El deplorable estado de la comisaría de Luis Taboada obliga a su clausura parcial

Las fuertes goteras y el peligro de desplome del techo se agravaron con las últimas lluvias

Allí trabajan una treintena de policías y hay también una oficina de denuncias

Los desperfectos obligan al cierre parcial de la comisaría de Luis Taboada

Cedido

Marta Fontán

Marta Fontán

Los cubos y paragüeros inundan la comisaría de Luis Taboada de Vigo para recoger el agua de las fuertes goteras que caen desde el techo. El moho y la pintura desconchada que se puede ver en parte de esta techumbre así como en algunas paredes de las oficinas del céntrico pero deteriorado edificio policial es una prueba evidente de las graves filtraciones existentes. El agua también ha invadido la zona donde se archivan antiguos expedientes de extranjería, quedando la mayoría totalmente inservibles.

El deplorable estado de estas dependencias y la situación de peligro que se generaba para los policías nacionales que prestan servicio allí, así como para los ciudadanos, ha llevado ayer a acordar la clausura parcial de estas dependencias y a la reubicación de los efectivos en espacios seguros del mismo inmueble. Con prácticamente toda la actividad policial concentrada en la comisaría principal de Álvaro Cunqueiro que luce una renovada y moderna imagen desde 2012 a raíz de una reforma integral, en la de Luis Taboada a día de hoy trabajan una treintena de agentes: junto a una oficina de denuncias, allí se ubica un grupo de la Policía Judicial dedicado a la investigación de robos, hurtos, agresiones y otros delitos, así como otro equipo policial centrado en el control y relaciones con la seguridad privada. La denuncia de sindicatos policiales, que llevaban años alertando de la situación, derivó en la medida ordenada ayer por el comisario jefe de Vigo Ramiro J. Gómez.

Moho en un techo desconchado.

Moho en un techo desconchado. / SUP

La comisaría de Luis Taboada tuvo en el pasado una gran actividad. Allí estuvo en su día el grupo de Extranjería y, hasta 2012, la afluencia de ciudadanos era continua ya que contaba con una oficina de DNI y pasaportes. Pero poco a poco fue quedando relegada a comisaría de distrito centro, permaneciendo a día de hoy trabajando allí unos 20 policías judiciales, los del grupo de seguridad privada, los destinados en la secretaría y el de la oficina de denuncias que abre por las mañanas de lunes a viernes. En total, apenas una treintena de efectivos.

El deterioro del edificio es evidente. “Esta comisaría ha sufrido un total abandono”, expone Roberto González, secretario general del SUP en Galicia, sindicato que desde 2022 llevaba denunciando en el Comité de Seguridad y Salud de la Jefatura Superior de Policía de Galicia, con pruebas gráficas incluidas, la situación dadas las “numerosas quejas” que recibían por parte de los efectivos que prestan servicio allí. Goteras, humedades, fuerte olor a moho, riesgo de descargas eléctricas o de desprendimientos de techos fueron hechos puestos en conocimiento por el sindicato en diversas ocasiones, obteniendo como única respuesta “que se habían dado los oportunos partes y se encontraban a la espera de ejecución por parte de la empresa de mantenimiento”, pero sin que se solventaran los desperfectos.

Archivos y expedientes, ya inservibles.

Archivos y expedientes, ya inservibles. / SUP

Gravedad

La situación se volvió insostenible en los últimos días por las graves filtraciones, agravadas por las fuertes lluvias que cayeron en Vigo. El 5 de enero, la víspera de la festividad de Reyes, el sindicato remitió un escrito al comisario jefe de Vigo y otro a la Jefatura Superior de Galicia en el que, advirtiendo del “riesgo grave e inminente” para policías y ciudadanos, solicitaba que, desde este pasado lunes día 8, se interrumpiese la actividad en dicha comisaría para proceder a su cierre provisional de cara a realizar las “obras de reparación y mantenimiento” necesarias.

Tras esta denuncia, un aparejador de la División Técnica y Económica de la Dirección General de la Policía (DGP) inspeccionó el lunes las dependencias y ayer lo hicieron una técnico y una especialista pertenecientes en este caso a la jefatura superior gallega, quienes, según informa el SUP, “asesoraron” al comisario jefe de Vigo sobre los riesgos existentes, lo que llevó al responsable policial, concluyen, a la clausura parcial del edificio.

Goteras y desperfectos.

Goteras y desperfectos. / SUP

Otro sindicato policial que denunció la “insostenible situación” por las goteras y la falta de mantenimiento fue JUPOL. Igor Paradela, secretario de comunicación de la formación en Pontevedra, describe que el estado es “ruinoso” y que en el edificio ni siquiera hay baños habilitados para los ciudadanos que van a poner denuncias, a declarar o a trámites de seguridad privada.

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“Aplaudimos la decisión que se acaba de adoptar, pero lo primordial ahora, tras la desatención por parte de la Dirección General de la Policía (DGP), es que se haga lo antes posible esa reforma integral”, valoraba ayer Roberto González, incidiendo en que junto al peligro cada vez más evidente de desplome de techos, se estaba poniendo en riesgo la salud de los agentes, por la inhalación de esporas de moho o por la posibilidad, dadas las filtraciones de agua, de que hubiese choques o incendios eléctricos.

La clausura parcial conllevó concretamente el cierre de la estancia donde trabajan los policías nacionales de seguridad privada, situada en la primera planta, y dos oficinas del grupo de la Policía Judicial de la segunda planta. Todos los agentes han sido reubicados en otros lugares de la misma comisaría, en la que la oficina de denuncias seguirá funcionando en la ubicación en la que lo venía haciendo. También está afectada por el agua la tercera planta, donde hay documentación antigua de Extranjería, así como el inhibidor y las antenas.

José Manuel Vázquez, policía nacional destinado en esas dependencias de Luis Taboada, en las que es además representante del SUP, afirma que ir a trabajar a esa comisaría suponía todo un riesgo por su “lamentable” estado. “Había peligro de cortocircuito, de que se te cayese el techo encima...”, describe, incidiendo también en el riesgo derivado de las esporas de moho, que crecen cuando se depositan en lugares donde hay humedad excesiva como ha ocurrido en este caso. El fuerte olor existente también es muy característico. “Ahora deben proceder a realizar las obras cuanto antes, porque si sigue lloviendo la situación va a ir a peor”, concluye.

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