidas vía Vigo y en paralelo a la estrategia del país por favorecer la actividad de pesca de túnidos. Un plan, por cierto, en el que participa activamente la industria auxiliar del naval del área, con dotación de equipos de congelación a bordo o aparejos para buques como el Acila. Dos caladeros históricos para la flota de capital gallego, Namibia y Argentina, también aumentaron sus ventas a España en volumen de toneladas –entre los dos rebasan holgadamente las 100.000 toneladas–, aunque a unos precios significativamente inferiores.

Suscríbete para seguir leyendo