Las bodas religiosas frenan su caída

Los matromonios por la Iglesia repuntan un 35% en Vigo, aunque representan aún un 11% frente a los civiles | Triunfan templos de Baiona, Tui y Soutomaior, por su belleza

Vista exterior actual de la excolegiata de Baiona.

Vista exterior actual de la excolegiata de Baiona. / FDV

El matrimonio religioso convence a los vigueses, que solo en 2022 (último año con datos globales disponibles en la Diócesos Tui-Vigo) repuntó un 34,46% respecto a 2021. Un valor que lejos de relacionarse con los efectos del COVID, que provocó una oleada de bodas pospuestas que fueron acumulándose a lo largo de 2020, desde la Diócesis explican por la “inquietud religiosa” de la gente educada en la fe católica. Lo cierto es que la vía civil sigue siendo la preferida por los pontevedreses, representando el 89,15% de las uniones según los datos disponibles del Instituto Nacional de Estadística (INE, 2021) frente al 10,84% de los enlaces católicos. Sin embargo, el crecimiento de estos últimos en el sur provincial es un hecho. En este punto, conviene señalar que los datos del INE y la Diócesis difieren por una cuestión de división administrativa, ya que la Diócesis de Tui-Vigo, que es la más pequeña de España, solo ocupa la zona sur de la provincia de Pontevedra, es decir, dispone de registros locales y actualizados a 2022.

Junto a la fe, otra de las causas que inicialmente podría explicar este repunte de bodas religiosas es la nutrida comunidad latinoamericana afincada en Vigo y su área de influencia. Vigueses de origen ecuatoriano, mexicano o venezolano, con una fuerte raíz católica en su educación y que continuarían practicando una fe activa. Sin embargo, el INE refleja que los matrimonios (civiles y religiosos) entre españoles es cuatro veces superior a los celebrados con uno o los dos cónyuges de origen extranjero. Los expedientes matrimoniales de la Iglesia muestran algo parecido.

“Ya no lo podemos achacar a coletazos del COVID. Se podría pensar que es cuestión de los vigueses de origen extranjero, en definitiva, en Vigo tenemos una comunidad migrante de 32.000 personas. Y no cabe duda de que, para muchos de ellos, la fe forma parte de su vida. No hay una desconexión entre la fe católica y su día a día, porque han sido criados en un ambiente de fe. Pero no me consta que exista un porcentaje significativo que explique el aumento de los matrimonios por esta comunidad”, aclara el padre José Alberto Montes (párroco de responsable de las iglesias de Santa Marta y Santo Tomé de Freixeiro), responsable de la Delegación de Migraciones de Vigo.

La clave parece estar en el registro de celebración de la boda. Es decir, que el repunte en Vigo y su área de influencia respondería a la elección del templo, según apuntan desde la oficina del canciller de la Diócesis. “Muchas, son bodas celebradas en la diócesis por gente de fuera de la diócesis”. Una pequeña aclaración, el matrimonio religioso implica una serie de trámites administrativos que se inician en la parroquia de referencia de cada vecino. Otra cosa es la elección del templo donde se celebrará el enlace matrimonial.

Bonito y pegado al pazo

De este modo, el repunte de las bodas católicas respondería en gran medida a la “importación” de católicos de otros puntos de Galicia que eligen las iglesias del área viguesa por su belleza, su entorno singular y su historia. Ejemplo de ello son los templos de Santa María de Baiona, Santa María de Reboreda, Divino Salvador de Soutomaior y O Sagrario de la Catedral de Tui, que juntos concentran más del 30% de las ceremonias de 2022.

Todos ellos, referentes arquitectónicos y culturales, localizados en enclaves estratégicos, tanto por su entorno natural, como por la cercanía a un pazo o fortaleza explotados para la celebración de bodas. Es el caso de los pazos de Nigrán, el parador de Baiona o el Castillo de Soutomaior.

Claves

La fidelidad a la parroquia se diluye

La gente prefiere espacios idílicos con los que no hay vínculo, frente a casarse en su parroquia donde les conocen.

Una provincia con dos diócesis

La Diócesis de Tui-Vigo cuenta con 276 parroquias y 517.658 habitantes a su cargo. Queda el resto del territorio provincial a cargo de la Archidiócesis de Santiago (como Pontevedra capital y O Morrazo).

Las nulidades ni son caras ni se cursan en Roma

Al mismo tiempo que el matrimonio coge impulso en Vigo, el número de nulidades han caído. En 2022 tan solo se tramitaron una docena en el área de influencia de la Diócesis Tui-Vigo. Las causas alegadas más comunes para solicitar la disolución son: inmadurez y falta de conocimiento entre los cónyuges. Aunque hay tramitaciones más complejas. Y frente al pensamiento general de que es un asunto caro y engorroso, es parecido al proceso civil y tiene un coste de alrededor de 1.500 euros. Con ellos se sufragan los servicios de los abogados especializados en derecho canónico, el secretario y las gestiones de la vicaría judicial y la labor e informes de los peritos, como los psicólogos. Es un procedimiento que dura entre 6 meses y varios años. Y depende de la Vicaría Judicial de la Diócesis, no se hace en Roma desde hace años.

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